El Deceso de Nuestro Arranque

*24*

No puedo desechar esos recuerdos, no puedo olvidar su voz que regresa a mi mente fuertemente, anhelando el día para verle y decirle cuanto lo amo. La primera vez que un hombre me desea y me ama en esa magnitud, la primera vez que alguien me toma por los labios y me estremece el cuerpo entero, encajando sus manos con el simple hecho de abrazarme.

 

-¿Señorita Dasha?-El señor Connor interrumpe mis pensamientos y esta soledad, más acogedora que esta horrible prisión, junto a esos desalmados.-Su padre quiere verla, en este mismo instante.

 

Presiono mis dedos entre mi falda  blanca larga y trago duro, conteniendo ese nudo en garganta.

 

No he dicho nada, ni siquiera le he dirigido la mirada; Me siento molesta con todo el mundo, me siento traicionada; Por primera vez en este lugar me siento prisionera, encadenada a un futuro triste y amargado, desesperada por salir, por donde sea, menos a este lugar.

 

Los pasillos se miran tan largos y oscuros, el blanco no es suficiente porque es opacado por la oscuridad terrible de la noche y la única luz que hace visible el blanco, es la proveniente de la oficina de mi padre, cómo si fuese al pozo de los leones, para mi muerte segura, picando mis dedos ansiosa.

 

El sonar de mis pasos, es un dolor de cabeza, esos ecos, iguales a las películas de terror.

 

La puerta chilla al abrirla con un leve golpe y mis ojos se aguadan al verlo, justo ahí, al lado de mi padre, sentado y su rostro se impacta de verme, ese brillo tan peculiar de él, contemplando mi rostro.

 

-¿Hades?-Cierro la puerta detrás mío y mi impulso por ir con él me toma desprevenida y mi padre gruñe, deteniendo mi paso abruptamente. Giro mi mirada a mi padre y este me indica el asiento lejano, por poco olvido que él se encuentra aquí también, nublando mi mirada por la exigencia de mi ser, apegarme a él y suprimir este temor.

 

Dejo que mi cuerpo descanse en ese lugar y no puedo evitar sentir su mirada tan intensa en mí, estremeciendo mi cuerpo por completo y la sonrojes de mi rostro, al recordar que no han pasado ni horas, cuando él...me beso, lamiendo mi labio inferior nerviosa.

 

Trago duro.

 

-Según tengo entendido usted esta comprometido y mi hija de seguro, no tenía idea.-La severas palabras de mi padre, no me sorprenden, lo sabía y lo asumí al estar con él, sin embargo me desconcierta la sonrisa maliciosa de mi padre al declarar tal información.

 

-Lo sabía padre.

 

Frunce su ceño en completo disgusto y aprieta las hojas en sus manos, formando puños furioso.

 

-¿Lo sabías?-Reprocha furiosa.-No te he educado para ser una regalada Dasha, tu madre estaría muy decepcionada de ti.-Me riñe cerrando sus ojos fuertemente melancólico al mencionar a mamá y mi pecho se hunde, no, ella no tiene porque estar en esta conversación.

 

-Mi compromiso fue arreglado,-La voz de Hades nos toma por sorpresa.-lo que siento por tu hija es genuino y no me atrevería a traicionar su confianza.

 

La seriedad en su voz y sin temor al confesar eso a mí padre, me llenan los sentidos de sentimientos hermosos, al escuchar al aprecio que me tiene, su sinceridad reluciendo por fin, lo que me ha costado para que pueda abrirse ante mí, lo hace con valentía, en frente de mi padre.

 

-Eres un riesgo para mi hija, no permitiré que le metas ideas erróneas y luego ella sufra por ti, no permitiré que la historia de su madre se repita en ella.-Saca una bolsa con papales verdes, o más bien dinero, se levanta de golpe y tira la bolsa en su rostro.-Estás expulsado, no necesito su dinero, familia Mars o más bien, la manzana podrida de la familia.

 

La desesperación carcome mis sentidos y todo pasa tan rápido, que no soy capaz de analizarlo, el puño de Hades impactar en el rostro de mi padre, con furor, girando su rostro por el potente golpe. Mi padre siendo más fuerte que él, toma de su cuello y lo presiona contra la pared, tragándose todo dolor; Mis ojos pican y jadeo impactada, el nudo asfixiante de mi pecho se extiende.

 

¿Qué está sucediendo?

 

-¿Lo ves hija? Esto es lo que es, lo que menos quiero es que te dañe.-Apenas logra decir las palabras mi padre por la herida en su mejilla inflamada.

 

Hades respira sin pausas y apresuradamente, esta fuera de sí, transformando su expresión en una acalorada y radiante de odio, cómo si las palabras hirientes de mi padre, fueron las que encendieron a este Hades desconocido. Su pecho sube y baja, la mirada en sus ojos, es fría y calculadora, siniestra.  

 

-No me conoces.-La voz ronca y profunda de Hades, me pone los pelos de punta.

 

-Si quisiera podría mandarte a la misma cárcel.-La amenaza de mi padre hiela mis huesos.-Mi auto se encontraba en un bar, según las grabaciones, mi hija fue secuestrada por causa tuya; Sólo tendré las pruebas suficientes y te meteré preso, al arriesgar la vida de mi hija.

 

Suelta a Hades, no antes al proporcionarle un golpe bajo en su estomago, jadeando del impacto y este quedar si aliento, cayendo de rodillas al suelo abruptamente; Corro en ayuda por él y mi padre toma de mi muñeca con fuerza, ocasionando un leve dolor agudo justo en la muñeca, hago una mueca y gimo por su furor.

 

-Tu regresarás a la habitación, tomarás tus medicamentos y no volverás a ver a este bastardo.

 

-¡No!-Exclamo intentado esquivar los brazos de mi padre y este me empuja para salir, de mis ojos resbalan las lágrimas contenidas y el nudo se desata, sollozando sin piedad, forcejeando contra mi padre, con todas mis fuerzas; Golpeando de su pecho con furor. Realmente sintiendo que este es el fin definitivo.-¡Hades!

 

-Estoy bien Dasha... siempre lo estoy contigo.-Añade con la mirada cansada y su tono despreocupado, aunque su mirada destile frialdad y soledad, al forzar sus labios al ascender para dedicarme una última sonrisa forzada y caer en vano cuando mi padre logra alejarme.




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