El Deseo de la Luna

Capítulo 61

Sebastián

Me encuentro caminando al campo de entrenamiento, Raúl me dijo que fuera en la tarde cuando los chicos entrenan, pero no fui ya que no quería encontrarme con Aadya. Hace unos días fue a la casa me estaba buscando para preguntarme por Joel, pero no quise recibirla.

Me dolió lo que vi la última vez y sé que eso no es normal, no puedo estar sintiendo esto por la hermana de mi mejor amigo y más porque es una niña. Por eso decidí alejarme de ella el tiempo que sea necesario.

— ¿Qué pasa Raúl? — pregunto llegando al campo de entrenamiento. Ya no hay nadie, todos de seguro ya se fueron

— ¿Por qué no ha venido a los entrenamientos?

— He tenido varias cosas que hacer en la tarde.

— Perdone, no lo sabía.

— No te preocupes, mejor dime para que me has llamado.

— Bueno — se pone recto cambiando su semblante relajado a uno serio — pensé que le gustaría que le informe sobre Aadya

—¿Qué tiene? ¿le pasó algo? — pregunto preocupado

— No, no, tranquilo es ..

— Ah, qué bueno. — lo interrumpo — si algo le pasa Joel me mata — le explicó mi reacción.

No puedo creer que me altere por solo escuchar su nombre

— Sí. no sé preocupe, yo también se cómo es Joel de impulsivo, pero lo que le quiero informar es que Aadya ha estado viniendo a los entrenamientos.

— ¿Alan cambio de opinión?

— Ese es el problema alfa, nadie lo ha visto salir ni una sola vez — me dice y yo me quedo en shock

— ¿E...entonces? — pregunto Alan tampoco pasó a la casa para decir que ya se va.

— No sabría decirle que es lo que está pasando; sin embargo, me preocupa, ya que Aadya igual está bajando de peso.

¿Bajando de peso? ¿Aadya? ¿cómo es eso posible? — ¿y tu hijo? ¿él no sabe nada?

— Algo ocurrió que llevan una semana sin hablar, de hecho, ya ninguno de los tres se habla. — termina de hablar Raúl y sin pensarlo voy hacia la casa de Joel.

¿por eso me habrá ido a ver? ¿Por qué Alan se fue y no tiene a nadie a su lado? Pero ¿cómo es que se atreve a irse sin avisarme. ¿para qué me la quita si se va ir dejándola sola.

Llego a la saca de Joel y sin esperar a que me abran entro de un portazo viendo un solo vaso en la mesa.

¿cuánto tiempo ha estado sola? Pienso molesto.

— ¿Dónde está ahora? — pregunto mirando a todos lados sin verla.

— Puede que esté en las cascadas donde antes iban los tres juntos. — habla Raúl y sin pensarlo dos veces me dirijo a las cascadas.

Camino rápido para llegar allá. Una parte de mi está molesto porque Alan no me dijo que se iría, pero la otra está feliz de que Alan se haya ido porque eso solo significa una cosa y es que Aadya volverá a vivir conmi....

No puedo terminar mis pensamientos porque a mí llega una briza fría, mi piel se eriza y cuando el olor llega a mí, me quedó quieto sin poder creerlo.

<< “mi mate”>>. Escucho a Left hablar e inhaló el aire a mi alrededor. Un rico aroma que me envuelve y he estado buscando tanto por fin aparece.

<< “búscala”>> grita Left sacándome de mis pensamientos y sin perder más el tiempo corro buscando el aroma de palmarosa, geranio y ylang ylang.

Aadya

— ¿Qué hiciste? — dije asustada al ver mi pulsera en su mano. Me levanté rápido y traté de quitársela con mi mano derecha, pero Henry fue más rápido y logró evitar que se la quitara

— ¿Tu...— me miraba confundido, ni siquiera podía terminar lo que decía?

— Henry esto es serio necesito ponérmela de nuevo — digo, pero Henry sigue sin hablarme.

Mira la pulsera y después a mí de pies a cabeza sonriendo al final

— ¿Oye? — le vuelvo hablar — que pasó con tu frase de “no puedes hacer lo que quieras con los demás” tienes que regresarme la pulse....

No puedo terminar de hablar porque Henry se lanza hacia mi abrazándome con fuerza.

— Aquí estás — repetía varias veces mientras me abrazaba agradeciendo al final — gracias —

— ¿Gracias? — repito — ¿a quién le estás dando las gracias? — digo, pero Henry sigue sin contestarme — ¡oye! — lo empujo — la necesito — insisto. Henry ve la pulsera y me la da.

— lo siento, pero no puedo creerlo — habla limpiando lágrimas de su rostro, pero al final me vuelve abrazar.

— Ni yo — le doy unas pequeñas palmadas en su espalda consolándolo. No sé qué le pasa, pero creo que necesita ayuda — ¿cómo se te ocurre quitarme mi pulsera?

— Sino lo hubiera hecho jamás me hubieras dicho y seguiría buscando por todos lados cuando estás frente a mi — habla sin dejar de abrazarme.

— ¿De qué hablas? — pregunto totalmente desconcertada y Henry deja de abrazarme

— De que te he estado buscando por tanto tiempo que no puedo creerlo.

— Oye tampoco me fui por mucho tiempo, solo fue una semana. — digo y Henry sonríe.

— Te extrañe, te busque todos los días sin descanso solo con la esperanza de poderte ver.

— Bueno aquí estoy, no es necesario que llores, no tardaré más de una semana el volver a venir, ya vi que te afecto mucho  — digo limpiando sus lágrimas.

— Me afecto muchísimo, como no tienes idea — dice volviendo abrazarme.

— Vamos deja de llorar, no era mi intención hacerte sentir mal — lo abrazo.

— No estoy triste...estoy feliz de que seas tú...

No digo nada, ya que en verdad no estoy entendiendo lo que está tratando de decirme. Pasaron unos minutos y Henry se empezó a tranquilizar; sin embargo, seguía aferrado a mí. Trato de alejarlo un poco, pero siento como me aprieta más fuerte contra su cuerpo exaltado.




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