Capítulo 23
Diario de Klaus Parte 7
Rob salía corriendo del teatro con su familia, estaba claro ese tipo Dither tenía algo extraño, h, esa mirada, esos ojos fríos pero fijos en su objetivo, como una serpiente casando un ratón , pero lo que más escalofríos me dio fue una gesto, una especie de mueca que indicaba satisfacción
Intentamos salir rápido, pero la gente se acumuló en la entrada haciéndonos imposible pasar, cuando salimos de la sala Rob había desaparecido. Volvimos a ir al recibidor y seguimos sin encontrarlo
-esto es malo Klaus
-lo sé, el plan era muy simple pero ahora se había convertido en un problema
-mira ahí esta- vimos a Rob con la mirada completamente perdida, su familia no estaba en ninguna parte, nos aceramos de a poco a él, pero algo nos detuvo una voz que venía justo detrás de nosotros
-¿un trago?
-no, no ahora- le dije distraído, pero sentí que me habían tomaba del brazo- ¿oye que te pasa?-al voltear de golpe, vi como el que me sujetaba tenía la chaqueta levantada dejando ver una sobaquera, pele los ojos como plato, este extraño era flacuchento con el cabello largo hasta los hombros, ojos negros como la misma noche
-no hagamos esto un alboroto, ¿te parece?- me guiño el ojo, el teniente se dio cuenta de esto y se detuvo igual- me alegra que nos entendamos, no habrá problemas con los muchachos
Al ver alrededor, vi una serie de rostros; todos bien vestidos pero sus miradas reflejaban malas intenciones, algunos miraban se dirigían claramente hacia nosotros y otros, mantenían la vista en Rob
-lo siento, pero su amigo Rob, tiene una cita pendiente, ustedes dos en cambio van a tener que venir conmigo
-¿y si no queremos?
-Mejor hagamos caso, no es momento para volverse rudo detective- Dijo el teniente nervioso
No había opción, dos personas más se nos acercaron , estábamos rodeados y dijeron –vámonos- y nos llevaron a otro sitio, la gente no se daba cuenta pero estábamos rodeados de maleantes, quienes en cualquier momento podrían formar un alboroto, desatando el caos, así que mejor hacer caso omiso
Nos llevaron a una sala donde habían varias esculturas pequeñas, habían dos sujetos y el tipo del pelo largo nos amarraba en una silla, este se había quitado su saco y la sobaquera, tenia su arma en el bolsillo y nos había quitado las nuestras
-como odio los sacos- decía mientras se remangaba- son tan incomodos, pues ¿Qué tenemos aquí?, quieren presentarse ante el grupo
-¿Por qué no empiezan ustedes?- dijo el teniente tratando de ser amable, el hombre soltó un gran suspiro
-miren a nosotros solo nos contrataron, las ordenes fueron muy claras, no podemos dejar que alguien se acerque ni al jefe ni a la presa y evitaremos un alboroto así de simple, en cuanto todo termine, simplemente los dejamos ir
-¿y si vamos con la policía?- dije
-eso no es un problema, el jefe sabe bien lo que hace
-no me parece que dejarnos vivos sea una buena idea- dije retándolo
-Gustav cállate
-un tipo chistoso- dijo el del pelo largo
-no teniente piénsalo, me encantaría encontrarme a este en la calle y golpearle, quizás así aprenda modales en vez de cuidarse tanto el cabello- el tipo del pelo largo me dio un puñetazo que tumbo todo y silla, luego puso su zapato en mi cara
-creo que es otro el que debería aprender modales, como respetar al que tiene claro control de la situación
-tu jefe debe pagarte mucho para tener esos finos zapatos
Lo suficiente, ahora, ustedes dos quédense aquí con ellos, no dejen que se vayan yo me asegurare de que todo lo demás este bien- y nos dejó con los otros sujetos
-Impulsivo como siempre, oficial Klaus
-siempre, es parte de mi encanto
-no puedo con…- de pronto el teniente empezó a toser, de unos leves brotes paso a una tos crónica que no podía detenerse
-oye que le pasa- dijo uno de los sujetos
-no lo sé- dije preocupado
Se le acerco- oye amigo, ¿te sientes…- cuando se acero lo suficiente el teniente Gustav le dio un cabezazo tan fuerte que le rompió la nariz- ay, ¡maldito desgraciado!- el golpe lo mareo tanto que trato de dar un golpe pero el teniente bajo la cabeza esquivándolo, el otro simplemente se comenzó a reír- de que te ríes imbécil
-un viejo atado acaba de darte una paliza
-ah, te parece gracioso – le dio un empujón a su compañero
-oye, ¿qué te pasa idiota?
-te daré una paliza- este se le acerco a su compañero con los puños levantados, el otro le dio un empujón tan fuerte que derribo al teniente y se escuchó un crujido, en un abrir y cerrar de ojos el teniente tenia al tipo con su brazo en el cuello
-ahora hablamos mi idioma- dijo el teniente
-oye viejito déjalo- le sacó el arma
-le dispararas a tu amigo, eso no es muy ético- fue entonces cuando el teniente empujo a su rehén y le lanzo todo el peso al otro, haciendo que ambos cayeron, cuando el otro trato de volver a levantarse, el teniente le dio un puñetazo en la cara dejándolo fuera de combate, yo estaba fascinado con lo que había visto y solo dije