El Deseo de la Luna

Capítulo 42

Jack

— ¿Saben dónde puedo encontrarla?

— ¿Quién eres? — pregunto al ver al hombre que tiene un porte muy ¿correcto?

— ah, una disculpa, soy Alan, hermano de Aadya — dice amable estirando su mano para saludarnos.

— ¿Entonces igual eres hermano de Joel?

— Así es. Él me dijo que viniera a cuidarla lo más pronto posible y aunque mi llegada estaba planeada en dos semanas, los planes cambiaron y hoy llegué.

— ¡Entonces que haces aquí! ¡ve a buscarla está con el alfa! — dice Emilio dejándolo hacia la casa del alfa.

— ¿En serio? Pero no tiene mucho que fui a su casa y me dijo que no estaba, incluso me corrió.

— ¿Y tú por qué crees que te corrió? Esta furioso con ella. — explica Emilio.

— Pero Joel dijo que era seguro para ella estar con él

— pues ahora no, créeme está furioso porque Aadya no llegó ayer a casa.

Alan se quedó plasmado, sin decirnos nada caminando instante después de manera rápida hacia la casa del alfa.

Aadya

— ¡¡Dije que no quería a nadie!! — gruñe, pero aun así los pasos avanzan, la manija da vuelta abriéndose la puerta viendo frente a mí a Alan que se queda parado en el marco de la puerta.

¡¿Qué hace aquí? Me preguntó molesta.
Él no es la persona que me va a cuidar ¿verdad?

¿por qué de todas las personas que conoce Joel, me manda a él?

Sabe que no nos llevamos bien y que lo odio, ¿pero lo manda a cuidarme? ¿qué demonios pasa por su cabeza? ¿acaso quiere nos matemos entre nosotros?

— lo siento alfa, pero he venido por Aadya, de nuevo. — dice serio y veo cómo Sebastián aprieta sus puños mientras lo fusila con la mirada.

Esperen. Dijo ¿de nuevo? Eso quiere decir que ya había venido por mi antes. ¿no?

— Estoy hablando con ella — le contesta apretando sus dientes molestos.

— Si. Me dijeron sus amigos, pero creo que eso es algo que yo hablaré con ella. — sin moverse del marco de la puerta — lamento que se allá preocupado por ella y que haya gastado su tiempo, pero desde ahora yo me haré cargo y me aseguraré de ponerle un ejemplar castigo por tenerlo despierto. Así que, si me disculpa, nos retiramos. Vámonos Aadya — me dice y de alguna manera siento una seriedad o madurez en él, ciertamente habla y actúa diferente, incluso sabe cómo rechazar al alfa de una manera respetuosa. Antes él no actuaba así.

Sebastián voltea a verme. No sé por qué siento que estoy entre papá y mamá cuando me dan a elegir, pero como siempre no tengo alternativa. Sebastián está furioso y no quiero estar aquí cuando todos regresen. Así que camino hacia Alan que se hace a un lado dejándome pasar.

— Muchas gracias por todo alfa. Mañana vendré por sus cosas y perdone las molestias.

— ¿Adónde irán? — pregunta antes de que Alan cierre la puerta por completo.

— No se preocupe, estaremos en la casa de Joel unos días, después, le diré que pasará.

— ¿Qué pasará? Aadya entrena conmigo en las mañanas — dice serio y Alan me mira de reojo para después mirar al alfa.

— Lo siento alfa, pero creo que eso ya no podrá ser.

— ¿Por qué? — gruñe acercándose a él, pero Alan no retrocedió.

¿Qué le pasa? Antes ni siquiera podía ayudarme y ahora, ni un paso hacia atrás dio.

— Aadya no entrenará más. Irá a la escuela y regresará a casa como ella siempre quiso. — habla tranquilo haciendo que Sebastián pierda la postura. Incluso yo no entendí a que se refería ¿sin entrenamiento? ¿qué es lo que está pensando?

— ¿De qué estás hablando? Es necesario

— No lo es alfa, y si no le importa antes de hablarlo con usted quisiera hablarlo con ella. Con permiso — dice cerrando la puerta para caminar hasta la salida, abre la puerta y me deja salir a mi primero saliendo él detrás de mí.

Esto es muy extraño Alan no se comporta así, incluso diría que es otro. Su formalidad de ahora es increíble.

— ¿Qué haces aquí? — pregunto al estar más alejados de la casa del alfa, viéndolo de alguna manera, en verdad siento que es otro.

— Hablemos en la casa — dice emparejando sus pasos a los míos caminando justo al lado de mí. Me siento rara estar a su lado, hace tanto tiempo que no caminábamos juntos hacia casa, incluso siento que ya no lo recuerdo, la última vez que escuché su voz fue cuando le grité que se fuera de mi habitación.

Se supone que ya está viviendo con su mate, entonces ¿qué hace aquí? ¿por qué está aquí conmigo y no con ella? Son tantas preguntas que ahora se me vienen a la mente que no se ni cuál preguntarle primero.

Llegamos a la casa de Joel. Abrió la puerta y me dejó entrar primero cerrando después la puerta detrás de él. Fue a la cocina y empezó a ver que había.

— ¿Ya comiste? — me pregunta sacando comida del refrigerador.

— No. — niego yendo a la cocina para ver qué hace.

— Sube a bañarte hueles demasiado a tu amigo “Jack” — dice entre comillas y yo al instante huelo mi playera sin percibir el aroma. Sonríe un poco por mi acción y yo recuerdo las preguntas en mi mente mirándolo con duda
— corre, ve mientras yo preparo la comida. —

— ¿A qué viniste? — pregunto viéndolo fijamente — si fue porque Joel te lo pidió no tienes que hacerlo, yo puedo regresar. Sebastián está enojado, pero se le pasara el enojo, además tengo entendido que ya vives con tu mate. No quiero tengan problemas por mi culpa, asi que puedes regresar en cualquier momento. — suelto y Alan deja las cosas en la barra.

— Es verdad. —

Lo sabía. Pienso decepciona apunto de contestarle que se regrese con su mate, pero me interrumpe ganando la palabra
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.