El cuerpo de Mi-yeong seguía tenso, incluso cuando Dae-hyung ya no hablaba.
Sus manos aún estaban atrapadas entre las de él.
Su respiración, desordenada.
La lucha dentro de ella no era nueva…
pero nunca había sido tan violenta.
Esto está mal.
No es el momento.
No debería dejarlo acercarse así.
Pero cada pensamiento era empujado por otro, más honesto y más peligroso.
Lo extrañé.
Me hace sentir viva.
Cuando está cerca, todo lo demás pierde sentido.
Su mente quería apartarse.
Su cuerpo no.
Dae-hyung la observaba con atención, como si pudiera escuchar cada una de esas batallas internas.
—Estás pensando demasiado —murmuró—. Siempre lo haces cuando no quieres admitir lo que sientes y haces los posible resistir pero tu bien sabes que al final siempre cedes.
Mi-yeong al escuchar eso cerró los ojosy respiró hondo.
Solo un instante.
Solo uno.
Se inclinó.
El beso fue breve…
pero no fue suave.
Fue un choque contenido, un choque que llevaba horas conteniendose.
Un beso que no pedía permiso, que no prometía nada… pero lo decía todo.
El mundo se redujo a ese contacto.
—¡Mi-yeong! —la voz de Soo-ming rompió el momento—. ¿Sigues ahi a que hora vas a pasar?
Mi-yeong se separó de golpe, como si hubiera despertado de un sueño peligroso.
Dae-hyung sonrió, satisfecho.
—Siempre nos interrumpen en los mejores momentos —dijo, relajado.
—Vete —susurró ella, aún con el pulso acelerado—. Antes de que salgan.
Él dio un paso atrás, pero no se fue de inmediato.
—Volveré pronto —dijo con seguridad—.
Y no será para charlar.
Antes de que pudiera responder, desapareció.
La noche cayó sin ceremonias.
Las tres cenaban juntas, pero Mi-yeong apenas probaba la comida.
—Tengo que admitirlo —dijo Soo-ming—, la entrevista fue rara… pero divertida.
—Incómoda —corrigió Céline—. Ese periodista hacía demasiadas preguntas personales.
—¡Eso es lo que vende! —respondió Soo-ming—. A los fans les gusta sentir que nos conocen.
Mi-yeong movió la comida de un lado a otro del plato.
—Supongo…
Céline la miró de reojo.
—Estás muy callada.
—Solo cansancio —respondió rápido—. Nada más.
No era mentira.
Pero tampoco era toda la verdad.
Esa noche, en su habitación, Mi-yeong esperó.
Esperó oír pasos.
Esperó sentir esa presencia familiar.
Esperó… algo.
Nada.
El silencio pesó más que cualquier discusión.
Se acostó de lado, con el ceño fruncido porque habia varios sentimientos combinados que dae-hyung le habia hecho pasar ese dia y dijo .
—Dijiste que volverías pronto… —susurró, sin saber si lo decía con reproche o esperanza.
Despertó temprano pensado que Dae-hyung estaria como otra veces pero cuando voltero a la ventana estaba vacia eso la hizo sentirse triste.
Bajó a desayunar con el ánimo bajo, pero se obligó a recomponerse.
No pueden notarlo.
No ahora.
—Buenos días —saludó, forzando una sonrisa.
—¡Buen día! —respondió Soo-ming, como siempre.
Céline la observó un segundo más de lo normal.
—¿Dormiste bien?
—Sí —mintió—. Perfecto.
El desayuno transcurrió entre planes de entrenamiento y comentarios triviales.
Mi-yeong respondía cuando debía… pero su mente estaba lejos.
¿Vendrá hoy?
¿O solo fue otra provocación?
Cuando se alistaban para entrenar, su maestra vino y les aviso que habian demonios.
—Demonios detectados —anunció la maestras—. estan cerca de un sitio en donde hay muchos humanos.
La rutina tomó el control.
Armas.
Chaquetas.
Puertas que se abren.
Mi-yeong salió primera.
Despues de un rato la habitación de Mi-yeong se llenó de una presencia conocida era dae-hyung y cuando vio la habitacion vacia dijo.
—¿Eh? —Dae-hyung miró alrededor—. ¿Dónde estás, cazadora?
Observó la cama intacta, la ventana abierta.
—Genial… —murmuró—. Justo hoy que venia preparado para nuevas cosa y su cazadora favorita no estaba entonces decidio irse fastidiado pero cuando se asomó por la ventana.
Las vio.
Las tres.
—Ah… —sonrió—. Así que eso es.
Se apoyó con calma.
—Veamos cómo lo haces cuando no estás pensando en mí…
aunque dudo que puedas.
Cuando llegaro al lugar el ambiente estaba cargado.
—Ese aura… —susurró Soo-ming—. No me gusta.
—No bajen la guardia —ordenó Mi-yeong.
El combate empezó sin aviso.
Mi-yeong se movía con precisión, pero algo estaba mal.
Sus reflejos eran un segundo más lentos.
Sus decisiones, menos agresivas.
Desde lejos, Dae-hyung lo notó enseguida.
—Te estás conteniendo —comentó—.
Eso no es propio de ti y ademas esos demonios debiles no deberian de ser dificiles para ti mi cazadora conociendo tu fuerza cuando luchas- declaro
Un ataque de un demonio pasó demasiado cerca.
—¡Mi-yeong! —gritó Céline, empujándola justo a tiempo.
El golpe rozó el aire donde ella había estado.
—Concéntrate —la reprendió Céline—. Esto no es como entrenar si sabes que aqui si puedes salir muy lastimada no .
Mi-yeong apretó los dientes.
—Lo sé.
Respiró hondo.
Después.
Pensaré en todo después.
Se forzó a enfocarse.
El combate fue largo, pero finalmente ganaron.
Dae-hyung chasqueó la lengua.
—No está mal… —admitió—.
Pero no eras tú al cien por ciento .
Una sonrisa ladeada apareció en su rostro.
—La primera vez que nos enfrentamos, eras un desastre…
pero uno glorioso
Luego de descansar de un ardua luchas las chicas comenzaron a retirarse.
—Buen trabajo —dijo Soo-ming—. Vámonos.
Entonces el aire cambió.
#583 en Fanfic
#353 en Ciencia ficción
drama, romance enemiestolove rivalesamantes, cazadoras y demonios
Editado: 21.12.2025