El Deseo de la Luna

Capítulo 16

— ¿Estás bien? — susurra preocupado, puedo sentir que su preocupación es sincera, en otros momentos me hubiera sorprendido, pero justo ahora, eso es lo menos importante para mí.

— He estado peor —dijo sin prestarle atención, sé lo que tengo que hacer, y si para salvarlos a todos tengo que aguantarlos a ellos también y a sus golpes entonces que asi sea.

— Pero...

— Tu solo cuídalos...Yo me encargaré de ellos

— S-Sí.

Escuché su respuesta y volteé a ver al vampiro que sonrió al instante. No tengo mucho tiempo puedo sentirlo, además mi vista se está tornando roja de nuevo.

¿Y si pierdo el control?... No puedo dejar que me vean.

Voltee a todos lados buscando una puerta de escape, pero no había ninguna solo está la de la misma entrada.

— Escucha Claude, los sacaré fuera de aquí y cuando lo haga necesito que la vuelvas a cerrar tan rápido como puedas y la atores, solo te daré unos segundos.

— ¿Y..si pasan esos segundos?

— Los tres estarán muy furiosos cuando los saque, y si solo uno se descontrola y va hacia ustedes, no podré detenerlo ¿entiendes?

— S-Si

— Bien. — empiezo a caminar quedando enfrente del vampiro que aún no quita su sonrisa, observo a los otro dos. No están muy lejos, llegaría a ellos en menos de un segundo, el problema es que, no sé qué tan fuerte pueda lanzar o en el peor de los casos empujar a ambos.

— Sabía que un humano no podría aguantar tanto. Vladimir. ¿Estás viendo lo mismo que yo?

— Por supuesto pero mi pregunta es — se acerca a mí el tal Vladimir — ¿Qué hace uno de los nuestros aquí?

— Nada que te importe. — Solté sin saber no a qué se refería.

— ¡Hump!, como quieras, iba a perdonarte la vida, pero veo que quieres morir.

— ¿Morir? — sonrío — solo moriré cuando vea a todos a salvo.

— Mátala — le ordena molesto a otro mientras Vladimir se aleja 

— Con gusto — dice para después empezar acercarse a mí de manera lenta.

— Inténtalo — susurré. Al ver qué en cualquier momento correría hacia mí. Observé con determinación cada uno de sus pasos, pero no podía creerlo, incluso cuando corrió hacia mí, vi lo lento que se había hecho.

Todo lo veo como si fuera en cámara lenta. No sé lo que está pasando, tampoco sé cómo es que lo estoy haciendo, solo sé, que no puedo desabrochar está oportunidad que tengo contra ellos. 

Así que cuando llegó hasta a mí, puse mi pie izquierdo con fuerza sobre el piso y al ver qué él estiro su brazo para agarrarme, lo tomé con fuerza para que no se soltara, dando instantes después una vuelta sobre el mismo eje para tener más impulso y lanzarlo fuera del refugio.

Todo paso en cuestión de un segundo, pero yo lo vi tan lento que pude observar sus rostros de los otros dos. Impactados de lo había hecho voltearon furiosos a verme, pero, fue demasiado tarde yo ya había llegado a ellos y viendo sus rostros de sorpresa, no perdí mi tiempo a uno lo lancé dándole un golpe en el estómago sacándolo al instante; sin embargo, Vladimir reaccionó y al ver qué lo iba a golpear. De tuvo mi golpe viéndome más que furioso.

— ¡Ahora Claude! — grité tomando del cuello a Vladimir empujándolo fuera del refugio.

Claude se levantó rápido y cerró el refugio como le había dicho.

Vladimir me miraba eufórico, al igual que los otros dos, la piedad se había acabado.

....

Joel

— Ya los están quemando — informé mientras llegaba hasta Sebastián, pero él estaba hundido en sus pensamientos así que lo volví a llamar — ¿Sebastián te encuentras bien?

— Sí. Es solo que no lo entiendo.

— ¿Qué no entiendes?

— Esto — empezó a caminar observando todo a su al rededor como si recopilara lo sucedido.
— Acabamos tan fácil con ellos en cuanto entraron a la manada, no tenían oportunidad de ganar desde un principio, además, es de noche.

Sigo a Sebastián pensando en todo lo que dice y es verdad, desde que entraron a ninguno se le dejó pasar acabamos con ellos muy rápido, ninguno de los que entró era fuerte y Sebastián acabo con ellos en un abrir y cerrar de ojos, además, es de noche todos somos más fuertes de lo normal y más porque es luna llena.

¿Entonces por qué arriesgarse a entrar cuando sabían que no podrían superarnos?

Me detuve al ver qué Sebastián se había quedado parado frente a un árbol bastante alto. Puso su mano sobre el árbol y cerro sus ojos.

— No escucho nada — susurró abriendo de nuevo sus ojos viendo el árbol hacia arriba.
— Sin embargo, ella...— no termino de hablar y de un soltó llegó a lo más alto del árbol, lo seguí observando y veía la frontera fijamente. — Los escuchó llegar mucho antes de que llegaran.

— ¿De qué hablas? — pregunté al no entender nada de que estaba hablando, a la mejor alguien lo golpeó en la cabeza y se le cayó un tornillo. Pensé

— Tu hermana estaba acostada en esa rama de abajo, estábamos hablando; sin embargo, llegó un momento en que su rostro cambió. Me calló y subió más al árbol.

— Espera, espera ¿lo calló? — pregunté al no creer que en verdad lo haya callado, nadie se atrevería a callar a Sebastián y menos Aadya si quiere vivir.

— Sí. — dijo tranquilo, pero cuando lo confirmo sentí como mi alma salió de mi cuerpo.

¡¿Aadya cómo te atreviste a callar al alfa?!

— Lo siento mucho Alfa es una niña — dije al instante para defenderla.

— No necesitas disculparte.

— P-pero..

— Fue gracias a ella que los detuvimos en la entrada.




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