Capitulo 11 La Cita
Llegue al restaurante a la hora acordada, no más bien llegue 5 minutos antes como lo habíamos acordado; en la cuchara me reflejaba y trataba de arreglar mi cabello , en este momento me hubiese gustado afeitarme la barba pero ya es tarde para pensar en eso, además me estaba arrepintiendo de haberme puesto una camisa de blue jean, eso estaba muy pasado de moda
Estaba emocionado sinceramente, hace rato que no tenía una cita y la tenía con la mujer mas hermosa que pude a ver encontrado, aun no podía creer que estuviese pasando. Ya la imaginaba entrando por esa puerta, preguntándole a la persona que atendía, <<disculpe ¿a qué hora llego el joven de esa mesa?>> Y el responde, <<exactamente hace cinco minutos >>
Pero para mi sorpresa ella no aparecía, pasaron cinco minutos de la hora que habíamos acordado; no me pareció algo extraño digo después de todo nadie puede ser tan puntual, aunque yo no me iba a arriesgar a que cumpliera sus palabras .Me empecé a preocupar cuando ya tenia 20 minutos de retraso, por un momento pensé que me habían dejado plantado
Sin embargo cuando llegaron los 40 minutos de retraso la vi entrar por esa puerta, traía un vestido morado, se veía tan hermosa pero tenia una expresión de tristeza en esos ojos maquillados se notaba algo de arrepentimiento , espero que no se deba a mi. Ella llego, saludo y sentó para decir:
-lo lamento- dice con bastante pena- odio llegar tarde, la verdad lo detesto bastante pero se me averió el auto y tuve que pedir una grúa- era eso, esta chica se preocupa mucho
-no te preocupes, no es que yo sea muy puntual- sonría ligeramente
-pero llegaste es lo importante
-cinco minutos antes como lo prometí- ella pone su mano en la mejilla y arquea la cabeza un poco
-eres una persona interesante
-es parte del oficio- digo muy seguro
-¿y el brazo también lo es?- dice intrigada, yo me bajo de hombros y sobo un poco el yeso- ¿dije algo malo?
-no, no- digo apresurado- soy policía y este fue un día que quisiera olvidar
-todos tenemos días malos- dice comprensiva
-últimamente son todos malos
-intenta tener un ex novio famoso y dime que es un mal día- levante una ceja al oir eso
-¿y ese quién es?
-¿te gusta la literatura?
-bueno, una vez leí el principito
-bueno, mi ex es Rob Goldfine- me quede frio por unos segundos – si lo conoces- dijo irritada- siempre arruino mis citas por andar nombrándolo, es mejor que me vaya
-Espera- digo apresurado- conozco a ese sujeto, es un idiota- ella me dio una sonrisa- por favor siéntate
-lamento la escena, no suelo tener muchas citas
-puedes suponer que yo tampoco- ambos reímos un poco
-¿y qué hacemos aquí?- dice intrigada
-solo pasar el rato
La cena no pudo salir mejor, la comida fue maravillosa, la atención impecable, esta vez si parecía una película. Durante todo el encuentro estuvimos hablando y contando anécdotas de mil y un cosas, fue como una tarde de desahogo; ella me conto de cómo conoció a Rob, de que vivieron juntos y de cómo siempre había querido estudiar psicología pero las circunstancias nunca se lo habían permitido
Yo por mi parte, trate de no indagar detalles en cosas como el orfanato o campanas, ella no quiere oír esas cosas, en cambio hable de mi pasado de roquero , algunas de mis casos y con respecto al brazo solo dije que me dispararon
Estuvimos en el restaurante hasta que nos sacaron porque iban a cerrar, nos fuimos en mi auto y la lleve a su casa; ella se notaba que no quería irme pero ya era bastante tarde, se queda callada unos segundos y me dice:
-bueno, ya debo irme
-¿te divertiste?- le digo
-más de lo que me hubiese imaginado
-entonces esta noche fue aprobada- quito los seguros del auto, ella me miro extrañada
-¿no me vas a pedir que te invite a pasar?
-si hago eso hay dos escenarios, que te ofenda y me rechaces o que me aceptes y yo suba, en ambos escenarios seguramente no volveré a verte y yo no pretendo eso, así que esperare a que me lo pidas voluntariamente – ella da una buena carcajada
-eres increíble- me da un beso en la mejilla- si quiero volver a verte y espero que no tarde demasiado
Ella se baja entrando a su casa, yo reclino el asiento del auto, me siento como un niño sonriendo como tonto por las pequeñas cosas. Subo el volumen del auto y tamboreo el volante, estaba en el extasis pero mi felicidad fue interrumpida por unos gritos de afuera, saque la ventana por la cabeza del copiloto y era ella que gritaba desde su ventana
-oye guapo, ¿no quieres pasar?
Bueno, la hora de ser un niño termino es hora de que los adultos se diviertan. Subí rápidamente a su apartamento y ella me esperaba con algo mas que los brazos abiertos, esta demás decir que pasamos la noche entera dándonos pasión como nunca antes en mi vida. Cuando los primeros destellos de sol atravesaron por la ventana estaba confuso, veía a ella como dormía de lado sin nada encima, yo por mi parte me quede pensativo sentado a los pies de la cama, ella se percata de mis movimientos y se despierta
-¿te pasa algo?
-es que anoche, no escuche las campanas