El Deceso de Nuestro Arranque

*12*

Las flores eran tan hermosas, pequeñas, grandes y suaves al tacto, con un olor agradable. Es tan distinto verlas de lejos, cuando las aprecio siendo falsas. Lo que me llevo meses rogar por un pequeño deseo, el segundo se cumplió apenas en unos días, ¿Lo ves padre? Soñar no te llevará a la muerte, sólo logrará una chispa al sentido de la vida.

 

Termino de escribir en la pequeña hoja y la doblo para dejarla en una pequeña caja azul delante mío, en el escritorio. De algún modo, relatar mis pequeños logros, es cómo si mi padre me escuchará, decirle todo esto.

 

Cómo quisiera que las palabras no fueran de tinta y mi padre fuera comprensible.

 

Algún día lo leerá y espero que se sienta aliviado después de mi ida. Que por lo menos pude cumplir esos pequeños deseos y que no todo fue por su cuidado excesivo.

 

Recuerdo muy bien lo que sucedió ayer, al lado de Hades. No teníamos todo el tiempo del mundo, ya que luego de la linda experiencia tuvimos que regresar a la universidad. Eso fue lo más largo de nuestra plática y pude llegar a conocerlo más.

 

Tiene un padrastro y que al parecer, no le cae bien.

 

Nuestro problemas parecen iguales, sin embargo él aclaro que son muy distintos a la vez. Esa es la razón por lo cual no lo conozco del todo bien. Quisiera ayudarlo de algún modo, sin que él se enterará de mis intenciones, porque es muy lejano cuando se trata de él.

 

Mis pies siguen su recorrido y mi estomago ruge. Decido ir a la cafetería del lugar de locos, mi hogar, mi dulce hogar. Sonrío al darme cuenta que ahora lo llamo de ese modo, cómo suele llamarlo Hades, si mi padre me escuchará decir eso, me reprendería.

 

Observo las mesas con algunos ancianos comiendo y en una esquina a Aiden devorando su emparedado favorito, no puedo evitar emocionarme por verlo y me apresuro en tomar mi comida. Al terminar, me percato que no hayan personas que puedan tacharme y en efecto, no encuentro a nadie así aquí.

 

Me acerco a su mesa y pongo mi comida, Hades se sorprende al escuchar un sonido de mi silla y eleva la mirada marrón junto a unas bolsas negras debajo de sus ojos.

 

Nunca me cansaré de pensar que sus ojos son los que más me atraen, son tan lindos, en la forma de cómo se achican al verme y contemplarme sin pudor alguno o quizás mi forma de observarlo sea peor.

 

Igual no importa, luego de semanas de no vernos, lo único que me sacia es tener su rostro gravado en mi mente.

 

No sé cómo empezó todo este caos de sentimientos, pensamientos y confusiones. Porque lo primero que me ocasionó fue odio y luego a una atracción por ser el único que pensar en mis pequeños deseos, cómo si tratará de un salvador, tengo demasiadas expectativas y temo decepcionarme.

 

-¿No te gusta tu comida?-Suelta y me desconcierta su comentario.-Ya que pareces desear más mi emparedado que tu comida.

 

Mis mejillas se calientan junto a mi boca abierta, tosiendo de pronto, apartando mi mirada rapidamente, en ningún momento pensé eso. Y de sólo pensar en la respuesta, toso con más fuerza, tragando duro.

 

-Ya es costumbre para mi desear lo prohibido.-Añado destapando mi refresco, fingiendo desinterés.

 

Sonríe y mi corazón se desboca, su hoyuelos se marcan a los lados de sus mejillas, mostrando un perfecto encaje de sus expresione, junto a su blanca sonrisa..

 

-En todos los sentidos supongo.-Ronronea mordiendo su labio inferior.

 

¿Qué cosa, qué?

 

-¿Ah?-Cuestionó todavía con el jugo en mi boca.

 

No puedo creer que haya dicho eso.

 

-Se supone que es un secreto entre nosotros,-Añade profundizando su voz y mi rostro se calienta aun más.-de algún modo me siento estafado.

 

Frunzo el ceño.

 

-¿De qué hablas?

 

-No lo malentiendas, quiero decir, te ayudo a cumplir lo que quieres y yo.-Vuelve a morder su emparedado y toma el jugo al pausar, yo sigo comiendo de mi comida y prosigue.-¿Qué recibo a cambio?

 

Nunca me he puesto a pensar eso en profundidad hasta ahora.

 

Hades antes me había dicho que nunca había tenido sueños y lo comprendo. No sería justo que sólo hagamos lo que quiera hacer, también tengo curiosidad de las cosas que le dan felicidad a Hades y cómo conocerlo más.

 

De esta forma sería más fácil darme cuenta de quién es, sin tener un kilo de preguntas incómodas para él.

 

-Hades,-Lo nombro.-no sé trata de cumplirlo cómo si fuera una obligación. El sentido de esto,-Enfatizo todo.-es de disfrutar de lo que más nos atrae y nos gusta. Una última vez, olvidando por un momento nuestros problemas.

 

-Todos tenemos pasatiempos que nos hacen felices y también quiero conocer los tuyos.-Añado sinceramente.

 

-Me pregunto porqué no vine a este lugar antes,-Sonríe levemente con los labios unidos.-este lugar no es tan malo después de todo.

 

La calidez se impregna en mi pecho.

 

Debo irme ya. La preocupación sigue en mí,-aunque por momentos me olvide de ello estando a su lado-por pasar mucho tiempo, ya que cualquier empleado puede decirle a mi padre si conoce las reglas.

 

Me levanto del asiento y llevo conmigo la basura, sin embargo antes de marcharme Hades toma mi hombro.

 

-Hoy a la 1:00 a. m. te espero en la entrada de esta cafetería.-Me dice en un pequeño susurro que logro escuchar.

 

Asiento y ladeo un pequeña sonrisa, riendo a lo bajo, él parece notar mi diversión y eso lo confunde.

 

-Eso sería mañana.-Le aclaro divertida.

 

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Eso de editar es muy difícil 7-7




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