El Cuidador

C A P Í T U L O 9

Xavier miraba por la ventana, respiró profundo y regresó a la pequeña sala para continuar con su lectura, aún llovía. Mar seguía encerrada en su habitación, aceptaba la comida, y la compañía del perro, con los días dejó de insistir en que la dejara hacer cosas en la casa, se quedaba todo el día allí, comenzaba a preocuparle la salud no solo física de Mar, sino también su salud mental.

Releyó las cartas de su hermano y sintió remordimiento por dejar que la chica pasara los días encerrada. Dejó el libro de lado y se encaminó hacia la habitación de ella, soltó un suspiro y tocó.

—Mar.

—¿Sí? Ya cené, gracias. Noche salió a comer ya también.

—Lo sé, ¿Puedes abrir?

—Estoy acostada.

—¿Te sientes mal?

—No.

—¿Por qué no sales de la cama?

—Porque soy un estorbo, una inútil, mejor me quedo aquí encerrada como hacía en el bunker.

Alzó las cejas, no entendía si la chica trataba de manipularlo o se burlaba de él. ¿O simplemente era una queja?

—¿Vivías encerrada en ese bunker? «Sí a eso se le puede llamar: vivir».

—Sí

—Me dijiste que podías hacer cosas, que estabas acostumbrada.

—Porque creí que me las dejarías hacer, pero mejor que no me dejaste, soy una floja, y vaga que prefiere pasar todo el día durmiendo, ni siquiera tenía esperanza de conseguir un marido porque estoy descompuesta en mi físico, ya ves hasta tuve suerte y me casé con el mejor, dicen que es muy guapo.

Xavier la escuchaba atento través de la puerta.

—Entonces estás feliz de no hacer nada.

—Sí. Solo esperar a mi esposo. Espero tener una vida plena con él.

Xavier sonrió negando.

—¿No me dejas pasar?

—No, ¿para qué quieres pasar?

—Solo quiero asegurarme de que no estés enferma.

—Me siento bien.

—Entiendo, te dejaré. Ya hice espacio en el congelador para la carne de cerdo, lo mataré este fin de semana.

Sonrió, esperó frente a la puerta.

—Por fin lo vas a matar, ya era hora, ¿me dejarás comer cerdo?

—Sí, por supuesto.

—Buena noticia.

Suspiró.

—Mar, sé que no he sido el mejor anfitrión —dijo, colocó ambas manos sobre la puerta—, pero estás casada con mi hermano, está es su casa como es mía, así que es tuya también. Puedes salir, veré que te puedo dejar hacer.

Se abrió la puerta. Ella sonreía, el perro se mantenía a su lado.

—Gracias, no hacía nada en casa, teníamos empleados, sé que ya no los tengo, no quiero ser una inútil cuando vuelva mi esposo.

—Bien, podrás poner la mesa, te enseñaré a hacer pan, veré que más cosas puedes hacer.

—Puedo lavar la ropa.

Xavier negó serio, el hecho de que ella no pudiera verlo lo hacía sentir cómodo, como si pudiera conservar su soledad después de todo.

—Tampoco exageremos, es pronto, poco a poco.

—¿Qué hacías? —preguntó con tono infantil.

—Leía.

—¿Qué leías?

—Un libro.

—¿Sobre qué?

 —De derecho, algo aburrido.

Afirmó sonriendo.

—Yo le contaba historias a Noche. Rezaba por encontrar a mi hermana y para que tu hermano regresara a salvo. ¿Crees que podremos encontrarlos de nuevo?

—Eso espero —dijo cerrando los ojos.

Quería creer que sí, esperaba lo mejor de la situación, sin embargo no podía negar que era pesimista, se trataba de su hermano, así que luchaba por mantener un pensamiento positivo por primera vez.

—Quiero que me expliques todo de esta casa, y todo lo que haces, con los animales, como limpias, donde botas la basura, donde guardas la comida. Todo.

Era impertinente y fastidiosa, aunque se alegraba de verla de nuevo así.

—Veremos qué puedo hacer.

—Y lo siento mucho —dijo con tono nostálgico.

—¿Por qué?

—Por ponerte en peligro —suspiró—, debo ser tonta como dijiste, no pensé en las consecuencias.

—No bajaremos la guardia, pero quizás el hombre exagera.

Xavier había comenzado a reforzar las puertas y ventanas,  pensó en asegurar el lugar donde almacenaba comida, podría ser un buen lugar para esconderla si le tocaba hacerlo, y también se ocuparía de las goteras, la humedad dentro de la casa afectaba a Mar quien tosía con frecuencia, quizá era alérgica al perro, aunque no se separaba de su lado.

—¿Puedes leerme? —preguntó.

—Estoy ocupado —dijo.



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En el texto hay: romance, drama, guerra

Editado: 10.02.2022

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