El desafío de Hunter [serie Ice Daggers 2]

Capítulo 20

 

Se dirigían hacia la autopista principal de Los Ángeles, Hunter controlaba todo el tiempo que la señal del microchip estuviese activa, aferrándose a la esperanza de encontrarla.

Liam manejaba la camioneta escuchando una extraña música que había encontrado en un viejo reproductor. Se oían instrumentos pesados, una voz gruesa y melódica y algo que se parecía a un grito. Bastante extraño.

En la parte trasera, Alexei intentaba por enésima vez lograr formar una de las caras de un cubo rubick, mientras que a su lado y en un silencio absoluto estaban Ethan y Louis los dos pumas que Sean les había puesto en su equipo.

La música parecía alejada en su mente, mientras miraba la solitaria carretera a la que habían ingresado, Hunter no podía evitar recordar lo que le había dicho Luke "Aprende a reconocer tus derrotas" "¿Cuáles derrotas? Si sólo hice todo lo que ella quería, le di todo lo que me pidió" entonces comprendió algo que antes no, la bruma del enojo se había disipado y ahora podía ver con claridad un conocimiento que antes estaba oculto.

—Hay una camioneta blanca que nos ha seguido desde que salimos de Oregón —la voz de Louis interrumpió sus pensamientos.

Hunter miró por el espejo retrovisor, efectivamente, una camioneta blanca de carga estaba varios metros detrás de ellos.

—No creo que nos siga, sería demasiada mala suerte. —Liam aceleró y tomó una ruta alterna—. O tal vez sí —dijo cuando la camioneta seguía detrás.

—Estén atentos a cualquier movimiento raro —Hunter les dijo a sus compañeros—. Anoten el número de la...

Un golpe lo interrumpió seguido por el sonido del aire escapando del neumático. La camioneta comenzó a girar sin control de manera brusca provocando que se golpearan contra las ventanas.

— ¡Pisa el maldito freno Liam! —gritó Hunter.

Se estrellaron contra la valla metálica que hacía de contención frente a derrumbes de montaña. Aturdidos y desorientados fueron sacados a la fuerza y tirados sobre el pavimento.

Hunter tragó sangre mientras a duras penas intentaba levantarse, el polvo le impedía reconocer a las figuras negras que lo rodeaban, hasta que se disipó y la claridad del cielo azul retornó a su vista, junto con el olor de gasolina, humo y acero.

—Ni un movimiento Collins —le dijo una voz suave—. Quédense donde están.

Miró a su izquierda, Liam estaba de pie, a su derecha estaba Alexei de rodillas, Ethan y Louis estaba detrás.

— ¿Qué es lo que quieren? —habló Liam con la voz reseca.

El hombre frente a Hunter, un tipo de su misma estatura y complexión física, lo examinó de pies a cabeza, estaba armado al igual que los demás.

—Un trato.

— ¿Qué?

—No hacemos tratos con extraños —masculló Liam—. Y menos con los que casi nos matan.

— ¿Quieren recuperar a Tarah?

Hunter miro a los ojos del hombre, de un tono gris azulado, descifrando sus intenciones.

—No le hagas caso Hunter ¡Son enemigos!

La orden de Liam no tuvo su efecto, él quería saber qué sabía ese hombre de ella.

— ¿Dónde está?

—En las oficinas ocultas de Curtis Lane. A poco más de treinta kilómetros está su agencia de seguridad privada.

Liam se movió, lo tomó del hombro y lo arrastro lejos.

—Este tipo me da mala espina, puede ser una trampa.

—No es una trampa —interrumpió el hombre—. Mis órdenes eran capturarlos a ustedes y matarlos.

— ¿Por qué no lo haces? —pregunto Hunter.

—Porque quiero ver arder a Curtis Lane, y sé que ese momento ha llegado.

Hunter se zafó del agarre de Liam.

—Entonces tenemos intereses en común.

Una sonrisa se dibujó en el rostro moreno del hombre, ladeó su cabeza en un gesto que le pareció muy familiar.

— ¿Quién eres?

—Michael Douglass, segundo al mando de Lane, soy un leopardo de las nieves igual que ustedes.

—Y trabajas para alguien que nos usa para su propio beneficio -agregó Liam con ironía.

—Era necesario, ganarme su confianza a costa de herir a mi raza, solo para esperar y encontrar la oportunidad de destruirlo.

—Está bien Michael ¿Cuál es el plan?

—Hunter... —Alexei se acercó despacio— ¿Y si este tipo miente? ¿Y si no nos lleva a ella?

—Encontré su rastreador —volvió a interrumpir—. Lo oculté en mi oficina en el corazón de la agencia, en donde ella está siendo preparada para un nuevo trabajo.

Hunter miro el rostro pálido de Alexei, su expresión le gritaba desconfianza y preocupación. Él también dudaba de la palabra de aquel hombre, pero en esa circunstancia no tenía más opción.

—No hay opción ¿Cuál es el plan?

—Los llevaremos cautivos hasta la central, una vez ahí ustedes nos ayudarán a liberar a los cambiantes que Curtis tiene encerrados en un laboratorio, son muchos y de diferentes tipos por lo que, sumados a mis hombres y mujeres lograremos doblegar a la seguridad y tomarlo como rehén. Ahí será cuando tomarán una llave y liberarán a su amiga.




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