El Demonio entre las páginas

Capítulo 20

Capítulo 20

Es Él

La fiesta comenzaba, la sala estaba llena de personas, habían un montón de meseros con bandejas de champagne, la galería al menos en el recibidor era muy espaciosa, tenía pequeñas esculturas de distintos artistas, mesas bellamente decoradas con sus pisos de mármol blanco, un candelabro dorado y al final unas escaleras que terminaban en dos caminos que conducían a quien sabe dónde con una enorme alfombra roja que nacía en la puerta

La verdad entendía porque Johan pasaba tanto tiempo ahí, era sumamente refinado y este sitio era su estilo definitivamente

Vinieron un montón de personas a presentarse ante mí, yo en realidad no conocía a ninguna, todos vinieron de uno a uno a saludarme y decirme lo buena que era mi obra, algunos me daba la impresión que no tenían ni idea de quien era yo o si quiera sabia de que trataban mis historias. No era algo que me molestase; pero todos estas personas solo planteaban una duda en mí, ¿Cuál era él?, y de hecho podría perfectamente ser una mujer, pronto Eva regaño a Elie por usar los audífonos

-¿trajiste esa maldita cosa?- dijo histérica

-no es como que me esté divirtiendo mucho- dice ella tratando de esquivar a su mamá

-jovencita, esto es muy importante para tu padre…

-déjala Eva, no es como que me esté divirtiendo mucho tampoco, sinceramente me gustaría estar en otro lado

-¿Qué tal si vamos a la pizzería de cesar?- dice Elie muy entusiasmada, yo me rio le guiño un ojo

-quizás cuando me den el premio nos vamos con todo y tu hermano

Una parte de mi quería salir corriendo, estas fiestas son para gente aburrida con delirios intelectuales, todos tan falsos sonriendo como si me conocieran de toda una vida, se me hacía extraño no ver a Jurgen o a Johan, a los que si veía constantemente era a los dos policías, ellos siempre atentos de quien me saludaba y si trataba de llevarme a otra habitación aun así no me sentía completamente seguro

El corazón se me detuvo un momento, de pronto la música dejo de sonar y unos fuertes pasos comenzaron a oírse, apareció Johan bajando la monumental escalera, bien vestido como siempre

-buenas noches, bienvenidos sean todos, por favor si me siguen iremos al auditorio, luego volveremos a esta sala - ahí fue cuando sentí un verdadero nudo en el estomago

Caminar por esos pasillos se sintió como cuando los presos son enviados a la silla eléctrica, ambos oficiales iban a una distancia prudente, yo sujetaba a mi mujer con mucha fuerza y Elie iba adelante, a pesar del ambiente medianamente relajado, yo no podía estar más aterrorizado, llegamos a una sala que era un teatro con una gran tarima y un podio, junto al podio dos sillas donde estaba Jurgen sentado y otra vacía, Johan nos hace una seña desde donde esta y nos indica para sentarnos hasta el frente, seriamos en evento central ; desde ahí no podía ver a los policías, me senté ahora si no había nada más que hacer, salió hacia el podio un

-Buenas noches tengas todos, y se han bienvenidos nuevamente a la fiesta, para conmemorar a un ídolo, inspiración y modelo a seguir, Rob Goldfin o como me gusta decirle, padre- todos aplaudieron mientras Johan se sentaba junto a Jurgen, era inútil disimular, yo me sentía sumamente conmovido, creo que ese fue el único momento que me sentí feliz de estar ahí

Y así pasaron algunas caras por el podio, el dueño de la galería que dio un discurso sobre la situación política y como el arte era la única manera de mantenernos unidos, paso también otro intelectual que hablo de la evolución de la literatura y como aún tiene impacto, eso fue aburridísimo sinceramente, creo que el ultimo en hablar iba a ser Jurgen, él había permanecido todo el tiempo sentado hasta que se levanto

-Y ahora para finalizar, Rob debería darme las gracias, por mi causa ya no reparte diarios- todos se rieron- pero fuera de todo chiste, felicidades amigo- saco de debajo del podio una pequeña estatuita dorada- y ahora para entregar el premio, la persona que hizo todo esto posible, el denominado benefactor anónimo Dither Landa

El miedo se apodero de mi nuevamente, todos comenzaron a aplaudir muy emocionados, pero a mí el pulso me temblaba, en un ambiente de alegría se posaba en mí el temor más indescriptible que había sentido, pero pasaba algo raro los aplausos se habían detenido pero el tal Dither no aparecía, cuando finalmente cesaron se oyó la puerta del teatro abrir y enseguida un –maldita sea- proveniente de esta misma, al ver había un hombre en la puerta recogiendo unos papeles y susurrando algo

Luego de recoger emprendió camino hacia la tarima, sus ojos paseaban por toda la sala y decía algo en voz baja, usaba pantalones y una chaqueta marrón claro, dicha chaqueta estaba bastante gastada, también usaba un suéter negro cuello de tortuga que tenía pinta de tener todos los años del mundo. Media al menos 1,75, estaba algo jorobado, con el cabello castaño claro algo maltratado, se peinaba hacia atrás le llegaba hasta el cuello, tenía unas entradas considerables, dejaba ver claramente una amplia frente, era pálido como el papel, era sumamente ojeroso con unos ojos azules muy grandes y saltones, una nariz grande, unos labios un tanto gruesos pero rosados, un bigote junto con una chiva poco frondosos, en su cara reflejaba un aspecto de buldog con unos cachetes un tanto caído, con piel colgándole por el cuello



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En el texto hay: misterio suspense

Editado: 01.11.2018

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