El Deseo de la Luna

Capítulo 28

Han pasado más de dos semanas desde la fiesta y mis días aquí son muy diferentes, lo que sufría allá, aquí está prohibido, todos me tratan bien, incluso ya tengo amigos y aunque mis días son más duros por el horario que tengo, no me quejo. Entreno con Joel de 6 a 8.a.m. Después voy al instituto de 9 a 3 p.m. Y saliendo del instituto tengo de nuevo entrenamiento con mi maestro de defensa personal Raúl.

— Buenas tardes jóvenes. Hoy tendremos clase de combate cuerpo a cuerpo sin el bastón — dice Raúl — será un enfrentamiento sencillo él primero que caiga será quien pierda. Ya saben, sin golpes bajos está prohibido. Vamos vengan a sacar a su rival. — Raúl saca una caja con papelitos y todos vamos agarrar uno.

Lo abro y me tocó el número 2

—¿Ya todos tienen uno? — levanta la caja

— no, espere, falto yo — grita desde atrás un chico de cabello café y piel bronceada corriendo, se le hizo tarde de nuevo, a él siempre lo veo llegar tarde.

— Emilio, otra vez — gruñe y el chico lo mira con una sonrisa nervioso.

— Lo siento — se disculpa tomando el papelito

— Bien. ¿quién tiene el uno? — pregunta y dos jóvenes levantan la mano — vengan para acá — los lleva al frente de todos repitiendo las instrucciones a ambos. Aceptan y se ponen en posición de combate — listos — asienten los dos — empiecen

Ambos jóvenes empiezan a pelear, lanzándose golpes entre ambos, mientras igual detienen los golpes; sin embargo, puedo notar qué el chico de cabello negro se mueve más rápido, logrando golpear a su oponente que cae al suelo.

— suficiente, Jack, has ganado. — interviene Raúl ayudando al joven a levantarse.

Jack, lo he visto un par de veces, siempre entrena hasta tarde y nunca en ningún entrenamiento con el bastón lo he visto caer. Tiene un gran manejo de el, pero ahora veo que igual es bueno en batalla de cuerpo a cuerpo.

— Quien tiene el número dos — levanto mi mano y busco con la mirada a mi oponente, que es...

— Emilio, Aadya acérquese — voy al frente junto con Emilio y nos colocamos frente a frente

— un placer soy Emilio — estira su mano en forma de saludo.

— Aadya — le regreso el saludo.

— Bien ya saben, no golpes bajos y el primero que caiga pierde ¿entendido? — nos mira a ambos.

— Sí — contestamos al unísono

— Bien. Empiecen.

Nos colocamos en posición de combate y Emilio se adelanta lanzándome un derechazo que esquivo con facilidad es lento, pero todos sus ataques que me lanza son coordinados. Lo observo y cuando me lanza otro golpe lo detengo, enredo mi pie con el suyo y lo tiro.

— Woo — suspira Emilio en el suelo

— estás bien — estiro mi mano para ayudarlo y la toma.

— Sé que estamos unidos por el destino asi que cásate conmigo

— olvídalo — lo ayudo a levantarse — el destino es impreciso y tal vez a la mejor algún día solo te salve.

— Quiero inténtalo de nuevo. Te lancé muchos golpes, pero tú con uno y “pas” caí al suelo.

— Es obvio, es la hermana de Joel, la entrena como si no hubiera un mañana — interrumpe Jack serio

— ¿En serio?

— SÍ.

— ¡Increíble! Con más razón quiero intentarlo.

— Chicos, si van a pelear de nuevo vayan por allá, tengo que ver la destreza de los demás.

— ¿Vamos? — pregunta Emilio y yo acepto

— De acuerdo.

Nos alejamos un poco y repetimos el combate más de 100 veces, Emilio no se daba por vencido y pedía volver a intentarlo, estuvimos así hasta las 7 de la noche.

— Te rindes — pregunto parándome delante de él.

— ¿Por qué no puedo ganarte? — gritó tumbado en el suelo.

— Es obvio, te adelantas a darle un golpe, pero eres más lento que ella, tienes que esperar el momento perfecto. — interrumpe Jack que ha estado sentado todo el tiempo leyendo.

— ¿Y tú qué?  ¡solo nos seguiste, ni siquiera te invitamos a venir! ¡Metiche!

— Te estoy ayudando a ganarle — dice tranquilo.

— ¿Ayudarme? Pero si estás leyendo.

— La lectura es importante, además no es cualquier libro es sobre la defensa personal, pero aún no logro encontrar su punto débil.

— ¿Me estás analizando? — pregunto

— Por supuesto. Nunca he perdido y por lo que veo tu tampoco, tengo que saber cómo ganarte,
así que, si ya terminaron, me iré a casa a seguir investigando. — Jack se para y se va.
Pensé que era serio, pero veo que solo es dedicado.

— Yo igual ya me tengo que ir todavía tengo que hacer tarea.

— Sí. Gracias por quedarte.

— No fue nada. Cuando quieras entrenar solo dilo.

— ¡Entonces mañana igual podemos!

— Ah...si, si quieres

— ¿En serio? — asiento — gracias. Entonces. Hasta mañana — dice Emilio tomando sus cosas rápido para ir se

— Hasta mañana — susurro viéndolo irse para después tomar mis cosas e irme yo igual.

Como decía, Raúl es el encargado de mi entrenamiento por la tarde ya que Joel y el Alfa trabajan durante ese tiempo; sin embargo, igual tengo que hacer tarea ya que el estudio es importante y más si en un futuro quiero salir de aquí y vivir tranquila. No es mucho lo que pido, pero para alguien como yo, lo mejor es salir de aquí y vivir tranquila.

— ¿Cómo vas? — pregunta Joel viendo mi libreta de matemáticas. Ahora mismo nos encontramos en la casa del Alfa. Tengo que venir después del entrenamiento aquí a esperarlo hasta que termine su trabajo, incluso aquí ceno. Todos en esta mansión ya me conocen.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.