El Deseo de la Luna

Capítulo 5

 

Joel

-... Está muriendo - susurré y mis padres solo se quedaron en silencio sin poder creerlo.

- ¡¿Qué has dicho?! - preguntó Alan alarmado.

- Cállate y escucha, este método es muy peligroso, ya que pone tu vida en juego. Por ejemplo, nosotros no podemos hacer eso y en caso de que lo logremos aguantaríamos unos 15 minutos, pero si hablamos de un híbrido puede que aguante más, pero aquí el problema sería que tendría que tener control sobre ello, pero si no lo tiene por naturaleza, su instinto sobrenatural será recuperarse; sin embargo, aquí el problema que ella tiene es que su naturaleza está encerrada, por lo tanto, ahora mismo su naturaleza debe estar en una lucha sobre quién sale primero, es por eso que sigue con vida.

- Eso quiere decir que ella...mo..ri..rá - habla mi madre sin poder asimilarlo todavía - no, no puedo perderla a ella ta...- mi madre iba a decir algo pero guardo silencio.

- Si sigue con la pulsera en su pie, sí, morirá hoy, o si bien le va en unos dos o tres días máximo por ser híbrido.

- Pero, si le quitamos la pulsera su aroma...

- Decide padre o los dos la matan o los dos la salvan, no hay otra opción.

Mi padre quedó en silencio, no sabía que decidir, si le quitaba la pulsera ya no podría esconderla, pero si no se la quita moriría.

Cualquiera de las opciones eran claras y la llevarían al mismo destino, solo que uno tardaría más que otro.

- Quítasela - habló mi madre decidida.

- ¡Pero...!

- ¡No puedo creer que lo pienses! - le gritó mi madre a mi padre.

- ¡Cómo puedes pensar siquiera en dejarla morir! ¡es mi niña a pesar de... ¡¿Qué acaso...no te importa?! - empezó hablar entre lágrimas - ¡¿Te ha importado tan poco... ¡¿Lo mucho que sea esforzado para poder vivir?!

El ambiente cambió totalmente, mi madre esperaba una respuesta por parte de mi padre, pero él solo se quedó en silencio dejando salir una que otra lágrima.

- ¡¿alguna vez la has considerado como tu hija William?!

- Por supuesto

- ¡¿Entonces?!

- ¡No quiero que ella...!

- No la van a cazar luego, luego padre, - suelto al notar la preocupación de mi padre - si le quitamos la pulsera, su olor tardará una semana o más en componerse, te recuerdo que ha llevado esa pulsera desde que nació, obviamente su aroma tuvo que verse afectado, aparte durante el tiempo en que tarde su aroma en restaurarse podemos conseguir otra cosa que oculte su aroma... ¿qué decides? ¿se la quitamos o esperan su muerte lentamente?

-... De acuerdo, hay que quitársela - susurra más tranquilo.

- Muy bien, está decidido, ahora vendrá lo difícil - hablo mientras camino para llegar la cama de Aadya y subirme arriba de ella - Alan toma un brazo, padre, agárrale ambos pies, madre cuando cortes la pulsera toma su otro brazo rápido, el híbrido se liberará de un golpe, por lo que nosotros vamos a impedir que se mueva de aquí. ¿entendido? - asienten todos y yo me uno a mi lobo sin transformarme - bien. No debo recordarles que... Tienen que utilizar toda su fuerza, ¿verdad? - levanto vista para verlos y ambos también ya estaban unidos a sus lobos, mi padre tenía los ojos rojos con negro al igual que Alan, mientras que el color de mis ojos son una combinación de azul fuerte con negro.

Volteo a ver a mi madre y le doy la señal para que corte la pulsera. Una vez cortada, me quedo observándola mientras cada segundo que pasa pongo más fuerza sobre sus hombros para evitar que se mueva.

- No crees que estás poniendo demasiada fuerza - dice Alan.

- Mejor cállate y pon atenc...- no terminé de hablar cuándo Aadya, abrió los ojos de golpe y todo su cuerpo empezó a convulsionar dejando salir gritos de dolor.

Tanto su fuerza como rostro y cuerpo empezó a cambiar, sus manos se estaban transformando en garras, de su boca le empezaron crecer colmillos, y su fuerza incremento de manera increíble, con gran contrabajo logramos evitar que apenas se moviera, pero lo que más me impacto fueron sus ojos, el del lado derecho se tornó morado con negro, mientras el izquierdo se tornó de un rojo puro con negro.

Increíble, nunca pensé que los ojos de un híbrido serian así, esto es algo genial de ver, aunque no creo que ella piense lo mismo, ya que todo su rostro está completamente rojo, el dolor que debe de estar sintiendo debe ser infernal.

Después de un rato Aadya se tranquilizó y volvió a dormir, pero esta vez diferente, tanto su respiración como la palpitación de su corazón volvieron hacer normales y estables, nosotros los hombres nos salimos del cuarto mientras mi madre se quedó para cambiarla, sudo bastante y estoy seguro de que más con su parte lobo, ya que oí como se rompían varios huesos.

- Gracias - susurró mi padre.

- No hay por qué.

- Si tú no hubieras venido, es posible que Aadya hubiera muerto.

- Sí, es cierto, te excediste un poco en ese entrenamiento, pero de nada sirve culparte, después de todo no sabías lo que provocaría.




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