Sebastián
Salí por segunda vez de la habitación de Aadya, bajé a la cocina a esperarla para comer, pasaron unos minutos y cuando iba a subir para hablarle de nuevo y que bajé a comer un rico aroma llega a mí.
<< ¿Qué es ese olor? >> dice Left
— No lo sé, pero huele bien — le respondo mientras escucho como abren la puerta de la cocina apareciendo frente a mi Aadya.
— ¿Te echaste perfume?
— No. ¿por qué?
— Es que… algo huele extraño — dije la palabra extraño en vez de rico porque no quiero que se sienta incómoda — ¿puedes acercarte un poco para ver qué es?
<< huele delicioso >> ronronea Left.
Mientras que yo jalo una silla para que se siente. Aadya se sienta. Coloco mis manos en sus hombros e inhaló profundamente percibiendo el rico aroma en su cabeza.
Con mis manos empiezo a buscar, abriendo por partes su cabello hasta que doy con una pequeña herida donde hay muy poca sangre.
<< ¿Eso es lo que huele delicioso? >>
Si, pero... Nosotros no somos vampiros para que nos andes gustando un aroma que proviene de la sangre.
<< tienes razón, mejor hay que curarla >>
Si.
— Espera aquí. Traeré el botiquín — digo y Aadya acepta quedándose en el mismo lugar mientras yo voy por el botiquín. Regreso y empiezo a curarla quitando de ella ese rico aroma que me llamó la atención, incluso la primera vez que la vi tenía sangre e igual olía rico.
¿Por qué será esto?
Aadya
Después de que el alfa me curara, comimos y cada quien regreso a sus labores, el alfa se fue a su estudio a trabajar y yo fui a recostarme un rato, este es mi primer día de descanso, así que lo tengo que aprovechar ya que mañana es posible que salga con Emilio y Jack.
.....
Despierto de mi largo sueño. No recuerdo a que horas me dormí, miro la habitación y observo el reloj que está pegado en la pared son las 7:45 a.m. Ya casi es hora de entrar a la escuela... ¡espera! ¡¿7:45?! Volteo de nuevo a ver el reloj confirmando la hora.
¡Maldición ya se me hizo tarde! ¡Ni siquiera entrené hoy!
Me levanto de la cama de un brinco y me empiezo a cambiar de manera rápida para después bajar las escaleras encontrando al alfa en la puerta.
— Buenos días — dice
— ¿Adónde vas? — pregunta parándose en el marco puerta. Mientras yo busco que hay en la alacena encontrando pan
— A la escuela, ¿Adónde más voy a ir? — voy hacia el refri rápido, lo abro viendo que hay, y después de un segundo agarro un yogurt, jamón, mayonesa, un jitomate, chiles y una cebolla. Los llevo a la barra y empiezo a cortar rápido el jitomate y la cebolla.
— ¿La escuela?
— Sí. La escuela — le repito. Mientras sigo preparando mi sándwich
— Aadya
— ¡¿Qué?! — volteo a verlo ya con mi desayuno preparado listo para meterlo en la mochila.
— Hoy es sábado.
— Sí. Hoy es sa-sa..¿sábado? — reacciono.
—Sí. Por eso no te desperté temprano.
— Pensé que era viernes.
— Pude notarlo.
— Lo siento...es que Joel me lo recuerda en la mañana y, bueno ni siquiera me levanté a entrenar.
— Tampoco quise levantarte. Mi idea era que descansarás, pero creo que Joel te tiene muy controlada en el sentido del entrenamiento.
— Solo lo necesario.
— ¿Y cuánto es lo necesario?
— no...no lo sé, pero...es necesario.
— Bueno hagamos esto. Que te parece si tú desayunas primero — señala mi sándwich— mientras que yo voy preparando todo para entrenarte. ¿Sí?
— S-Si
— Bien. — dice volteado a ver a otro lado — Lucia — le habla a una señora que hace todas las comidas.
— Si, alfa.
— prepárale un desayuno a Aadya y que sea ligero.
— En seguida.
— Te veo afuera — el alfa sale y yo me quedo con inna que no me quita la vista de encima, me está fulminado con la mirada, pero como dice Joel, no tengo dejar que todos me maltraten.
— ¿Qué? ¿Te gusto? — digo y Lucia se voltea enojada a preparar el desayuno, pero como no tengo tiempo de aguantar enemigos sin sentido, me como mi sándwich y salgo buscando al alfa.
— Ya tan rápido
— Si.
— bueno, yo igual ya terminé. Toma. — me da un bastón de combate.
— Es lo mismo que entreno con Raúl — suelto sin entender porque el mismo entrenamiento.
— Sí y no.
— ¿Por qué?
— Porque este es conmigo y yo no soy Raúl...— veo su bastón girar demasiado rápido y me ataca con demasiada fuerza, al punto de arrastrarme hacia atrás por unos instantes. Apenas logré reaccionar ante su golpe, sin duda utilizo más fuerza que la vez pasada. — podrás utilizar tu naturaleza — dice levantando su rostro con una sonrisa haciéndome temblar al ver sus ojos rojos que son como la sangre — soy Left, mucho gusto, Aadya — habla con voz gruesa asustándome más de lo que ya estaba. — porque no me enseñas tu lado vampiro y vemos si eres capaz de detenerme. — trago grueso al escucharlo, dudo mucho que pueda siquiera detenerle otro golpe incluso ahora solo quiero soltar el bastón. — no lo hagas, porque esto va a terminar en cuanto tú lo sueltes, ¿Eso quieres?
¡Demonios Joel! ¡¿En donde me vendiste a meter?! Aprieto con fuerza el bastón y veo que su sonrisa de Left es maléfica y asusta demasiado.