El Deseo de la Luna

Capitulo 1

Trato de mirar a mi alrededor con dificultad, todo es muy borroso y confuso, no logro ver claramente donde estoy.

Todo mi cuerpo se siente débil, no puedo mover un solo dedo, mi cuerpo está entumido.

¿Qué fue lo que pasó?

Muevo mi cabeza lento a ambos lados, trato de aclarar un poco más mi vista para ver mejor, parpadeo dos veces y logro ver una escalera en la esquina que da acceso para bajar a donde yo estoy.

Cierto, pienso al instante en que reconozco la escalera.

Estoy en el subterráneo de mi casa, pero acaso ¿es de noche? ¿Por qué está todo tan oscuro?

Me enderezo un poco, volviendo mi vista al frente, trato de mover mis manos un poco, pero al hacerlo me percato de que están encadenadas.

¡eh! ¿Cuándo fue que...?

Al ver mis manos encadenas me iba a empezar a preguntar ¿cuándo fue que me ataron?, pero recordé lo que pasó.

El día de ayer mi padre me enterró una navaja en cada uno de mis antebrazos para que perdiera mucha sangre y así pudiera recuperarme por mi lado vampiro.

Aunque no sé, si tuve éxito al recuperarme por mi lado vampiro, pero una cosa si es segura. Estoy viva, aunque no sé cómo demonios lo hice.

- veo que ya despertaste – escucho la voz mi padre entrando y el sonido de un pequeño clic.

- ¡ah! - me quejé y cerré al instante mis ojos de golpe cuando la luz me dio en mi rostro.

- ¡oh!, lo siento - exclamó - no sabía que la luz te lastimaría

- no, no es eso, es solo que...

- fue muy repentino

- si - respondí sin abrir mis ojos

- no me sorprende, después de todo, llevas encerrada tres días

- ¿Tres días? - pregunté sorprendida, ¿cómo es que estuve tres días encerrada? No lo entiendo.

- así es, ¿puedo prender la luz? -

- sí. - acepté y mi padre al instante prendió la luz, poco a poco empecé abrir mis ojos, para poder acostumbrarme de nuevo a la luz.

- lo que pasó es que después de cortarte tardaste alrededor de una hora en perder el conocimiento, después de eso...

- ¿Qué paso? - pregunté al ver que mi padre se quedó en silencio mientras seguía quitándome las cadenas.

- tu corazón dejó de latir y tu madre casi me mata por haberte matado - sonreí ante su comentario, no puedo creer que mi madre se haya metido en esto - aunque te rías es la verdad, fueron los peores 5 minutos de mi vida, en verdad pensé que habías muerto. - habló con tristeza

- lo siento, padre, aunque yo tampoco recuerdo que fue lo que pasó todo esté tiempo que estuve dormida. -

- No es como si estuvieras dormida

- ¿No? ¿entonces?

- Te dije que fueron los peores cinco minutos, pero después de ese tiempo, tu corazón volvió a latir solo una vez más, fue como si de un patrón se tratara porque una vez más pasaron cinco minutos y volvió a latir. Es extraño, pero durante ese tiempo, tú cuerpo y tú sangrado se detuvieron, también tú cuerpo se empezó a curar.

Aunque a decir verdad, tardaste bastante en curarte, pero si logras aprender a curarte más rápido no lograrán hacerte nada. ¿Lo entiendes?

- Lo entiendo padre - digo sin mucho ánimo.

Sí, entiendo lo que mi padre quiere decir, soy una persona que todos quieren muerta a toda costa, aunque aquí me maltraten y me humillen, nunca será lo mismo a que tenga encima de mí al congreso y me cacen sin descanso.

¡Ja!, mi vida en todos los sentidos es injusta y solo por ser el maldito híbrido que según la leyenda lo escondió la madre luna para que nadie lo intentara matar... Eso dice la leyenda, pero yo sé, que no es verdad.

No tengo la menor idea de cómo llegué a dar a una familia de lobos betas, pero estoy segura de que a ellos les debo mi vida que ahora tengo.

Después de unos minutos mi padre me liberó, me levanté de la silla en la que estaba y me sobé mis muñecas que se encontraban rojas en ese instante.

Maldición, tener esposadas las manos por tres días es muy doloroso. Pensé para mí misma.

- Vamos, tu madre te espera para cenar - dijo mi padre que subía las escaleras para salir del subterráneo.

- Primero quisiera...- le estaba contestando a mi padre, pero me quedé en silencio unos instantes porque me di cuenta de que me era muy difícil dar, aunque sea un paso hacia adelante.

- ¿Qué pasa?

- N-Nada, es solo que... Primero quisiera bañarme antes de cenar - Justifiqué, a la mejor no puedo mover bien mis pies porque estuve tres días sin moverme, aparte aún puedo seguir algo débil porque, aunque me recuperé eso no quiere decir que haya recuperado mis fuerzas. ¿Verdad?




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