— ¿Crees que no sé lo que es perder a alguien que amas?
Kaylee estaba enfurecida, Luke yacía en el suelo, atontado por el golpe.
—No es lo mismo perder a una madre.
—Yo no estoy hablando de mi madre.
Apenas si podía recordar quién era la mujer que la había criado.
—Entonces ¿De qué hablas?
Kaylee dudaba en decirle la verdad. "Tal vez solo así pueda por fin entender lo que soy"
—Fue hace cuatro años atrás, mucho antes de llegar a tu territorio, Aria había conseguido un buen lugar en los bosques de Salem después de sacarnos del orfanato, vivimos ahí por unos tres meses hasta que comenzamos a ser amenazados por un clan de lobos.
Un clan de mediano tamaño cuyo territorio limitaba en el lado sur con el suyo.
—En ese entonces éramos treinta, pero no pudimos frenar su avance, nos obligaron a retroceder.
Ellos eran superiores en armas, poder, y números.
—Hasta que capturaron a Alice y Cory, dos de los más jóvenes, y obligaron a Aria a firmar un documento para ceder el territorio, ella lo hizo y ese mismo día nos fuimos.
Desolados e inseguros de su futuro, abandonaron las únicas tierras que alguna vez consideraron propias
—Pero ellos no se detuvieron, nos acorralaron en el camino, armados, nos rodearon y exigieron ponernos de rodillas. Aria podría haber luchado contra el lobo alfa, pero el cobarde tenía una pistola, no pudimos hacer nada más que obedecer.
Su voz perdió su fuerza, recordar ese momento, esa terrible noche, le hacía pensar en lo débil que era su clan.
—Uno a uno, los fusilaron con un disparo a la cabeza.
Kaylee bajó la mirada al suelo, todavía podía recordar el sonido de los disparos, los cuerpos cayendo muertos, el olor de la sangre aglutinarse en el suelo.
— ¿Cómo sobreviviste?
—El clan de lobos tenía disputas internas, eso lo supe cuando media docena de lobos los atacaron con tranquilizantes, el líder nos dijo que el Alfa los había exiliado cuando ellos se negaron a unirse a esa misión. Ellos llegaron cuando estaban apuntándome.
Quedó en silencio, sin nada más que decir, incapaz de mirarlo.
—Yo... Lo siento.
—No te atrevas a decirlo ¿Qué sientes? ¡Nada! Perdí a la mitad de mi clan, quince inocentes que ya no volveré a ver jamás, no te atrevas a decirme que solo soy una niña porque ¡No lo soy!
Luke se puso de pie e intentó acercarse, ella lo esquivó, dolida por el recuerdo, impotente por la verdad que había descubierto.
Quizás eso dolía más que todo, ella ya no podía estar con él, sus esperanzas estaban hechas pedazos.
—Mírame a los ojos Kaylee.
Ella no le hizo caso.
—Mírame.
En un segundo, Luke estaba frente a ella, pero Kaylee seguía negándose a sacar la vista del suelo.
—No me dejas otra opción.
Subió su rostro con sus dedos, y la besó. El contacto la sorprendió por completo, pero era tal la sensación que ella se rindió, sus labios eran suaves y exigentes, tiernos de una forma que nunca había creído posible. Luke cerró aún más la distancia, encerrando su cuerpo con el suyo, Kaylee lo atrajo aferrándose a su nuca, todo su cuerpo estaba ardiendo por dentro, deseando fundirse en él. Luke gimió suavemente cuando se separó, quedando ambos aletargados, como si hubiesen experimentado los efectos de la más potente de las drogas.
Kaylee quería más, su leopardo borracho por las sensaciones pedía más.
Pero ella aún estaba enfadada.
— ¿Qué demonios ha sido eso?
—Algo que he querido hacer desde hace mucho tiempo.
—Creí que no querías acercarte a ninguna mujer.
—Eso fue antes de conocerte ¿Por qué crees que te he dejado acercarte todo este tiempo?
Una oleada de expectación amenazó con construir la esperanza rota en su corazón. Le dio la espalda, Kaylee necesitaba recomponer algo de su orgullo.
—Ya no quiero hablar contigo — le dijo de manera dura.
— ¿Por qué no?
—Pues... Porque ahora mismo deberíamos estar pensando en cómo salir de aquí.
—No puedes ignorarme.
— ¿Y tú sí? Mira, no sé qué es lo que te está pasando, pero yo no busco una relación pasajera. —Ella quería un vínculo, algo que él nunca podría darle.
— ¿Y si te digo que no hay otra opción? ¿Qué me he dado cuenta de que eres mi compañera?
"Esto no puede ser posible"
—De ninguna manera, ya estuviste emparejado, no puedes volver a estarlo.
Luke se acercó hasta que sintió su respiración en su espalda.
—Estuve vinculado.
—Es lo mismo ¿Quieres dejar de jugar y ayudarme a salir de aquí? —su voz tembló, ya no tenía fuerzas para resistirse.
Rodeando su cintura con un brazo, Luke la apretó contra su cuerpo, Kaylee quiso huir pero estaba atrapada.