El deseo de Kaylee [serie Ice Daggers 1]

Capítulo 12: Prisioneros

 

 

Los ojos de Luke pesaban como dos costales de papas, intentó en vano abrirlos, pero sus párpados se negaban a abrirse. Su cuerpo también se sentía pesado como si estuviese aletargado.

En un esfuerzo abrió los ojos y la luz lo cegó, quemaba. Parpadeó un par de veces para ajustar su vista, su cuerpo le dolió cuando se sentó.

Estaba encerrado en un cuarto pequeño, cuatro paredes grises y una sola puerta en el extremo opuesto a su posición, todo estaba vacío.

El sonido de un quejido suave lo puso en alerta, giro su vista y a un metro estaba Kaylee tirada en el suelo. Intentó moverse, pero se dio cuenta de que estaba encadenado por las muñecas.

— ¿Kaylee?

Ella murmuró algo que no pudo entender.

—Despierta.

Dándose vuelta ella abrió los ojos, y se sentó, mucho más rápido que él, las cadenas resonaron.

— ¿En dónde estamos? — preguntó al cabo de unos minutos.

—No lo sé.

—Walker —susurró—. Ese maldito bastardo traidor.

— ¿Estás bien?

—Sí, el mensaje ¿Pudiste enviarlo?

—No lo sé. —No recordaba nada antes de que ella le contara lo de la trampa—. Espero haberlo hecho.

—Tenemos que salir de aquí.

Kaylee empezó a romper sus grilletes y en ese momento se abrió la puerta.

—Mis dos gatos favoritos ¡Que gusto me da verlos! Se ven tan adorables. —Walker caminó hacia ellos.

— ¡Eres un maldito hijo de perra! —gritó Kaylee mientras avanzó con todas sus fuerzas solo para ser jalada hacia atrás por sus cadenas— ¡Traidor!

—Eso y mucho más querida niña.

— ¿Por qué? —le preguntó Luke.

—Pensé que serías tú el que cedería primero a la violencia. — El lobo se cruzó de brazos—. Digamos que... No quiero esperar a que Derek sea lo bastante viejo como para que llame a un combate por el puesto y no quiero alejarme de mi ciudad para buscar otro clan.

— ¿Matarás cobardemente a tu propio alfa?

—Exacto.

— ¿Y por qué Sean?

—Nos ofrecieron un dos por uno si hacíamos este trabajo, yo tendría un clan listo para gobernar y le despejaría el camino a otro puma que quisiese el poder en tu clan.

—No te saldrás con la tuya —dijo Kaylee entre dientes.

—Creo que ya lo he hecho preciosa. —Sonrió—. El plan nos ha salido perfecto, tan bien que los engañamos para que siguieran nuestras propias pistas y aquí están.

—Eres un maldito desviado.

—Insulta todo lo que quieras, no me interesa, esos grilletes tienen sensores de líquidos y pelajes, si se atreven a cambiar activarán seis agujas de metal, y terminarán con las muñecas destrozadas, mañana por la mañana después de que maten al puma y al lobo ¡Bam! ¡Bam! Vendré a matarlos a ustedes, disfruten su última noche como pareja.

Kaylee volvió a arremeter contra Walker, lo que hizo que este mostrara una sonrisa aún más amplia.

—No te pongas así, ustedes no hubiesen durado ni una semana juntos, les estoy haciendo un favor, además, escogiste al peor hombre, Luke ni siquiera puede darte un vínculo.

Kaylee se detuvo en ese instante.

—Ups ¿No te lo dijo? Luke estuvo vinculado a una hermosa mujer puma hace diez años.

Luke amenazó al lobo con un gruñido, la sola mención acerca de ella era suficiente como para ignorar sus grilletes, él quería despedazarlo.

—Es una historia realmente interesante, pero no tengo tiempo para cuentos, así que los dejaré solos ¡Mañana será un gran día!

Walker su fue silbando una canción de guerra.

Kaylee no dijo nada, sólo se fue a un rincón alejado y se sentó dándole la espalda. Luke no sabía qué hacer, todo estaba yendo de mal en peor.

Entonces su respiración se tornó irregular, un espasmo la hizo temblar, oyó un quejido y cuando ella se dio vuelta vio que había sacado sus garras. Gotas de sangre salían de debajo de sus grilletes.

Luke se acercó y se sentó a su lado, sentía una presión en el pecho, un dolor que sabía que tenía que liberar. Ya nada más le importaba, se rindió ante la situación, no vería la luz de otro día, así que en un intento por liberar su corazón maltrecho, buscó sus recuerdos más profundos y le dijo la verdad.

—Hace doce años conocí a una mujer, su nombre era Laura. —Recordó ese valioso momento en el que la tuvo que recoger en el aeropuerto—. Ella venía de un clan puma que era de Argentina.

Ambos clanes eran aliados, amigos desde muchos años antes de que él naciera.

—Salimos por dos años y nos vinculamos en el tercero, no sé si lo sabes, pero un vínculo se realiza con la unión del cuerpo y el corazón.

Luke se había sentido tan feliz cuando unieron sus corazones...

—Pero un emparejamiento sólo se completa con la unión de las mentes.

Una conexión emocional, inexplicable para la ciencia, que les daba la posibilidad de saber en dónde estaba cada uno, de hablar con sus mentes.

—Decidí retrasar el emparejamiento porque tuvimos un par de conflictos graves en el clan. —En ese momento Sean estaba lidiando con la pérdida de su padre, las tensiones internas y la amenaza de los militares humanos que casi destruyeron al clan—. Después de algunos meses, cuando estaba finalizando mi turno diurno, sentí un golpe en el pecho y luego las mordidas, los arañazos hasta que de pronto mis pulmones ya no tenían oxígeno.

Luke no sabía si podía continuar, no había hablado con nadie sobre Laura. Le dolía recordarla, sus ojos marrones tan expresivos, su suave pelo liso, su sonrisa tan cálida. Kaylee agarró su mano, sus grilletes se sentían fríos pero su piel estaba tibia.

—Ella había salido a correr —dijo a través del nudo en su garganta—. Y accidentalmente entró en territorio Moon Fighter, en ese momento no éramos aliados, y cualquiera que cruzase era considerado enemigo, pero las reglas de los lobos eran perseguir hasta hacer regresar al intruso, nada más. Tres lobos la vieron, la cazaron, y la mataron.

Él había sentido cada una de sus heridas y cuando su vida se desvaneció, su corazón se fue con ella




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