El deseo de Kaylee [serie Ice Daggers 1]

Capítulo 20: Nueva vida

 

Dos meses después...

Luke y Kaylee estaban sentados en un claro, cerca del sector en donde vivía el clan de ella. En frente de ellos ardía una gran hoguera, enviando chispas brillantes al cielo nocturno.

La noche estaba fragmentada en cientos de estrellas brillantes mientras que la luna, completamente llena, iluminaba con suavidad. A lo lejos se oían los aullidos de los lobos, pero ya no significaban nada para él, no le traían tristeza, porque Kaylee le había ayudado a perdonar.

Sentados alrededor del fuego estaban todos los miembros del clan leopardo, las mujeres del lado de Kaylee, Riley, Belle, Hailey, Emma, Mila, y los hombres del lado de Luke, Liam, Aiden, Alex, Carter, Ryan, Connor y James.

Aria estaba del otro lado del fuego, enfrente de los dos, sosteniendo en sus manos un corazón tallado en madera.

—Somos un clan muy joven —habló en voz alta, un sonido fuerte y claro, imposible de ignorar—. No tenemos niños, ni tradiciones, y este es el primer emparejamiento que hemos tenido. La madera es fuerte y resistente, sólo un poder tan fuerte y efectivo puede mostrar su mayor debilidad.

Extendió la figura por encima del fuego hasta que su afilada punta de volvió negra y luego la retiró.

—Es nuestro sustento y lo que nos representa, cada vez que se forme una nueva pareja se entregará un corazón tallado en madera hecho por todos los miembros.

Rodeando el fuego, Aria se acercó a ellos y les entregó el corazón.

—Les entrego esto como señal de nuestra aceptación, bienvenidos al clan —Aria besó a Kaylee en la frente y puso su mano en la mejilla de Luke, la retiró con suavidad y le hizo un gesto de respeto con la cabeza, un gesto que él correspondió.

Entre abrazos y felicitaciones iniciaron una pequeña fiesta, James repartió botellas de cerveza de una de las tres congeladoras portátiles, mientras que Belle repartía sabrosos bocadillos y postres, y Riley encendía su reproductor de música y sus parlantes.

Luke y Kaylee bailaron toda la noche, y cuando el amanecer se acercaba, ya todos se habían ido, la comida había sido devorada y no quedaba más alcohol que consumir, los dos se recostaron en la hierba fresca, mirando las últimas estrellas desaparecer en el cielo.

—Hunter no vino —dijo ella con un poco de tristeza.

—No te preocupes por él, algún día lo entenderá.

—Lamento que ninguno de los tuyos haya sido invitado.

—Yo le sugerí no invitarlos, después de todo lo que han pasado, ustedes merecen el derecho de reservar sus celebraciones, al fin y al cabo no hemos interactuado mucho entre nosotros.

—Fue una hermosa ceremonia.

—Falta una ¿Tu clan asistirá?

—No sería adecuado.

—Todos entienden mi decisión y Sean espera una nueva oportunidad para ver a Aria, además anunciaremos nuestra alianza.

—Está bien, haré que vayan.

Ambos se fueron cuando el sol salió, durmieron juntos en su cabaña hasta el mediodía y Luke la dejó para ir a hablar con Sean en el bar de Frank.

Al entrar fue palmeado, aplaudido y felicitado, la mitad de su clan estaba ahí, alistando todo el alcohol que necesitarían para la fiesta.

Se dirigió a la barra en donde estaban Mark, Cooper y Frank, ellos se reservaron sus bromas, aunque sonreían.

Sean lo apartó de sus enérgicos compañeros y se lo llevó a caminar.

—Me alegra mucho que te hayas emparejado —le dijo un tiempo después—. Y no solo por la bien agradecida estabilidad femenina en el clan —bromeó—. También me alegra saber que ya no estarás solo y que no buscaras la soledad.

—Gracias Sean.

— ¿Están listos para la ceremonia?

—Kaylee está un poco nerviosa.

— ¿Su clan asistirá?

—Ella me dijo que era muy probable, pero ya sabes cómo es Aria, muy impredecible.

Sean largó una carcajada, y ambos siguieron caminando hasta llegar al pie de la colina.

— ¿Ellos tienen un nombre? A pesar de mis esfuerzos no he logrado averiguarlo.

—Le preguntaré a Kaylee.

Luke se despidió de su Alfa y corrió hasta su cabaña para vestirse con su uniforme.

Tenía que cumplir su primer turno diurno en diez años, el corazón tembló cuando llegó a su puesto en el perímetro exterior, pero fue reconfortado por una oleada de amor "Estoy bien" le dijo Kaylee en su mente "Te quiero"

Luke cumplió con su tarea, y cuando Carolyn fue a relevarlo por la tarde, recordó a Laura. No sentía angustia, ni tristeza, ni dolor, ya no, sólo la recordaba con nostalgia, con la ternura y el afecto que alguna vez había sentido por ella, atesorando sólo los hermosos recuerdos que habían vivido juntos.

🐆🐆🐆

Kaylee se vistió con aquel vestido rojo hasta las rodillas y sin tirantes que le había regalado Luke, con las sandalias que Mila le había prestado y con un collar de pequeños dijes de lunas, soles y flores que Riley le había regalado en la ceremonia.

Salió afuera, Luke la esperaba reclinado en su auto, elegante, simple y mortalmente atractivo, estaba vestido con una camisa blanca, con dos botones abiertos a la altura del pecho, pantalones de traje negros y zapatos pulidos del mismo color.

—Te ves preciosa —le dijo después de abrazarla.

—Tú no te ves nada mal.

— ¿Estás lista?

—Sí.

El claro de la luna era un amplio sector de hierbas, era el área preferida por el clan de Luke para realizar las celebraciones. Estacionaron a unos metros. Estaba lleno de gente, casi todos estaban ahí con excepción de los guardianes que estaban en el turno nocturno.

Llegaron al centro con dificultad por la cantidad de gente, al menos doscientas personas, entre familiares y amigos, habían asistido.

Había pequeña fogata rodeada por un círculo de piedras, al lado estaba Sean, un hombre de estatura mediana y cabello negro de ojos oscuros, en un lugar más alejado estaba casi todo el clan de Kaylee.




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