Capítulo 7
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Darel
-Snoopy - Derain llega al salón sentándose a mi lado, sé a qué viene, lo conozco tan bien - hermano-
-si Derain, yo te paso los ejercicios - digo sin despegar la vista de mi libreta, enfocándome en el dibujo que estoy haciendo.
-¡oye! Qué bárbaro eres, venía a decirte otra cosa - dice ofendido, por lo que despego mi vista de mi cuaderno, y lo enfrento, enarcando mi ceja.
-¿ahh si? ¿Qué cosa Sid?
-bueno... - rueda sus ojos y niega - que... ¿sabes qué? Eres un estúpido, si, necesito que me pases los ejercicios, no todos, solo los que sean largo ¿va?
Entorno mis ojos, recibiendo una sonrisa de su parte, suelto un suspiro y niego enfocándome de nuevo en mi dibujo.
-mira nada más, está bueno - Derain me empuja un poco, innecesariamente, para ver mi dibujo - deberías regalárselo, tal vez así ya no sigue molesta.
Le doy una mirada furiosa, y cierro mi cuaderno bruscamente para que no siga de chismoso, mi hermano se ríe abiertamente, y me da un golpe suave en la cabeza, poniéndose de pie. Suelto un gruñido bajo, y acomodo mi cabello, abro de nuevo mi libreta para seguir en el dibujo.
Podría regalárselo, pero estoy seguro que lo rompería en mi cara. Han pasado dos días después de lo que le dije a Vasti frente a sus amigos y mi hermano, tuve que salir al patio para distraerme, y en cuanto terminaron las clases, no esperé a Derain, porque no quería ver a la chica. Ni siquiera me he asomado por la ventana para verla si llegase a pasar, aunque he tenido que luchar contra mis impulsos, pues he querido ir a verla a su habitación, pero me he contenido.
A pesar de estar en semana de exámenes, y no he podido estudiar cómo se debe, he decidido dibujar, y no ponerme a estudiar, miro sobre mi hombro, Derain está al fondo del salón con Hera. Pese a la advertencia que le hice, ella sigue con él, pero bueno, bien dicen que soldado avisado, no muere en guerra.
La castaña entra al salón, sin verme, sin mirar a nadie de hecho, pues está metida en su libreta, su ceño esta levemente fruncido, tiene un lápiz entre sus labios, y con otro rasca su cabeza, aunque su expresión es de aflicción total. Detrás de ella, entra el famoso Fabián, chico que si vuelve a besarla lo voy a golpear, haciendo que mi mañana se vuelva amarga, pone sus manos en los hombros de la chica, sorprendiéndola.
Deja de tocarla.
¡Ve y rómpele su madre!
-¿te sientas conmigo? - el chico le sonríe coquetamente, llevando su mano a su cintura, para pegarla a su cuerpo, mi ceño se frunce más, solo quiero levantarme y alejarlo de ella. La chica quita el lápiz de su boca.
Eres un maldito cobarde, ¡ve y golpéalo!
-Humm, no, no puedo, recuerda que... tenemos los asientos asignados - dice con timidez, alejándose un poco de él, lo que me hace relajarme un poco más.
-podríamos pedírselo a González, le agrado - insiste el pelirrojo, Vasti se remueve incomoda, y me da una mirada fugaz.
-no, no quiero... molestar.
-no es nada, ven, le diremos-
-Fabián - lo interrumpe la castaña - de verdad.
-ok - dice el gnomo pelirrojo, alejándose algo molesto de la chica - es una lástima, porque entonces la ayuda, esta cancelada, ya que no podré ayudarte si estas lejos... - la castaña baja su mirada a su libreta - a ver lo que hiciste - dice el pelirrojo, viendo la libreta de la chica - ay Vasti, es una lástima que no den puntos por poner tu nombre en el examen, bueno, te veo al final de la clase.
El chico le da una sonrisa falsa, y le deja u beso en la mejilla, el semblante de la chica se apaga un poco más, y eso me deja una sensación espantosa. Vasti regresa la mirada a su libreta, y por un momento veo que quiere llorar, pero toma una bocanada de aire, y alza su vista como si nada hubiese pasado, encontrándose con mi mirada, haciendo que mi semblante se suavice un poco. No la sostiene mucho tiempo, Vasti baja su mirada y se sienta en su lugar rápidamente, delante de mí.
Bien, aprovecha el bum.
No, lo más seguro es que me grite.
No lo hará ¡muévete puñetas!
Miro a la chica, o en todo caso su cabello, por varios segundos, aprieto mis labios conteniéndome de hacer una locura. Tal vez debo alejarme, pero vamos, no quiero hacerlo. Suelto un suspiro, y me pongo de pie, para sentarme al lado de ella.
-hola - digo suavemente, viendo que está perdida en todos los ejercicios que hay en su libreta, la castaña levanta su vista hacia mí, dejando caer el lápiz que ha puesto de nuevo en su boca, levanto la comisura izquierda de mi labio y ella carraspea, apartando la vista de mí... y trato de no reírme para no incomodarla, aunque, cuando está nerviosa, se ve súper tierna, y solo verla, en ese instante me siento... feliz.
-hola - responde tímidamente.
-¿estás bien? - ella niega sin voltear a verme - ¿Qué pasa?
-pasa que voy a reprobar cálculo - dice, al mismo tiempo que lleva sus brazos al pupitre y esconde su rostro en ellos. Miro su cabello, con ganas de acariciarlo, pero me contengo.
-oye, tranquila Vasti, eso no pasara.
-claro que sí, apesto en esta materia... no le entiendo - sonrío levemente, así que, con cuidado, toco su brazo, haciendo que la chica levante un poco su cabeza, y mira mi mano, por lo que rápidamente hago que se enderece.
-déjame ver los ejercicios - pido, pero rápidamente la aleja de mí.
-¡no!... digo, es que... ¿para qué? - alzo mis manos a la altura de mis hombros.
-tranquila, solo quiero ver-
-no, están incorrectos... ya lo dijo Fabián.
-¿y quién es Fabián para decir eso? ¿Pierre de Fermat? Fabián me la pela ¿sabes? Dame acá - digo haciendo que la chica sonría un poco lo que causa una chispa de cosas inentendibles dentro de mí, trato de centrarme tomando su libreta, y carraspeo un poco. Observo los ejercicios y... pues claro, no hay que ser un genio para darse cuenta que la mayoría están incorrectos, pero no todos.