El viento golpeaba mi cara mientras corríamos por el parque. Soo-Jin,como siempre, delante de mí con esa sonrisa confiada que me sacaba de quicio, y Suho justo atrás, con los ojos brillando de emoción.
—¡No me vas a alcanzar esta vez! —gritó Soo-Jin, girando la cabeza para lanzarme una mirada burlona.
—Ja, ja. Eso lo dices siempre y terminas tropezando —contestó Suho, acelerando, como si disfrutara verme esforzarme.
Mis piernas ardían, pero no podía rendirme. Cada vez que intentaba adelantar a Suho, él cambiaba de dirección, zigzagueando entre los árboles, riendo como si esto fuera el juego más divertido del mundo.
—¡Ey, cuidado! —grité, justo cuando casi chocaba contra un tronco.
—¡Eso es parte de la carrera! —respondió Suho, riendo mientras me pasaba a toda velocidad.
El corazón me latía con fuerza, mezclando cansancio y adrenalina. La risa de Suho me seguía, pegajosa y molesta, pero de alguna forma también… adictiva. No era solo correr. Era competir, molestar, y sentir que algo cambió entre nosotros, aunque nadie lo dijera en voz alta.
________________________________________________________________________________1