Emilio
Después de lo sucedido Jack volvió a su casa, se veía mal y culpable, así que me aseguré de que llegara bien y sin desviaciones. Regresé a casa, se encontraba mi padre y mi madre cenando, me ofrecieron de cenar, pero no quise solo los acompañé a cenar, pero después se escuchó que llamaron a la puerta un par de veces.
Mi padre se levantó confundido, nadie llama a estas horas, así que era extraño. Fue a la puerta y cuando dijo
— ¿Aadya? ¿Qué te trae por aquí tan noche? — me levanté en seguida y fui a la puerta.
— Disculpe, Emilio ¿sigue despierto?
— Si. él...
Lo interrumpí — ¿Qué pasa?
— Los dejo — dice mi padre regresando adentro de la casa.
— ¿Sabes dónde vive Jack? — me pregunta. Se nota que Aadya igual se siente culpable.
— ¿Lo vas ir a buscar a estas horas?
— Sí. Necesito disculparme.
— La verdad, pensé que él se disculparía — suelto recordando lo que Jack me dijo
— no tiene por qué hacerlo, la idea fue mía.
— Bueno, sí fue tu culpa, pero — me quedo en silencio unos segundos pensando, Jack dijo que no tendría el valor de verla a la cara, a la mejor si ella va podrían hablar. — bueno que más da, Jack vive por allá — señalo con mi dedo la última cuadra de la manada — es la tercera casa antes de llegar a la última.
— Gracias.
— No hay por qué. Que descanses
— Gracias tu igual — dice y yo solo le doy una pequeña sonrisa para después cerrar.
Después de lo sucedido pensé que todo estaría bien al día siguiente; sin embargo, Aadya me evitó a mí en el instituto y Jack ni siquiera podía mirarla. Se me hizo una sorpresa enorme que fuera al entrenamiento, pero igual en combate cuerpo a cuerpo entreno con alguien más y así fue como paso una semana.
Hablé con Jack al ver qué esto iba empeorando ninguno de los dos se hablaba y a mí Aadya me ignoraba por completo, por más que trataba de coincidir con ella, ella simplemente se alejaba o cambiaba su rumbo, eso no estaba bien y a mí me molestó ver cómo ninguno de los dos hacia algo, así que un día en el entrenamiento, me tocó combatir con Jack y lo golpeé tan duro por ser un cobarde.
— ¿Qué te pasa? — me reclamo mientras él se limpiaba la sangre de su labio.
— ¿Qué me pasa? ¡¿qué les pasa a ustedes?!
— ¿De qué hablas? — se levanta.
— No te hagas. ¿cuánto tiempo más piensan estar así? — miro de reojo hacia la dirección donde Aadya se encuentra, pero al verme se vuelve a voltear, Jack igual la mira unos segundos y después vuelve a bajar la mirada.
— Ella...no quiere verme
— ¿De qué hablas? ¡si te fue a buscar ese día!
— Sí. Lo sé, pero no puede decirle nada, me pidió perdón y yo…no pude decirle nada.
— ¿Y ahora?...¿puedes decirle algo?.
— Creo que no estás entendiendo Emilio.
— ¿Qué es lo que no entiendo? ¡ustedes solo lo complican más!
— Aadya no quiere vernos...nos está evitando.
— ¿Pero...por qué? A la mejor si tú hablas con ella esto cambie.
— ¡No lo hará! Nos evita porque se siente culpable, ¡tú crees que no lo he notado, que cada vez que le toca enfrentarse con nosotros cambia su papel! ¡no quiere hablarnos Emilio! ¡y yo quiero darle su tiempo!... Tú también deberías hacer lo mismo
— Pero....
— Bien chicos eso es todo. — dijo mi padre y Jack tomó sus cosas alejándose, miré a los dos y cada quien se fue por su lado.
Me giré resentido y tomé mis cosas yendo a las cascadas.
Darle su tiempo, por favor, ha pasado una semana y cada vez nos alejamos más.
¿Cuál tiempo debería darle? Lo que necesitamos...es hablarnos de nuevo. No podemos seguir así por un error.
Pienso mientras siento como mi corazón cruje nunca había tenido amigos que me aceptarán cómo tal, todos piensan que soy un inmaduro por como actúo, pero ahora que encontré amigos que en verdad les gusta como soy, se están separando.
Llego a las cascadas y me siento en una roca viendo caer el agua. Si me duele que nos dejemos hablar por lo que pasó, sé que Aadya no lo hizo con mala intención, pero no tenía que pensar tanto en sus acciones como para querer alejarse de nosotros.
— ah — suspiro viendo hacia el frente. Todo esto quiero que se arregle ya. Miro hacia abajo y veo de lejos en la orilla del río a Henry parado.
Ha vuelto a venir. Digo en voz baja y si pensarlo me levanto y bajo hasta el río. En estos tres días que he venido a las cascadas he visto a Henry esperando ahí parado viendo hacia la nada. Me voy antes que él y llegó después que él. No sé por qué, pero estoy seguro que igual viene a verla.
— ¿No está aquí? — digo caminando parándome frente a él. Lo único que nos divide es el río.
— No. — me responde — hace días que no viene. ¿tú sabes algo?
— Si. Esta...yendo al instituto y/a entrenar.
— Me alegro que decidiera ir a entrenar de nuevo, eso quiere decir que ya regreso su her...
Lo interrumpo — Sin embargo, tanto a mi como a Jack nos está ignorando y no...no ha regresado Joel.
— ¿Entonces... — me mira preocupado
— ¿quién la está cuidando?
—...Nadie.
— ¡¿Cómo que nadie?! ¡¿y por qué no ha venido aquí?!
— No lo sé
— ¡¿Dónde está?!
— Tampoco lo sé, una vez fui a su casa, pero, nadie me abrió.
— ¡¡joder!! — gritó Henry con sus ojos rojos.
— Me imagino que su trato ya terminó. Lo siento, sé que querías encontrar a tu sobrino — digo y Henry me voltea a ver apretando su mandíbula — solo viene a decírtelo para que dejes de venir en vano hasta aquí.