El Deseo de la Luna

Capítulo 22

Aadya

— Hace mucho tiempo que quería hablar contigo, pero Joel no me permitía — me habla su lobo con voz gruesa — decía que te asustaría

— Bueno en parte es cierto, me has asustado.

— Lo siento, no era mi intención; sin embargo, quería hablarte.

— ¿Sobre qué?

— Sobre ti.

— ¿Qué quieres saber?

— No es lo que quiero saber, es lo que te voy a decir Aadya. — lo miré confunda sin entender nada. — quiero que mires esto Aadya — se da media vuelta fijando su vista en las casas de todos los miembros de la manada — ¿Qué ves?

— Hay... Mucha gente paseando. — Digo con duda, ya que no sé a qué se refería.

—¿Y tú como crees que ellos están?

— bueno...se ven, tranquilos.

— Y lo están...— afirma mirando fijamente el paisaje — al igual que lo estaba tu padre — suelta y no puedo evitar voltear a verlo confundida ¿de aquí era él? Me pregunto. Ahora estoy realmente confundida, pero a la vez siento una felicidad de saberlo — escuché en tu plática con Joel que no sabes nada de él.

— Asi es.

— ¿Te gustaría saber?

— Joel me dijo antes que el alfa lo contaría.

— Pero el alfa solo contara la tragedia, no quien era Ethan. — dice viéndome.

— ¿Ethan?

— Sí — sonríe — ese era su nombre. — volviendo su vista al frente — tu padre era un gran hombre, siempre iba y venía con una sonrisa, era muy amable con todos y sus ojos resplandecían a la luz del sol — me mira — cómo los tuyos.

— Son de él — tocó mi ojo derecho inconsciente.

— Sí. Cuando vi tus ojos por primera vez me impresione de lo idénticos que son, azules radiantes, incluso creo que Sebastián y Left se dieron cuenta, por cómo actúa y como te ve.

— ¿Él también lo conocía?

— todos aquí lo conocíamos, pero nosotros tres éramos amigos; sin embargo, cuando se descubrió quien era su mate todo cambio.

— ¿Por qué?

— Nunca se había visto que un lobo tuviera un mate vampiro. Por lo que cuando se enteraron hicieron un gran revuelo aquí, nadie quería un vampiro en la manada y Sebastián no tuvo de otra más que desterrarlo de la manada si se iba con Yanet.

— Y se fue — susurro

— Sí; Sin embargo, yo lo llevé con padre y le dije que lo ayudara. Vivió con padre un tiempo, pero
después decidió salir con Yanet querían tener su vida propia, no fue fácil que se establecieran, pero al final lograron tener todo. Su vida sin duda cambio por completo. Mi padre se convirtió en su mejor amigo y se volvió un excelente hombre de familia, eran realmente felices a pesar de los prejuicios.

— ¿Cuántos años tenía cuando se juntó con mamá?

— 30 años

— ¿30? — solté sorprendida.

— Aunque no lo creas tardaste 300 años en nacer

— ¿Y qué paso después?

— Lo que todos saben, pero eso lo sabrás mañana a detalle.

— ¿Y ustedes no hicieron nada para ayudarlo? — pregunto recordando que solo mi padre lo ayudo

— Estábamos entre la espada y la pared no podíamos hacer mucho, Left dio su voto para matarte, pero en realidad era para seguir con cuidado todo lo que sabían de Ethan, pero esa misma noche atacaron la manada por lo que solo un grupo pudo partir ayudarlo, llegamos demasiado tarde esa noche y al día siguiente se dio el comunicado de que tres de los del congreso habían aprobado que matarían a cualquiera que te escondiera.

— Y uno de ellos es Sebastián.

— Por desgracia tomaron el voto de Sebastián. Aunque el solo quería ayudar a su amigo.

— ¿Entonces que pasa si me presento frente a él ¿me mataría?

— No lo sé, pero no lo hagas, a Sebastián le dolió la muerte de Ethan por eso está haciendo estupideces.

¿estupideces? Pienso. — ¿de qué hablas?

— Sebastián y Left piensan que fue su culpa. De no haberlo desterrado lo pudo salvar y por eso piensa que está siendo castigado por la luna al no encontrar a su mate, se ha rendido ante ese pensamiento que está decido a casarse. Piensa que solo así podrá ser un gran hombre de familia como lo fue Ethan. Amando, aunque no sea su alma gemela.

— ¿Y tú qué piensas?

— Que solo no ha llegado, o aún no ha nacido la indicada

— ¿Crees encontrarla?

— Sí. Sé que está cerca, mi instinto me lo dice solo que aún no es tiempo.

— ¿Y la de Sebastián?

— Solo sé que Susan no es buena para la manada, su loba es muy rebelde y muy explosiva. No sé cómo Sebastián o Left no se dan cuenta de eso.

— ¿Y por qué no le dices?

— Tenemos prohibido hablar mal de la luna que el alfa escoja, a menos que sea un conocido nuestro, pero yo, a ella jamás me acercaría. Así que tú también mantente alejada de ella. Recuerda, Susan no es buena.

— De acuerdo 10 metros de distancia de Susan y Sebastián, lo tengo.

— Bien. Fue un placer hablar contigo Aadya cualquier cosa solo llámame y saldré, aunque Joel no quiera.

— De acuerdo

— También te recomiendo que te vayas preparando, yo seré quien te entrene.

— Lo hare.

Sonríe — por cierto, tu cabello es igual al de Yanet, eres idéntica a ellos dos, no lo olvides fuiste su gran felicidad desde el momento en que te sintieron.

Sonrió ante su comentario y veo cómo poco a poco sus ojos vuelven a la normalidad.

— ¿Todo bien? — dice con una sonrisa.

— Sí. Gra-cias — agradezco conmocionada.

— Es algo que tenías que saber y Shiro te lo quería decir.




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