El desafío de Hunter [serie Ice Daggers 2]

Capítulo 1

 

 

 

Las puertas se abrieron y entró. Un hombre fuerte, musculoso y arrogante, un felino seguro de si mismo, un alfa. Lo era en esencia, todo su exterior lo gritaba, pero su estatura muy baja al promedio le restaban puntos de dominio, ese hombre medía menos que un alfa.

Pero sabía como imponer su presencia, cómo marcar la habitación con simplemente estar ahí, el poder era fácil de reconocer.

"Esto será interesante"

El hombre pasó por detrás de ella rozando su silla, provocando una reacción, sin éxito, ella podía ser cambiante pero las cuestiones de jerarquía no le hacían gracia ni efecto, aquel hombre se dirigió a la silla opuesta en el otro lado de la mesa y extendió sobre la superficie de metal un grueso expediente, y comenzó a leerlo, ella permaneció seria y en absoluto silencio, no sabía quién era ese hombre ni porqué la mantenía encerrada en esa celda tan pequeña que le arrancaba los nervios y la necesidad por salir de ahí.

Más allá de la insidiosa necesidad de huir, de salir de ese insoportable encierro, por dentro se sorprendía que encontraran sus antecedentes.

A ella le gustaba entrar en los sistemas y borrar cualquier información comprometedora.

— ¿Sabes quién soy? —preguntó el hombre, su voz era suave, tentadora, como si quisiese encantarla.

Elevó su perfil y la miró a los ojos, piel apenas blanca, suave cabello marrón cayendo sobre su frente, ojos oscuros con un borde dorado.

—No —dijo, ella no caería por un rostro bonito—. Y no me interesa saberlo, quiero salir de aquí.

No tuvo miedo de verlo directo a los ojos, por sus movimientos y su actitud aquel era un cambiante felino, un puma si no había hecho mal su análisis, Tarah mantuvo su vista fija en los ojos de aquel hombre, los tenía negros como el carbón, y emanaban poder, tenía suerte de no obedecer ningún tipo de jerarquía.

—Soy Sean Wells, alfa del clan White Claws.

Procuró mantener su postura mientras buscaba en su mente algún dato que le sirviera, pero nunca había oído hablar de ese clan. Ella solía buscar información sobre cualquier cosa teniendo una computadora y acceso a internet, pero las cuestiones de clanes las dejaba de lado.

—Mm... No, no me suena. —Nunca se interesó por saber los nombres de los clanes que tenían algún derecho sobre las tierras por las que ella pasaba—. No creo haberles hecho nada malo.

El puma frente a ella esbozó media sonrisa, Tarah pudo ver las puntas de unos colmillos. Ella se mantuvo indiferente aunque por dentro, analizaba la forma de enfrentarse a él si las cosas se tornaban feas.

—Tú no, pero tu hermano sí.

El recuerdo llegó para llamar su atención, hacía demasiado tiempo que ella se había separado de su hermano para tomar caminos diferentes.

Era lo que se suponía que hacían los hermanos nacidos en la misma camada, los cambiantes de su tipo eran solitario en extremo.

— ¿Qué es lo que hizo?

— ¿No sabes nada?

Tarah rodó los ojos.

—Si lo hiciera, no estaría preguntando.

El alfa puma arqueó una ceja como si no le creyera.

—Jackson tomó un arma, una motocicleta y se infiltró ilegalmente en mi territorio, luego intentó matar a mi lugarteniente pero falló su puntería, Luke y su pareja lo rastrearon pero tu hermano estaba metido en un complot para matarme a mí y al alfa de los lobos Moon Fighters, Jackson junto a dos lobos traidores secuestraron a Luke y a su pareja y prepararon una muy mal hecha emboscada que fue fácilmente desbaratada.

Esta vez, Tarah no pudo mantenerse al margen de la situación, bajó la mirada al metal frente a ella asimilando la información. De verdad que su hermano no tenía nada de inteligencia.

—Nunca creí que fuese tan estúpido. —Había ido demasiado lejos, y lo peor de todo, nunca le había dicho nada— ¿Qué sucedió con él? —No era que le interesase su vida, sólo quería saber cómo terminó la historia.

La mirada del puma se oscureció por un instante antes de agregar:

—Murió en la pelea, lo siento.

Ella movió sus dedos sobre la mesa, la noticia era abrumadora sin embargo, no dolía.

—No te disculpes, no fue una gran pérdida. —Aunque sí se sentía un poco triste— ¿Qué tengo que ver en todo esto?

—Jackson trabajó para un grupo de personas que intentó y seguirá intentando controlar a los clanes cambiantes, tú podrías ser cómplice en todo esto y por eso mis hombres te han capturado.

Tarah frunció el ceño.

— ¿Cómo lo sabes? No hay nada que me incrimine.

—Yo no pienso lo mismo. —Entrelazó sus dedos sobre la mesa y puso esos ojos negros en ella—. Eres un hacker profesional con un largo historial de delitos, disturbios al orden público, exceso de velocidad, manejo bajo la influencia del alcohol, robo, insubordinación, resistencia a la autoridad, daños y perjuicios a personas y edificios públicos, eres conocida por meterte a los sistemas, robar y borrar información que pueda comprometerte, quedando de esa forma impune ¿Me equivoco?




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