Capítulo 24
Las palabras de Cobra
Yo lloraba desconsoladamente, no me importaba que me viese Gustav, aun no lo podía creer me lo arrebataron, me arrancaron a lo que más quería y lo último que recordare de Johan es su ira hacia mí, esa mirada de odio que me brindo, desprecie su regalo, era fútil llorar eso no lo traería de vuelta
-lo siento amigo- dice muy apenado
-se ha ido, simplemente se fue, me lo arrebataron y todo es mi culpa, si lo hubiese previsto, si no fuese tan estúpido
-lo atraparemos- dijo más determinado- no permitiré que nadie más muera, yo entiendo perfectamente tus sentimientos, por culpa de mis descuidos alguien murió y no pienso volver a cometer ese mismo error, además también soy padre – me puso la mano en el hombro y me sonrió- estaremos bien
Estábamos ante la casa de Jurgen, esa blanca casa de techos negros era sombría, pero lo que más aterrorizaban eran esas enormes rejas que terminaban en puntas, abrimos la reja, caminamos hacia el porche y el teniente puso la mano en el pomo de la puerta y se quedó frio por unos segundo
-¿Qué pasa oficial?- él luce aterrorizado
-la cerradura está rota, hay alguien en la… - la puerta se abrió violentamente empujando al teniente hacia adelante
-¡Hey!- entre gritando, pero apenas al entrar un puñetazo termino en mi cara y termine en el suelo desorientado
En la sala habían dos tipos, uno golpeaba al teniente varias veces en la cara por el que me golpeo a mí, este intento defenderse pero fue inútil. El teniente se echó hacia atrás y termino atrapado por el otro sujeto quien le hacia una llave de cuello; otro fuerte golpe termino en la sien del teniente desmayándolo y haciendo volar sus lentes
-¡no!- grite me levante tan rápido como pude pero a medio camino me patearon el estómago repetidas veces, estaba completamente adolorido, desde el suelo veía como se lo llevaban por las escaleras como si fuese un muñeco de trapo, estaba mareado me sangraba la nariz, pero fue entonces cuando algo vino a mi
-la reja- dije en voz baja- ¡maldita sea la reja!- pronto escuche romper unos cristales y como los dos sujetos bajaban a toda velocidad para irse, me levante de golpe, preví lo peor, mientras subía mil y un imágenes pasaban por mi mente lo que sentía era el verdadero terror , terminaba de subir, llegue a ese cuarto abierto y al asomarme por la ventana encontré justo lo que pensé
Bajo con paso lento, el estómago me había dado un brinco, no creía lo que mis ojos habían visto, salí al patio gire a la izquierda y ahí estaba
El teniente Gustav, fue arrojado desde la ventana y había caído boca arriba sobre las afiladas puntas de la reja, estas atravesaron su espalda hasta el estómago, delante de mi estaba el horror, lo grotesco, la más pura locura. Veía al pobre teniente con esas demoniacas equis en los ojos, la boca abierta, los brazos caídos, como si fuese una camiseta tendida en un hilo
Quede petrificado, esperando despertar que esta pesadilla, deseando que fuese eso, solo un sueño, quiero despertar entre mis sabanas, que el pesar desaparezca con el simple hecho de abrir los ojos, que simplemente sea una ficción de las muchas que he hecho, esperar el sonido del despertador y decirme que no debo enfrentar esto. Pase unos minutos sin moverme, sin oír nada más que el dulce rumor de la lluvia hasta que este fue interrumpido por un grito, uno ensordecedor que se oía desde tan cerca y así era, se trataba del detective Klaus desde la ventana
-Noooo- escuche como corría, yo lentamente camine hasta la puerta y vi como salía disparado hacia donde estaba el teniente- ¡no!, maldita sea no- se desplomo en el suelo- esto no puede ser, debemos bajarlo de ahí llevarlo a un maldito hospital
-es inútil- dije de manera fría- está muerto- lo veía enojarse, refunfuñar y arrancar pedazos de hierva del suelo
-no, teniente Gustav, por qué, cómo pudo pasar esto
-ya no hay nada, absolutamente nada que hacer- dije tratando de contener las lágrimas, el detective se detuvo se levanta y aun dándome la espalda me dijo
-no, aún hay algo que puedo hacer- entonces se volteo lleno de ira apuntándome con su arma
-¿Qué estás haciendo?- dije aterrado, él lleno de cólera y rencor dijo
-detener esta mierda- di un paso hacia atrás y él uno hacia adelante
-escucha, ya sabemos quién es podemos… - no podía razonar con él lo único que podía ver en su mirada era odio, resentimiento e ira
-no dejare que nadie más muera a cuesta tuya, pero te daré algo que al teniente no le dieron, 10 segundos de ventaja
Salí corriendo, escuche el primer disparo pego de una de las paredes de la casa, el auto de Gustav estaba en mitad de la calle estacionado en diagonal y al pasar junto a este se escucha como una bala le vuela una luz, del susto brinco caigo al suelo, como una sombra de muerte veía a Gustav pasando su mano derecha por el techo del auto y se detuvo justo pasando entre ambas puerta comenzando a apuntarme
-se te acabo el tiempo, Rob
-y tú no sabes contar
-no te pongas así, esto no es personal- cerré los ojos, estaba listo para aceptar mi muerte, escuche el disparo, en cualquier segundo iba a sentir como me atravesaría el pecho, pero los segundos pasaron y nada que sucediese, al abrir los vi como Gustav estaba en el piso y me levante de golpe