Capítulo 4
DAREL
Bla...
Bla...
Bla...
Tome mi dinero
Bla...
Bla...
Bla...
Con gusto sus hijos pueden iniciar el año escolar...
Bla...
Bla...
Es lo único que escucho desde que llegamos a esta escuela, mis padres insistieron en que debíamos seguir estudiando, y que no podía seguir siendo en línea. Me negué, pero como siempre, lo que yo quiero mi padre se lo pasa por el arco del triunfo y henos aquí.
En la oficina del director Breeze. Mis padres han dado un muy generoso y desinteresado bono, para que mi hermano y yo, empecemos las clases. Derain al igual que yo retrasó sus estudios, es por ello que de 21 estará conmigo en último año.
-en ese folleto, están todas las clases que sus hijos tendrán durante todo el año – el hombre explica mientras yo, sosteniendo mi mentón con mi puño, hago una bomba con mi chicle – y deben portar el uniforme correctamente – exploto la bomba intencionalmente. – y no deben entrar mascando chicle a los salones de clase.
-descuide – Victoria me mira severa – Darel portará correctamente el uniforme y botará el chicle.
-¿Por qué? ¿es necesario? – digo entre dientes, haciendo otra bomba.
-Darel
-así es señor Deming, es muy importante en esta institución – ruedo mis ojos ante las palabras del señor, rápidamente me pongo sobre mis pies y salgo de la oficina del director, escucho a Victoria llamarme, pero la ignoro.
-oye – Derain me alcanza, lo veo con un libro en sus manos – no preguntes donde lo conseguí, o como, pero según esta mierda lo necesitaremos en la clase de historia. Y es aburrido.
-¿y que te hace pensar que eso me interesa? – digo al tiempo que saco el chicle de mi boca para botarlo en el cesto de la basura – aparte, ni siquiera voy entrar. ¿me quieres acompañar? – pregunto con una enorme sonrisa en mi rostro.
-Darel, tienes que hacerlo.
-no quiero.
-pero si no lo haces, te ira peor con Louis, de por si anda encima de ti, si se entera que en tu primer día faltas a una – niega y hace una mueca – me compadezco de ti hermano.
-cállate
-ya, mete la camisa dentro de tu pantalón – el chico toma el saco, de un lado de mi mochila – y ponte esta mierda. Hermano, el tiempo pasará rápido, cuando menos lo pienses, terminaremos bien y harás de tu vida lo que quieras. Y yo te apoyaré ¿sí?
-no quiero hacerlo. Derain odio aquí. No entiendo porque hasta nos obligan-
-lo siento, soy pasivo agresivo ignorándote, mueve tu trasero hermano.
Le doy una mirada seria, la que el corresponde con una enorme sonrisa, niego y suelto un suspiro, no tengo otra opción, así que acomodo mi camisa y me pongo el saco. Odio ser el nuevo. Siempre odiare ser el nuevo. Listo, estoy portando el uniforme correctamente.
Parezco un idiota.
Pues sí, pero céntrate idiota.
No teniendo de otra, entro al salón detrás de mi hermano, quien se acomoda en un pupitre, me doy cuenta que están todos ocupados a excepción de uno cerca de la ventana, camino acercándome a este y la miro, siento mi corazón acelerarse, sin poder saber porque, me quedo quieto en mi lugar, ella hace su cabello a un lado, encontrándose con mi mirada.
Ay... Dios... mío...
Su ceño se frunce levemente, y enarca una de sus cejas.
-sí, bien – murmuro algo nervioso y asiento varias veces, aferrándome de las correas de mi mochila, la chica hace una bomba de chicle, explotándola rápidamente, y aparta su vista de mí, de forma grosera.
Después de lo que sucedió en el minisúper, cuando pasó por mi casa, quise hablarle, pero me ignoró, y ahora, la entiendo. Pero eso fue hace dos días, ya pasó.
Miro a Derain, quien ve a la chica algo asustado, me ve a mí, dándome esa mirada de "¿ya viste quien está ahí? Uy, te deseo suerte" giro sobre mi eje, intentando buscar un lugar que no sea ese, al lado de Vasti.
-señor Darel – la voz de la maestra llama mi atención mientras sigo en mi búsqueda por un pupitre lejos de ella - ¿no se quedaras ahí de pie o sí? – asiento varias veces mientras doy otra vuelta en el mismo lugar.
-tal vez, es muy, muy probable.
-¿todo el curso? – pregunta la mujer nuevamente.
-¿Por qué no? – respondo, y me doy cuenta que mi tono de voz es débil. – si.
Relájate Darel.
La mujer me da una media sonrisa y niega.
-por favor, tome asiento para iniciar la clase. – suelto un suspiro, miro a mi hermano quien no se atreve a verme, y no tengo más opción que sentarme a lado de la chica.
Mi ceño se frunce, cuando siento algo extraño al sentarme, reviso a un lado de mí, no hay nada, y me levanto un poco, dándome cuenta que hay un puto chicle, que me he sentado en el, y se ha pegado en mi pantalón.
Genial.
-¿Qué? - miro rápidamente a la chica, quien me da una enorme sonrisa angelical, como si no hubiese arruinado mi pantalón. Escucho la risita estúpida de mi hermano. Cierro mis ojos, apartando la vista de la chica, asintiendo repetidas veces.
Este día será pesado.
-bien, empezaremos la clase de historia...
Si quería vengarse, bien, lo hizo.
La clase fue muy incómoda, en cuanto sonó la campanilla salí de ese salón como si tuviese un cohete en el trasero, teníamos otras clases así que, ya no la vería mas, pero tuve que aguantarme la burla de los que miraban mi pantalón arruinado por un chicle. Así que tuve que usar unos de deporte, al cual ni de broma me voy a unir. Las miradas y las burlas, menguan un poco, tal vez porque piensan que soy el nuevo, que pertenezco al equipo de basquetbol, pero me es incómodo. La clase de química no se me hace tan aburrida, pero en cuanto termina, salimos Derain y yo del salón para dirigirme a mi casillero.
-es una belleza, tú la viste. Creo que estoy enamorado.
-es la... décimo cuarta vez que dices eso Sid – el castaño me da una mala mirada.
-ja, ja muy gracioso Snoopy