El Deceso de Nuestro Arranque

*42*

-¡Joder Hades!-Exclama Tucker riendo cuando ve a Hades tomando hasta el fondo de las últimas cervezas. En cierta parte, yo también sin poder creer cómo se descontrolo todo cuando al terminar de comer y los regalos, pusieron música y alcohol, las horas pasaron volando.

 

¿Cómo refutar por eso si hoy es un día especial?

 

Siendo mi primera vez también tomando algo tan amargo y feo, para nada de mi gusto, pero me siento más relajada y divertida, provocando que tome más.

 

-Tucker,-Le nombra acercando su cuerpo todavía consciente de sus pasos correctos, apuntando su dedo hacia él.-te dije cuidarla, ¿Cómo es que te vi hoy cargándola?

 

Abro mis labios impactada y me río sin querer, sonriendo a un lado por la notable molestia en su tono al preguntarle. En cambio Tucker sólo eleva una ceja, ladeando una sonrisa maliciosa, claro, lo negará, porque somos amigos. 

 

No obstante, su comentario me deja paralizada. 

 

-Una nena tan linda, ¿Cómo resistirme?-Recibe un puñetazo de pronto en el rostro y jadeo sin aire en los pulmones por el impacto, ocasionando que Tucker caiga de espaldas al suelo y Hades se monte encima de él, elevando el puño, en amenaza.

 

-¡Hades!-Exclamo asustada, ¿Qué ha dicho, qué ha hecho? ¿Qué sucede?

 

El señor Connor hace una hora se retiro para darnos privacidad, sin embargo en momentos cómo este lo necesito tanto.

 

La mirada que se tiran ambos es amenazante, tan profunda y matadora, que se podrían decir miles de cosas por medio de ellas. En cambio intento acercarme para alejarlos antes que empiece una pelea, no obstante, el comentario de Tucker me detiene.

 

-¿Te crees el bueno ahora?-Le pregunta Tucker, sin miedo a qué Hades le pegué, es más, ni tiembla.-Fui quien se dio cuenta de su situación con conocerla poco, a poco tu ni siquiera lo notaste con conocerla todo este tiempo. Ahora resulta que eres el gran salvador, cuando estoy arriesgando todo. ¿Por ti?-Bufa irritado.-Jódete Hades.

 

Rechina los dientes de Mars.

 

-Ella es mía.-¿Qué?

 

-Objeto no es.-Le aclara y gira su rostro levemente hacia mí, tragando duro por los repentinos nervios que me aturden, ante la situación tan tensa que resulta ser.-Me gustas Dasha, jamás lo dije jugando.

 

Mis mejillas se calientan sin poder procesar lo que ha dicho, expectante, ida por completo. No puede ser, Tucker, no, él no puede sentir eso por mí. De pronto un sonido me saca de mis pensamiento, cuando recibe otro golpe y grito asustada, corriendo hacia ellos e intentado separarlos, en cambio Tucker decide actuar y le regresa los golpes, ambos dando con puños y viendo pequeños rastros de sangre en sus nudillos.

 

-¿Creíste realmente que te ayudaba por ti?-Añade Tucker riendo sin gracia.

 

-Me ama sólo a mí y olvida el estúpido trato, puedo desecharte si así lo quiero.-Espeta Mars perdiendo la paciencia, ambos se separan respirando agitadamente, con raspaduras en sus rostros y unos cuantos moretones que manchan sus rostros.

 

-¿Tanto así no confías en Dasha para querer sacarme?-Las palabras de Tucker se tornan cada vez más maliciosas, con un odio en su mirar hacia Mars que me aturde. Confundida ante tantas emociones.-Así como lo puedes hacer conmigo,-Esboza una sonrisa y ríe con humor tras idear su pregunta.-¿Qué tal delatarte y jamás ver la luz de sol?

 

Mars forma sus manos en puños y toma del cuello de Tucker, sobresaltando mi cuerpo y el otro, sonreír tenebrosamente feliz, achinando su mirada directa a Hades, quién le sostiene de su bata y sus venas se sobresaltan del furor.

 

-¡Te mataré!-Gruñe Mars.

 

-Te haces llamar el bueno, cuando el futuro que te espera es para hacerla infeliz.-La fuerza en la mano de Hades se borra tras el comentario y retrocede, bajando su rostro flaqueando por segundos.-Vamos Mars, la policía te buscará, el padre de ella estará cómo loco y con tu estado, no habrá tiempo para cumplir sus sueños. Le puedo ofrecer todo sin tener que escondernos y hacerla feliz.

 

Mars suelta a Tucker y su vista se nubla, tambaleando su cuerpo al retroceder, respirando agitado, notablemente herido por dentro y cierto, cada una de las afirmaciones de Tucker son ciertas, haciendo sentir a Hades jodidamente mal, un completo egoísta, enfrentando su realidad otra vez.

 

Los ojos de Mars se giran hacia mí, notablemente triste.

 

Cree que me hace daño, huyendo a su lado.

 

-Te amo Dasha, pero conmigo, no puedo ofrecerte más que eso.-Mi corazón late con furor y corro hacia él, ignorando a Tucker por sus comentarios hirientes, tomando decisiones sin mi consentimiento, jamás decidiré sobre Mars, jamás lo haré, para mí sólo existe él, mi mundo es Hades.

 

Rodeo mis brazos en sus hombros y aspirando su aroma de vainilla con menta, completa a su lado.

 

-No me importa, vivir cada segundo a tu lado es mi medicina para el dolor y la tristeza.-Me separo, mirando sus ojos cafés hermosos bajo la luz de la luna, dejando escapar una lágrima retenida entre ellos.-No hay momento que no desee estar a tu lado.

 

-Piénsalo Mars.-Responde Tucker detrás mío y le miro, cómo él me da una última mirada y se retira, ingresando a la puerta, dejando a nosotros solos.

 

¿Pensarlo? ¿Pensar qué?

 

-Eres preciosa Dasha.-Sus palabras me sobresaltan y me congelo sonrojada al sentir sus labios sobre los míos, mmm, cálidos. Mirando a mis ojos menos ebrío que antes, sonriendo picaramente.-Al fin solos.

 

Mis mofletes se calientan escandalosamente hasta mis orejas y trago duro, sin saber qué decir, tomando él el silencio cómo un sí y toma de mi mentón, acercando nuestras narices y de pronto suena en la bocina una canción lenta, baja sus manos a mi cintura y comienza a bailar al ritmo, le sigo sonriendo tímida.




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