-"Desde siempre he tenido a alguien instalado en mi vida, como una sombra persistente que no pedí. Crecimos en las mismas calles, en los mismos salones, cruzándonos tanto que era imposible ignorarlo. No éramos amigos, tampoco enemigos… solo dos personas destinadas a molestarse mutuamente desde que aprendimos a hablar. Y aunque el tiempo pasó y cambiaron muchas cosas, él siguió ahí, igual de insoportable, igual de metiche, como si el universo hubiera decidido que mi paciencia era su pasatiempo favorito. Y esta historia empieza justo donde siempre terminamos: discutiendo por algo que, en realidad, no importa".