El Deceso de Nuestro Arranque

*27*

Creí que Heze se había olvidado de mí, con el pasar del tiempo.

 

Guarde su número y le mande un mensaje para que me hiciera un favor muy importante, en el cual era mi única esperanza. Para que averigüe sobre el próximo evento que hará Hades e ir a ese lugar, a evento me refiero a fiesta; No es de extrañar que haga fiestas porque su familia es rica, ya se había movido un rumor sobre ello, ya que planeó hacer mi aparición.

 

Me doy valor y respiro profundo.

 

Será nuevamente romper las reglas, pero a estas alturas, ya no me importan.

 

Me pongo mi mejor vestido azul, tapando de mis piernas y brazos, apretado para descatar las zonas que quiero mostrar, me maquillo lo mejor que pueda y arreglo mi cabello destendido. Cuando llego al espejo y me veo en él, me impacto de ver lo bien que estoy, me he atrevido a usar algo más transparente de algunas zonas y colores oscuros. Hace buen contraste con mi piel pálida, nunca me he dado la oportunidad de usar colores oscuros y vestidos coquetos.

 

Siempre permanecían encerrados en mi armario.

 

Este vestido hace resaltar mis caderas, mis piernas largas y delgadas; Sobre todo, mi pecho casi inexistente, en ese caso, mi inseguridad sale a flote, viendo que poner en mi sostén para rellenar, ladeando una mueca.

 

Tomo las llaves del auto de mi padre, sabiendo que llaves tomar para escapar una sola noche de aquí y las once de la noche, escabullida en la oscuridad y hacer el menor ruido posible, arrancando el auto el entrar en él y acelerar, murmurando oraciones que mi padre no despierte.

 

Trago duramente.

 

La adrenalina corre por mis venas, el aire impacta en mi rostro y las luces que alumbran mi pasar, me dejan extasiada. Tengo dinero guardado en mi cartera y un arma por si acaso, ya que nunca he ido a una fiesta antes, no sé que puede pasar en esos lugares, principalmente porque voy sola, aunque dudo que la pueda usar.

 

Estaciono el auto en el parqueo y bajo de este, mando mis pies hacia la entrada y mis tímpanos rápido captan la música fuerte, proveniente de adentro. El montón de gente bailando, unos borrachos, otros drogados y pocos sobrios. Respiro profundamente una vez más y me adentro, sin esperar más mis ojos miran hacia todos lados, en busca de Hades. 

 

Las luces de colores en el lugar son cegadoras, ni hablar del olor desagradable.

 

De pronto logro verlo a unos metros míos-muerdo mi labio inferior-sentado con sus amigos en la sección del bar, espera, reconozco una persona a su lado.

 

Fedora.

 

Tenso mi mandíbula.

 

Esta muy feliz al lado de ellos tomando licor, mientras su mano acaricia la cadera de Fedora y esta le susurra en su oído contenta, riendo ambos mirándose fijamente a los ojos, demasiado tiempo para ser una mirada amistosa.

 

Eso hace hervir mi sangre.

 

Si él puede hacer eso, ¿Por qué yo no?

 

-¿Quieres bailar?-Una voz ronca me desorienta, girando mi cuerpo al momento de retroceder al admirar lo alto que es, hasta más que Hades, tragando duro tras ver sus músculos resaltadores junto a sus brazos repletos de tatuajes, completamente intimidante.

 

Aunque parezca un asesino en serio, no planeo rechazar a la primera persona que me invita a bailar, ¿Y si nadie más lo hace? No vine para quedarme sola, no.

 

-Claro.-Acepto, tragando duro, sin embargo antes de bailar me ofrece su bebida, ladeando una coqueta sonrisa blanca de lado, resaltando su piel morena, no segura de aceptar, quiero decir es suya.-No gracias.

 

-Tranquila, sólo es cerveza, es para ponernos en hambiente, ¿O eres menor de edad?-Eleva las manos en precaución y rompemos en risas cuando concluímos que no es así, ladeando mi mirada en la bebida y suspiro, tratando de ahuyentar mis temores, estoy grande, digo, puedo cuidarme sola, no necesito más de Hades y menos de mi padre.

 

Le arrebato de esta, tomándolo por sorpresa y de un sólo trago deposito totalmente de él, tosiendo de pronto cuando el ardor me consume la garganta sin piedad, tosiendo con más furor al hacer una mueca de asco tras el sabor. 

 

Este líquido es muy fuerte.

 

-¿Estás bien?-Pregunta, asiento apenas, frunciendo el ceño tras oír la música más sutil y mi cuerpo ligero, como sea, el mal esta hecho.

 

-Claro.-De pronto suena una melodía de Melanie Martinez y no dudo en bailar con euforía, esto de las fiestas es asombroso.

 

Dios han puesto una canción que me encanta, eso vuelve el ambiente mejor.

 

-Dices muchas veces "claro".-Dice con burla y traza mi cintura con su palma, me acerco con un movimiento brusco hacia su cuerpo cerrando nuestra espacio de pronto y abro mis parpados nerviosa, sube y baja sus manos de mi cintura a mi espalda, estremeciendo mi cuerpo confusa, fijando sus iris en mis labios y muerdo mi labio inferior nerviosa.

 

Oh no, de pronto mi mente se nubla tras una relajación que aturde mis extremidades y las palabras maliciosas salen de mis labios, divertida, inconsciente de las consecuencias.

 

-Es porque contigo todo puede ser claro.

 

Él ríe de lado, marcando su hoyuelo.

 

-¿Y con Hades?

 

¿Qué? No puedo evitar fruncir mi ceño.

 

-¿Cómo es que...?

 

Una luz aparece en su rostro y alumbra con más detalle sus facciones marcadas, haciéndome ver bien su rostro y reconocerlo, sus iris verdes y sus labios rellenos entre abiertos, con sus cabellos castaños hacia arriba, sus tatuajes hasta el cuello, su mirada intimidante y demandante.

 

Sin querer, me he metido con el león, el hermano de la manada.

 

¡La que me pario!

 




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