Capítulo 6
Recreando Parte 1
Sabía que había algo en ese recorrido, ese día paso algo, lo sé, la respuesta está aquí como dijo Adolf; Dither quiere esto, si llegue a este pueblo fue por algo, la suerte me trajo pero ya estoy aquí y mi deber es descubrirlo
Tenía imágenes vagas de ese día, yo tambaleándome, la nieve caía, hoy en cambio hace bastante calor y lo que una vez pudo ser una ciudad prometedora ahora no es más que la sombra de lo que fue, como han envejecido estas calles creo que al final si todo tiempo pasado fue mejor aplica solo cuando el futuro no es lo que esperabas
Llegue a una calle que me recordaba algo, veía el pequeño supermercado, una pastelería y el grafiti de una niña con una máscara de gas, todo estaba más o menos como lo había dejado; esa era la calle donde estaba mi apartamento con Anna, lo recuerdo claramente era el edificio que tenía justo al frente, yo vivía en el piso tres, no pude evitar sonreír. Espere unos segundos en la puerta principal, alguien salió y entre, subía esas escaleras que crujían por ese pasillo endemoniadamente estrecho, entonces llegue a la puerta roída que solía ser la mía
Sin querer gire la manilla y la puerta se abrió , seguía más o menos como lo deje una cama en el medio de la sala, un baño microscópico y una cocina apretada, viejos días . Esa mañana desperté con una resaca terrible, me senté en la cama viendo hacia la ventana tenía la mirada perdida y me zumbaban los oídos, luego escuche el sonido del baño y salió Anna
-buenos días, amor
-buenas- ella me mira extrañado
-¿te sientes bien?
-la cabeza me está matando- empecé a sobarme las sienes
-creo que necesitas una aspirina
-urgentemente- ella se rio y se sentó en mis piernas
-ven acá- trato de besarme y yo riendo la esquivaba
-no, no
-ven acá tontito- me recosté nos besamos- ¿Dónde estuviste anoche?
-bebiendo
-pensé que te tocaba turno de guardia en el campo de entrenamiento
-ah mierda- digo de golpe
-¿Qué paso?- dice seria
-bueno yo
-Rob
-Renuncie- hubo un silencio de unos segundos
-¿Qué?- dice incrédula
-este…, renuncie
-por Dios Rob- se levanta de golpe
-mira yo sé que es difícil, pero conseguiré
-maldición Rob, ahora que se supone que vamos a hacer- empieza a caminar histérica por la habitación
-yo sé, yo sé, pero tú no entiendes
-¡no!, tu no entiendes que estamos atrasados con la renta, aparentemente no lo entiendes
-claro que lo entiendo- digo tratando de mantener la compostura
-ese salario de oficial hubiese sido perfecto, pero tú lo odiabas
-muy bien suficiente- me levante y la tome por el brazo- ese sitio está podrido, nada bueno sale de ahí, mejor mantenerse lejos
-yo sé que aun tienes esa fantasía de ser escritor, pero eso no nos dará de comer- eso se sintió como una puñalada, me senté en la cama- ay amor lo siento- me abraza- escucha me encantan tus historias y como escribes, pero ahora necesitamos dinero más que sueños
-ya lo sé, ya lo sé- digo en tono derrotado, sin decir más me empecé a vestir
- ¿A dónde vas?
-a dejar de soñar
Rob- me detengo en el umbral de la puerta
-dime
-te amo
Me voy sin decir nada, ese día fui a un parque compre un periódico para ver las ofertas de empleo, pero antes y como es costumbre me puse a divagar en mis pensamientos, siempre llevaba conmigo una libreta donde hacia pequeños cuentos de cosas que veía, a veces me quedaba viendo a la gente y cuando se marchaban pensaba, ¿A dónde va?, ¿Quién es?, ¿hizo algo malo? Y de ahí nacía una pequeña historia
No era el momento debía hacer algo, Anna aunque cruel tenía razón necesito centrar mi cabeza y conseguir un empleo, aunque odio esa casa hay que pagar, fue entonces como buscando entre los clasificados del periódico encontré algo útil, el periódico de la ciudad necesitaba un repartidor, eso iba de anillo al dedo porque no hacía falta ningún tipo de experiencia, solo estar despierto a primera hora. Llame para solicitar y con una entrevista oficialmente trabajaba para el periódico