El Deseo de la Luna

Capítulo 24

Aadya

Por la luna. Si tuviera que elegir cual de mis entrenamientos ha sido el más agotador sin duda diría que este día, y pensar que haré esto todos los días sin duda quedaré exhausta.

Shiro me despierto desde las 5 a.m. Para ir a correr por una hora, pero no es cualquier carrera, sino que es por mi vida, ya que corrió detrás de mi lanzándome mordidas, pero lo peor no es eso, sino que corre muy rápido, ayer cuando bajó el perfume pude notar su movimiento; sin embargo, es más rápido en su forma de lobo.

No se toman el entrenamiento de juego, todo lo contrario, en verdad sentí que moría si me llega atrapar. Incluso no le importo que todos en la manada me vieran correr y gritar por mi vida. Creo que seré el nuevo gallo que despierte a todos por aquí en las mañanas.

 También ha hecho que cargue pesado por una hora, puso en el suelo un refrigerador y arriba de este puso un congelador, un mueble de madera, un horno de microondas y muchas cosas más, al principio no me costó tanto trabajo levantarlo, pero no me esperaba que él se subiera al final.

Su peso en forma de lobo es increíble, me hizo soltar todo cuando se subió de un solo brinco; sin embargo, él nunca se bajó y tuve que caminar normal con todo ese peso por una hora.

Incluso ahora voy en camino a mi siguiente entrenamiento mientras tomo agua, apenas son las 7:10 Shiro me dio un respiro de 10 minutos ya que mi siguiente entrenamiento es combate, cuerpo a cuerpo contra él.

Dejo mi botella de agua a lado de un árbol, camino al centro donde será el combate, distraída, mientras acomodo mis vendas que él me dio para mis manos. Iba a levantar mi vista, pero antes de levantarla por completo siento una patada en mi estómago que me manda hasta el otro lado.

¡Joder eso duele!

— Vamos, tienes que moverte más rápido —  me dice Shiro mientras se acerca a mí en forma humana.

— ¡Es enserio, acabo de llagar! —  le grito con indignación — y tú me sueltas una patada. ¿sabes qué has desgastado todas mis fuerzas para reaccionar?

— Los enemigos no van a esperar a que llegues y te acomodes a pelear ¿o sí? — me dice riendo, me estoy dando cuenta que disfruta hacerme sufrir. No quiero darle gusto, pero realmente ha hecho que me desgaste y aunque aún pueda moverme no creo poderle seguir el paso en este entrenamiento por una hora.

Shiro es realmente astuto ayer que le gané y sabía que no podría ganarme sino me desgastaba primero.

Me levanto y me pongo en posición de combate

— Eres un tramposo de primera ¿lo sabías? — le digo con media sonrisas.

— He vivido por tres siglos. ¿En verdad pensaste que no estaría preparado? —  se pone en posición de combate y me hace señas con su mano de que me acerque. Sin pensarlo mucho, me aviento a soltarle un golpe en la cara que detiene con su mano derecha.

— Me gusta tu ánimo — ríe mientras me alega de él soltando mi mano — sin embargo, es inevitable. Te has hecho más lenta — terminó decir Shiro y empieza a lanzarme golpes rápidos, que voy deteniendo con mis manos, veo que cada vez se hacen más rápido sus golpes perdiendo por completo uno de ellos dirigido a mi estómago.

Me doblo al sentirlo poniendo ambas manos sobre mi estómago.

— Es suficiente Shiro — interviene Sebastián con voz gruesa llegando al entrenamiento. — haz que Joel vuelva, necesito hablar con él — Shiro asiente y poco a poco sus ojos vuelve a un color café mientras que Sebastián se acerca a mí y estira su mano. — ¿Estás bien?

— Sí. No es nada.

— Bien. Vete a bañar, Aadya, necesito hablar con Joel y baja antes de las 8:15 — dice y yo volteo a ver a Joel, para ver si le hago caso, él asiente, así que tomo mi agua para después alejarme del campo de entrenamiento.

Joel

Observo que Aadya se va y una vez que está lo suficientemente lejos volteo a ver a Sebastián.
Sabía que iba a venir, seguro le fueron con el chisme de como Shiro está entrenando Aadya, aunque claro, sus gritos de “¡detente! o ¡deja de seguirme!” tampoco ayudaron.

¡Te dije que fueras más suave! — le reclamo

<< Ya tiene todo ¿Por qué tengo que ser
suave? >> me contesta Shiro.

Por esto mismo, a ver dime ¿qué se supone que le diga ahora?

<< la mitad de la verdad, solo dile que es vampira.>>

Si claro y...

Me interrumpe << no le va hacer nada, créeme que aprendió la lección al sacar a Ethan >>

¿Cómo estás tan seguro?

<<Ya sabe que es vampira, solo quiere confírmalo, nadie que no es un sobrenatural corre asi de rápido. >>

De acuerdo, tu ganas.

— ¿Esa es manera de tratar a tu hermana Joel? — Pregunta Sebastián quedando frente a mí.

— No. Sin embargo, es una manera de ayudarla.

— ¿De qué? Exactamente — serio

— Sebastián... Se que lo sabes, lo descubriste el mismo día del ataque.

— No sé de qué hablas.

— Si lo sabes.

— No lo sé — cortante

— Sebastián...

Me interrumpe — ¿por qué no tratas de ser más sincero conmigo?  Y me lo dices claramente — dice molesto. Estos días ninguno de los dos hemos congeniado bien. Él se molesta e igual yo, ya ninguno de los dos quiere disculparse.

Aunque pensándolo bien él si se disculpó el día que fue a ver Aadya a casa.

— Lo siento — digo aceptando mi error — sé que hemos estado mal y en parte es mi culpa. — se queda en silencio cruzando sus brazos — y sobre Aadya, lo siento, sé que debí decirte desde un principio, pero ella en verdad no sabía cómo controlarse, hasta aquel día.




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