El Demonio Interior

Capítulo 2: Encuentro con el destino

Al llegar a Draknoon, vi que una pequeña caravana de mercaderes salía del pueblo. Me dirigí rápidamente hacia la casa del guardián del pueblo, le conté lo que había sucedido en Daimari y Rute, el me dijo que sabia lo de Daimari, pero no tenia información sobre Rute. El ejército de Draknoon, era aun mayor que el de Rute así que Aznar, el guardián del pueblo me dijo que enviaría ayuda a Rute. Por fin mi viaje había terminado, estaba muy cansado, así que me ofrecieron una habitación en la posada del pueblo, era tanto mi cansancio que me dormí inmediatamente.

Me desperté en la madrugada, en las calles del pueblo, se veía como una gran cantidad de guerreros se preparaban para ir a Rute, llevaban alimentos, armas y medicinas, no sabían a que se enfrentarían en el camino, así que iban lo mejor preparados que podían, decidí salir a ver como iban las cosas, Aznar, me dijo que estaban listos para salir hacia Rute. Los primeros rayos del sol asomaron y comenzamos el viaje hacia Rute.

En la salida del pueblo, vimos como la caravana de mercaderes que había salido el día anterior, regresaba, nos dijeron que habían caído enormes rocas de las montañas Malashi que habían bloqueado el paso hacia Rute. Aznar entonces, dijo que la unía manera de llegar a rute, era cruzar el río hacia Idalis y de ahí viajar hacia el oeste, era un camino mucho mas largo, pero no teníamos otra opción, limpiar el paso de las montañas Malashi tomaría semanas.

Sin perder tiempo, cruzamos toda la ciudad y nos dirigimos hacia el este, el río estaba lejos de Draknoon, así que nos tomo varias horas llegar al río, ahí cruzamos el puente y preparamos el campamento, había caído la noche, a pesar de la prisa que teníamos de llegar a Rute, no era conveniente viajar de noche, no sabíamos que nos podíamos encontrar en el camino.

Esa noche, se sentía una extraña presencia en el ambiente, como si algo terrible estuviera a punto de pasar, algunos de los guerreros hicieron guardia, no podían permitirse un ataque por sorpresa, afortunadamente fue una noche tranquila.

Durante la mañana siguiente, comenzamos nuestro viaje hacia el norte, quedaba mucho camino por recorrer antes de llegar a Idalis, viajamos durante varias horas sin detenernos, a pesar de eso, parecía que no avanzábamos nada, poco a poco, comencé a sentirme desesperado, habían pasado 6 días, quizá los demonios ya había destruido a Rute.

Las caravanas y el ejército, avanzaban tan rápido como podían, pero el camino no era fácil, cada minuto, cada instante que avanzábamos, podíamos sentir como poco a poco las fuerzas se nos acababan. Llego un momento en el que ya no podíamos continuar, la inclinación del camino y el enorme calor hacia cada vez mas difícil el camino, así que nos vimos forzados a acampar.

Por la noche, platicando frente a la hoguera, uno de los guerreros, menciono que estábamos bastante cerca de Abrisa un pueblo donde había gente que usaba la magia negra en sangrientos rituales, debíamos ser cuidadosos al pasar por ese pueblo. Pero a pesar de todo, nos sentíamos tranquilos, ya que no era necesario pasar muy cerca de ese pueblo.

Con los primeros rayos del sol, levantamos el campamento y comenzamos nuestro viaje, apenas habíamos avanzado un poco, cuando fuimos atacados por un grupo de demonios, nos tomaron por sorpresa, logramos repeler un poco el ataque, sus ataques eran muy metódicos, primeramente atacaron las caravanas donde llevábamos el alimento, era como si no desearan que llegáramos a Rute.

Inicio una sangrienta batalla, eran muchos los demonios que nos atacaban, pero también eran muchos los guerreros, conforme avanzo la batalla, cayeron muchos demonios, los guerreros, parecían saber como luchar contra estos seres, ya que a pesar de la adversidad de la batalla, de la diferencia de tamaños de los ejércitos, poco a poco fueron repeliendo el ataque.

Los demonios parecían estar perdiendo la batalla, nuestro ejercito poco a poco, fue tomando control de la situación, sin embargo, apareció un demonio mucho mas poderoso Duraiel, los ataques no lo afectaban en lo mas mínimo, venia seguido de enormes legiones de esclavos del infierno y con su poder, convirtió a los guerreros caídos en sus esclavos.

Nuestro ejército hizo frente a esta nueva amenaza, con valentía, sin miedo a morir, lucharon con todas sus fuerzas, muchos demonios cayeron de las nuevas legiones que venían, pero también, muchos de nuestros guerreros cayeron en la batalla, en ese momento, solo podía pensar que moriríamos todos, y peor aun, que todos los caídos, seriamos parte del ejercito de Duraiel.

Parecía no haber esperanza, siempre creí, que los demonios no podían existir, y que aun existiendo, no podían lograr atacar de día, pero que equivocado estaba, de día o de noche, no estábamos a salvo en ningún lugar, nuestra apacible vida, se estaba convirtiendo en un gran infierno, jamás en mi vida había visto tantos muertos, mi corazón latía rápidamente, sentía un gran temor, intente correr, para escapar, pero no pude, ya que nos tenían rodeados.




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