Capítulo 25
Huida
Corría por las calles, el sol comenzaba a aparecer en el horizonte, no sabía que hacer o a donde ir, termine en un callejón jadeando estaba agotado de tanto corre, la pregunta en mi mente era clara ¿A dónde ir?, no primero tenía que pasar de ser percibido. Para mi fortuna, había un vagabundo en el callejón con un gran abrigo color gris y gorro negro, saque mi arma y fue a donde estaba él, este aterrorizado me vio con el arma
-yo no tengo nada
-tu abrigo y tu gorro- dije en voz baja
-¿Qué?
-¡quiero el abrigo y el gorro!- me miro extrañado y se los quito, ambos estaban muy gastados
-pero eso no vale nada
-ese no es tu problema- me quite el saco y la corbata- toma, véndelos
El abrigo era de lana y me llegaba hasta las rodillas, fui hasta mi casa, no podía irme sin despedir a mi familia, no podría soportarlo pero para mí desgracia la calle estaba acordonada, no solo era la cinta de no pase, habían varias patrullas alrededor era completamente imposible que pudiese pasar
Me metí en una cabina telefónica y me puse a marcar, dude antes de presionar el último número, ¿y si me rastreaban?, ¿y si grababan la llamada?, no sabía que hacer o pensar hasta que por un espasmo marque, empezó a repicar; una, dos, tres, al cuarto perdí la esperanza pero a mitad del quinto
-¿hola?- era Eva, su dulce voz salía por la bocina- ¿hola?- por como sonaba seguramente había estado llorando, me sentía miserable- hay alguien ahí…- colgué, no podía, simplemente no podía hacerlo, escuche una de las sirenas, otra patrulla llego espere a que se detuviese y Sali corriendo de ahí
Ahora paseaba por mi mente la idea de cómo se suponía que les iba a explicar a las chicas que me largaría, entonces recordé lo que dijo Cobra y fui al hospital, piso tres habitación 21, no sabía que esperar de ahí y fue entonces cuando lo vi. En la habitación había una persona en cama, tenía la cara llena de moretones y la pierna levantada y ese no era otro que Jurgen
-oh dios, así fue que supieron que iríamos a tu casa- lo vi y la tristeza me invadió- amigo mío qué te han hecho, vi su chaqueta en una silla y tuve una idea, fui al baño y tome un poco de carta higiénica y con un bolígrafo escribí
Querido amigo, hoy debo partir, no sé a dónde, sé porque, pero no lo puedo decir; cosas terribles han sucedido a costa mía y simplemente no puedo dejar que otro sea herido o peor. Ya cause suficiente daño y por eso debo irme, no sé siquiera si llegare a regresar algún día; y en tus manos dejo esto
Dile a Eva que la amo con todo mi corazón, que lamento no haber sido un buen esposo, que lamento que Johan haya tenido que irse tan pronto, que jamás veremos cómo nos dará nietos, que jamás veremos el potencial y a Elie que lamento no poder ver como crecerá, como ira a la universidad, como se convertirá en una mujer, como conocerá el amor. Lamento no haber podido ser el padre que ellos merecían, como estaba siempre en mi mundo, pero no lamento todo el amor que les di y que a pesar de aun las amo y los seguiré haciendo desde el fondo de mi corazón
Siempre tuyo Rob
La doble escribí en una de las caras “Jurgen dale esto a Eva” deje la nota en el bolsillo de la chaqueta y me fui de ahí
Ya estaba todo listo, luego de eso fui a la salida del pueblo, espere en la estación tren, siempre con la cabeza agachada para que nadie me viese, no sabia a donde iba ese tren pero este me haría dejar Folkcop atrás
Fin de la primera parte