— Vengo por una promesa. La promesa que te hice a ti de estar a tu lado y apoyarte en todo.
— ¿Promesa? — digo sonriendo de lado con ironía al escuchar sus palabras, sintiendo dolor en mi pecho que se detiene en mi garganta.
Solo la luna sabe cuánto me dolió la traición de mi hermano, con él crecí, con él lloraba y estaba ahí para mí, él iba a mi cuarto y hablaba conmigo de una vida normal juntos, pero vi traicionarme frente a mis ojos cegado por el amor.
— Aadya...
— Te...te odie Alan
— Lo sé
— Quería matarte.
—…Lo sé
— ¡No! — grité — no lo sabes — dije lo último despacio sintiendo mi nudo creer más.
— Aadya
Lo interrumpo — cuando encontraste a tu mate sonreías como nunca, me contabas maravillas de lo hermoso que era tener a tu mate.
— Aa..
— Te apoyé Alan porque…lo mejor que tenía eras tú. Tú eras el único que sabía cómo me sentía realmente, pero te empezaste alejar de mí de la nada. — Alan trata de hablar, pero yo se lo impido — recuerdas que en ese tiempo tu decías que había sido mi culpa, que yo había ocasionado que tú los ayudarás.
— Aadya por favor.
— Dime Alan, realmente ese “accidente” que nos separó, fue mi culpa.
— Aadya
— ¡Quiero saberlo! ¡fue mi culpa ir a buscarte a la casa del alfa ese día!
—…N-no
— No. — río sintiendo mi garganta arder.
— Aadya
— Voy a bañarme. — Salgo de la cocina y voy directo a mi habitación.
Con Joel
Hace días que me encuentro en la manada plateada ayudando a todos a levantar el escombro, pero aún no terminamos, y aunque ahora hay menos aún nos falta bastante trabajo.
— Beta Joel ¿dónde pongo estos escombros? — me pregunta un joven como de 16 años cargando la madera de las casas destruidas. Ahora hasta los jóvenes están ayudando.
— Ponlo por allá — señalo el montón que hemos estado quitando desde que llegué. Nunca vi un lugar tan destruido. Los vampiros destruyeron todo lo que vieron, incluso los niños han estado ayudando. Los tomaron a todos desprevenidos, aunque esto para mi es muy raro, los vampiros nunca habían atacado a las manadas tan seguido, primero fue la del alfa William que gracias a Sebastián logramos reducir daños, luego atacaron esta, la manada plateada, destruyendo todo a su paso.
¿Qué es lo que buscan?
¿qué vuelva a ver una guerra por territorio o que es lo que están buscando? Para que incluso se atrevan a pisar las tierras sagradas de las protectoras de la luna, que por lo que escuche igual destruyeron parte de ellas. Ofrecimos nuestra ayuda, pero no quisieron aceptarla así que cada quien está reconstruyendo su parte, es lamentable, pero si no quieren no podemos intervenir.
— Beta. — me llaman y yo volteo viendo a un joven lleno de aserrín por la madera.
— Sí.
— Vengo a decirle que la comida ya está lista, todos ya están comiendo.
— Gracias en un rato voy — digo y el joven asiente para después alejarse de nuevo. Tomo una pared completa, la cargo y la llevo con los escombros, la suelto, me sacudo las manos y voy hacia donde están todos comiendo. Ahora por esto que pasó todos se reúnen y comen aquí juntos.
— Beta Joel, venga, por favor acompáñenos — habla el alfa Saúl levantándose de su silla para ofrecerme su asiento, pero yo niego y me quedó parado.
— Aquí tiene beta — me dan un plato de comida y yo lo acepto.
— Sin duda su llegada nos ha ayudado mucho, vamos avanzando más rápido gracias a usted.
— No se preocupe, mi deber es ayudarlos a todos.
— Repito lo mismo que ayer beta Joel. Agradezco que el alfa supremo lo enviara ayudarnos.
— Todos los problemas grandes que les pasen a las manadas es nuestra responsabilidad.
— No sabe lo agradecido que estoy que nunca nos deje de lado, les deseo una feliz vida a lado de su pareja.
— Le diré sus buenos deseos cuando regrese. — digo y Saúl sonríe volviendo a comer.
Comimos todos y la tarde se pasó rápido mientras unos me ayudaban a quitar todo otros fueron al bosque a cortar madera para empezar a construir o reconstruir casas.
La mayoría de los jóvenes me ayudaban a mí y no podía evitar acordarme de Aadya, tienen su edad, solo espero que esté bien y que sepa congeniar con Sebastián y que logré perdonar Alan, sé que tiene mucho dentro de ella y esta puede ser la oportunidad de dejar a lado el odio y el rencor que le tiene.
Espero que Alan sepa arreglar la situación y no la riegue más sino lo siento, pero no le daré otra oportunidad para disculparse. Aadya depende ahora de las emociones de su loba y si se vuelven a disparar como antes será un problema y más porque nosotros somos naturalmente emocionales y es posible que si ella no logra controlar sus emociones, su loba será quién logré controlarla a ella.
— Buenas noches beta Joel — se despiden los jóvenes.
— Buenas noches, gran trabajo.
— Gracias, mañana volveremos para terminar y que todo vuelva hacer como antes.
— Por supuesto, cada día avanzamos más.
— Sí. Mañana incluso podemos ayudar con la construcción.
— Así es, mañana absolutamente acabamos de levantar todo. Así que por ahora vayan a descansar.
— Hasta mañana — dijeron todos alejándose yendo a pequeñas casas de acampar para descansar mientras que yo me subí a un árbol para recostarme viendo todo y a todos desde ahí.
Sebastián no solo me mandó ayudar sino también a observar a todos, es imposible que entren vampiros sin ser detectados y más en un territorio sagrado donde se encuentran las protectoras de la luna.