Capítulo 1- el reencuentro
Me bajaba del tren con ese desgastado abrigo largo que me había dado ese vagabundo hace aproximadamente un año, mi largo cabello estaba sucio y grasiento ; veía a la gente entrar y salir de trenes con toda la normalidad del mundo ninguno parecía reconocerme sin embargo trataba de mantenerme la cabeza baja en caso de ver una cara conocida, y entonces apareció, se me pusieron los pelos de punta al verlo y él me reconoció de inmediato, dejo de hacer lo que estaba haciendo , andaba con su gastada chaqueta de cuero
Ambos nos conectamos con una simple mirada como si fuésemos dos leones listos para atacarnos, él se acercó rápidamente y yo hice lo mismo; pronto estábamos en el andén del tren frente a frente, nos fulminamos con las miradas se sentía la testosterona entre nosotros, en cualquier segundo uno lanzaría un golpe
-así que estas vivo- me dijo muy firme
-más que nunca
-¿Por qué volviste? Rob Goldfine
-porque debo terminar todo esto Klaus- el detective aprieta fuertemente los dientes
-todo está bien, iba excelente y se te ocurre aparecer
-debo recuperar mi vida- le digo muy serio- y si no vas a ayudarme con permiso- empecé a caminar con paso firme alejándome de él pero este no tardó mucho en seguirme y decir
-escúchame bien Goldfine, tengo un arma en el bolsillo y si no haces exactamente lo que te digo voy a dispararte- me puse nervioso de inmediato, no podía llamar la atención huyendo y tampoco podía sacar yo mi arma, este tipo me había acorralado
-no serias capaz
-¿quieres comprobarlo?- me dijo retándome, pensé por unos angustiosos segundos
-está bien, ¿qué quieres?
-simplemente haz me caso
Seguí las ordenes atentamente de Klaus, trataba de pensar que hacer para escapar pero era inútil, era una situación de presa y depredador; dicha circunstancia me hizo darle un recorrido por toda la estación del tren hasta llegar al baño más apartado
Al entrar Klaus coloco el anuncio de piso resbaloso en la puerta del baño para asegurarse de que nadie viniera, la luz del baño era tenue un charco en el piso marcaba la separación entre nosotros
-¿entonces vas a matarme?- dije nervioso
-quiero que me digas, por qué volviste
-¿Dónde está tu arma?- ahora es la intriga en lo que me domina
-pues era mentira Rob- dice sonriendo- no tengo ningún arma – se truena los nudillos – solo dime lo que quiero saber
-bueno, eso es interesante
-¿a qué te refieres?
-que es fácil identificar quien está en desventaja- saque el arma y la expresión de Klaus cambio, le di una fría mirada, por su parte empezó a enojarse
-¿de dónde sacaste eso?
-un regalo
-¡esa es mía!, ese tipo de armas las usa la policía, tú la tuviste todo el tiempo
-y ha tenido una larga trayectoria con ella- le quito el seguro
-pero que tenemos aquí- se empieza a acercar – un valiente, bueno enséñame- llego hasta estar a unos escasos centímetros del cañón - yo comencé a respirar más rápido este tipo no tenía ningún tipo de miedo
-voy a hacerlo- trato de aun mantener el control de la situación
-sabes, hay una mentira que nos enseña el cine- de pronto me lanzo un golpe con al brazo del arma, con el otro me dio un puñetazo en el rostro, me tomo del cuello y me dio un golpe en la espalda con su rodilla, dejándome caer sobre las mías; con el arma en el suelo yo estaba a su merced- tener el arma muy cerca del oponente te arriesgas a perderla
-muy bien me tienes
No lo mostraba pero yo estaba bastante asustado pero tampoco iba a dejar que este tipo me derrotara, eche violentamente la cabeza hacia adelante haciendo que Klaus se inclinara y perdiera el equilibro, de ahí tome fuerza para ponerme de pie comenzando a dar vueltas en mi eje, dando una sacudida violenta me lance de espalda contra una de las puerta de los cubículos causándole un fuerte golpe a Klaus así me libere de él para emprender a correr
Escape como esa vez con el policía en otro pueblo, correr se había hecho tan común, aunque ahora de la única cosa de la que quiero escapar es de esas ganas de echar a correr, huir nunca solucionara mis problemas, es hora de tomar responsabilidad de mí mismo
La lluvia volvió a caer en el pueblo de Folkcop volver a ver mi pueblo (aunque no natal) me ponía de bastante de buen humor, todo estaba igual como lo había dejado, las tiendas estaban donde las deje, las estatuas de las plazas o las iglesias con sus grandes cúpulas, los chubascos que caían no me impidieron disfrutarlo ahora sí que me sentía en casa y hablando de ella poco iba retomando por las calles donde solía vivir hasta que frente a mi estaba mi vieja residencia
Las paredes, las ventanas, las escaleras de la entrada todo estaba ahí una calle me separaba, era solo ir de una acera a otra ¿te atreverías Rob?, ¿eres capaz de dar ese paso?, cuando estuve a punto de darlo me quede frio nuevamente unos segundos, quien pasaba dando saltitos para llegar sin que la lluvia se lo impidiese no era otra que Eva
Pasaba por esa acera agitando su cabello que se movía con gracia, usaba una gabardina gris muy elegante, iba con tacones, medias y bolsas de supermercado, seguro olvido el paraguas siempre lo hace era incapaz de meterlo en su cartera ni con las nubes más negras del mundo