El Demonio entre las páginas

Capítulo 18

Capítulo 18

Ese día

Pasaron tres días aproximadamente desde mi encuentro con la policía, desde ese entonces estuve teniendo sueños extraños; en cada uno de ellos escuchaba una risa, una enferma y maniática, esto me llevaba un poco al insomnio, finalmente había llegado el día. Eran aproximadamente las cinco de la mañana, el sol comenzaba a salir, yo lo veía por la entrada de la cocina en camiseta mientras tomaba café, fue entonces que Johan entro a la cocina, aunque el evento fuese en la noche debía estar desde temprano para todo, mi hijo me había preparado un homenaje, me darían un premio y yo simplemente no podía disfrutarlo

-buenos días- dijo muy sonriente

-buenas

Aún recuerdo esa mañana, el entraba con el cabello mojado haciéndose una cola de caballo en su rubia melena, iba de traje color gris, sin corbata, con los primeros botones abierto; ¿Cuándo había crecido tanto mi muchacho?, se hizo hombre y ni yo mismo me di cuenta, precisamente por no darme cuenta de las cosas es que cometo errores. Lo vi prepararse el café y mis ojos se aguaron, esta noche cambiaria nuestras vidas para siempre

-te pasa algo- dice preocupado

-¿en qué momento creciste?- digo sin querer, el dibuja una sonrisa en sus ojos

-un poco todos los años- me levanto sin decir nada y lo abrazo

-estoy muy orgulloso, de ti y de tu hermana, los dos son mi orgullo

-¿Qué pasa nunca eres tan sentimental?

-en eso falle como padre- lo abrazo un rato más luego nos separamos

-bueno yo tengo que salir- me da una gran sonrisa

-ten un buen

-te veré esta noche

Y entonces se fue, quede solo en la cocina, hoy seria día largo seguramente le necesitan en la galería, la revista por lo de Adolf había cerrado y pasaba los día en casa, miraba mis fotos del ejército. Recordaba esos días, duros días de entrenamiento y vuelvo a tener esa imagen, ese civil que no pude matar, pero a mi mente viene una risa, una enfermiza carcajada que es la misma que aparece cuando duermo, sonaba como un violín tocado de mala manera, en vez de ser notas armoniosas lo único que genera es un sonido chirriante

En cambio veo mis viejas de cuando era un joven periodista que comenzó repartiendo diarios, creo que el periodismo es la mejor carrera del mundo, es la única donde la verdad es llevada de mano en mano y todos pueden adquirirla, una sonrisa se dibuja en mi rostro

La hora se hacía próxima , me ponía mi traje con mi corbata negra, entre las gavetas encuentro un viejo puñal, el mango es de madera; no recuerdo de donde salió pero es antiguo , la madera esta muy carcomida y al sacar la hoja esta algo oxidada, me reflejo en ella veo lo filosa que es, me la meto en el bolsillo, nunca habría intentado algo como eso jamás en mi vida, pero era la única salida, si ellos no podían encargarse simplemente yo debía tomarlo por mi cuenta

Desde el espejo de la habitación se refleja a Eva en el baño maquillándose, ira de negro también, Elie por su parte usa un vestido amarillo, está en la sala viendo televisión esperándonos a nosotros. Quiero decirles que se queden, necesito advertirles del peligro, pero como lo hago sin que mi familia crea que estoy loco, como les digo faltare al homenaje que me preparo Johan, no puedo, y solo hay una cosa por hacer

Bajamos al viejo auto, amenazaba con lluvia, íbamos por la carretera, la galería quedaba cerca de la mansión Maximiliana, por la zona Montañosa de Folkcop, sentía como me sudaban las manos en el volante, mi respiración se hacía más rápida, la frente se humedecía y a veces el auto se desviaba de un lado, cada árbol que pasábamos parecía más largo, faltaba poco muy poco

-Rob, ¡Rob!- decía Eva

-¿Qué?- dije volviendo a la realidad completamente nervioso, deteniéndome en el hombrillo del camino

-¿quieres que maneje yo?

-oh, yo puedo, yo puedo- dice Elie muy emocionada

-no- digo mirando a Eva distante- de ninguna manera- un poco severo con Elie

Retomamos, pasamos por todas esa casas y finalmente llegamos. La galería era enorme, tenía un enorme jardín en la entrada invadido por múltiples hileras de autos divididas en dos mitades por un camino de piedras, había flores en su mayoría rojas. El edificio era enorme, de color rojo pero blanco en los marcos de las ventanas, la entrada tenía un montón de columnas, pórtico y en una gran puerta de madera

Ya no podía retrasarlo más, era hora de entrar

 

 



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En el texto hay: misterio suspense

Editado: 01.11.2018

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