El Deseo de la Luna

Capítulo 39

Aadya

— No puedo creerlo, eres el ser más detestable sobre la tierra, ¿Cómo te atreves a mentirme? sabías que quería ganarte, por eso te está estudiando, pero...así como se supone que te gane Aadya.

— la fuer-za n-no lo es todo Jack

Asiente varias veces con la cabeza diciendo que si para después darme una pequeña sonrisa — tienes razón, soy más inteligente que los dos juntos.

Sonrió al igual que él — tienes razón eres ¡ught!  — truena mi otro tobillo doblándose. Me quejo casi llorando al sentir el inmenso dolor — mu-y inteligente ja-ck, a-así que... Por fa-vor aho-ra va..váyanse.

— ¿Estarás bien? — pregunta acercándose a mi nivelándose a mi altura quedando frente a frente

— Sí. — respondo mirándolo a los ojos, pero Jack ya no dice nada y baja la mirada hacia el suelo por unos segundos pensando. Cuando decidido la vuelve a subir tomando mi mano rápido para pasar mi brazo por atrás de su cuello levantándome — ¿qué..haces? — pregunto al no comprender su actitud.

— Emilio cúbrenos del alfa, no dejes que nos busque y si pregunta por nosotros invéntale algo — dice serio

— Sí. — Emilio asiente y se va en seguida a dónde están los demás. Mientras que Jack da media la vuelta hacia el bosque, nos adentramos los dos alejándonos de todos.

— Es-pera ¿qué es-tás ha-ciendo? — pregunto logrando detener su paso.

— Acompañarte a un lugar seguro.

— No. Tu ti-enes que regresar.

— No voy a dejarte sola cuando te andas transformando en medio bosque

— No me transformare, solo ne-cesi-to ¡aught! — vuelve a doblarse otro de mis huesos provocando que tanto Jack como yo caigamos al suelo — contro-lar mi-s sen-timien-tos

— Bien — se levanta — entonces contrólalos. Si te estás transformando de esta manera es por qué tú loba está despertando, pero tú no la dejas salir.

— ¿salir? ¿y tú crees que me esté pidiendo permiso para salir?. — se queda en silencio
— ¡No!. ¡ught! — me vuelo a quejar cada vez que se rompe uno de mis huesos duele un infierno, incluso siento que estoy empezando a sudar por el dolor —  no me...es-tá pidiendo per-miso porque quiere a-apoderarse de mi cuerpo ¿Có-cómo se supo-ne que asi la deje salir?

— Entonces habla con ella.

— ¿Y Có-mo se… supone que se ha-ce eso?

— No lo sé yo...aún no logro hablar con el mío, pero me imagino que igual como lograste controlar a tu lado vampiro.

— Jack...cuando logré controlarla... Estaba en peligro de mo-rir. Además por lo que he en-tendido mis so-sobrenaturales no tienen sentimi-entos, porque solo quieren matar y...— ¡maldición esto duele! Me queje internamente. Sentir como se romper uno por uno cada hueso duele bastante —  cu-cuando logré que mi lado vampira fu-era parte de mi ella adoptó mis sentimientos.

— Pero eso es imposible, digo, no sé de vampiros, pero un lobo siempre tendrá sus sentimientos al límite, naturalmente somos sentimentales y así sea la cosa más insignificante, para nosotros será como un valde de agua fría o en cierto punto un valde de agua hirviendo. Somos posesivos con todo aquello que nos importa y más si se trata de nuestra alma gemela. Así que no me puedes decir que tú loba no tiene sentimientos, cuando no sabes que es lo que está provocando que quiera salir de esa manera. ¿o acaso lo sabes?

— N-no.

— Entonces trata de hablar con ella. ¿cómo te comunicabas con tu lado vampira?

— ella me hablaba, pero… la última vez que le hablé fue cuando está durmiendo

— Subconscientemente es la única manera en la que la vez ¿no?

— Así es

— Bien. Entonces lo único que tengo que hacer es ponerte a dormir — dice alejándose un poco buscando algo en el piso ya que lo anda observando.

— N-no puedo dormir cu-ando están tra-tando de..salir sin mi consentimiento.

— Eso no lo sabremos si no lo intentamos. ¡oh! Esta es perfecta — levanta algo y voltea de nuevo para verme escondiendo lo que recogió

— ¿Qué es perfecta?

— Lo lamento Aadya, espero que si esto funciona puedas perdonarme.

— ¿De qué hablas?

— De esto. — saca una piedra algo grande la observa e instantes después vuelve a verme lanzando con fuerza la piedra hacia mi frente, trato de esquivarla, pero es imposible no puedo moverme y la piedra logra golpearme la frente con fuerza sintiendo como poco a poco voy perdiendo la conciencia.

Emilio

Me encuentro en la manada cerca de la fogata, alejado de la mayoría de los que celebran el compromiso, quería actuar normal; sin embargo, no puedo, estoy preocupado nunca había visto algo como lo de hace rato. Aadya parecía muy alterada y la forma en la que sus huesos tronaban era abrumadora y tan solo recordarlo hace que incluso a mí me duela.

— Emilio — escucho la voz de mi padre. Levanto mi vista en su dirección y veo que está con el alfa.

— Sí.

— El alfa quiere saber sino haz visto Aadya — pregunta mi padre, yo me levanto y quedó de frente a ellos.

—Sí. la vi

— ¿Dónde? — gruñe el alfa algo alterado.

— E-ella...se fue con Jack

— ¡¿A estas horas de la noche?! — gruñe molesto.

— S-sí. — dije nervioso.

— ¡¿Hacia a dónde se fueron?!

— Dijo que...

— ¡¡¿Hacia a dónde?!!

— fue-eron a-a una ce-cena romántica — suelto

— ¡¡¿Qué?!!

— ¿Qué? — soltaron mi padre y el alfa al unísono solo que el alfa lo dijo gruñendo mientras uno de sus ojos cambiaba de color a los del alfa Left.




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