El Deseo de la Luna

Capítulo 74

Aadya

— Bueno lo intentamos — digo mientras nos sentamos.

— Te dije que nos iba a decir que no.

— ¿Y ahora que haremos?

— Pues podemos seguir con la idea de las estrellas a Emilio le gustan mucho y tienes razón podríamos ser sinceros, aunque no soy muy bueno en eso.

— Si. Lo sé, pero recuerda que Emilio no aceptará pelear contigo.

Ríe — tienes razón, tendré que escribir algo para memorizarlo.

—Solo déjalo salir.

— ¿De qué hablan? — nos interrumpe Raúl llegando.

— De ver qué haremos para que Emilio nos perdone — digo.

— ¿Mi hijo?

— Así es, hemos tenido unas diferencias en este tiempo — habla Jack

— Si. Me di cuenta de eso, por eso quiero darles una solución.

— ¿Cuál? — preguntamos al unísono

— El Alfa — señala hacia la ventana del despacho donde se encuentra Sebastián viéndonos y yo al verlo sonrió para después volver a prestarle atención a Raúl — dio su permiso para que se llevarán esto que necesitan para hacer su pastel. — levanta una bolsa que tiene en su mano derecha y Jack y yo sonreímos al verla — pero lo irán hacer a mi casa ya que él alfa no quiere que se lastimen.

— ¿En serio?

— Así es Aadya así que tengan y vayan a mi casa a prepararlo, ya le avisé a mi esposa que irán — nos da la bolsa

— Gracias.

— No hay de que, ahora corran — dice pero antes de irme volví a ver hacia la ventana viendo aún a Sebastián. Levanté mi mano y me despedí de él sonriendo recibiendo de respuesta una sonrisa cálida de su parte despidiéndose igual de mí.

Después de eso Jack y yo nos fuimos a la casa de Raúl, donde su esposa nos abrió, por suerte no estaba Emilio asi que yo y Jack nos pusimos manos a la obra, pero.... Todo fue un desastre su mamá de Emilio se río de nosotros al ver qué habíamos batido todo y habíamos tirado harina por todos lados, así que después de dejar de reírse nos empezó ayudar.

Mientras ella nos enseñaba y nos explicaba cómo hacer el pastel nosotros nos apuramos a limpiar todo hasta que por fin quedo el pastel de chocolate que decoramos al final yo y Jack de una manera que de seguro le encantará ya que pusimos su nombre arriba y de bajo de él nos pusimos a nosotros tres formando un lazo de amistad.

La mamá de Emilio estaba encantada con nuestro arte y nos felicitó por el esfuerzo. Preparamos todo y minutos después de que sus padres nos dijeron que ya casi llegaba, salimos a buscar en los árboles la mejor vista para ver las estrellas.

— ¡Aadya! — me gritó Jack desde el otro extremo del árbol.

— ¡Mandé! — grité saliendo de las ramas parecíamos topos.

— ¡Aquí se ve muy bien!

— ¿En serio? — bajé de un salto del árbol donde estaba para ir al de Jack

— Si. Mira — subí al árbol hasta llegar a Jack viendo la vista.

— Es genial. Llevo dos en un día — susurro lo último recordando el amanecer

— ¿Dos?

—Olvídalo, desde a qui se ve muy bien.

— Sí. De hecho, aquí nos podemos acostar mira — Jack se recarga sobre una rama.

— Sí. Podría ser.

— ¿No quieres probar? — se levanta para que yo me acueste.

— No gracias en la mañana me caí por acostarme igual, mejor yo solo me recargo.

— ¿Caíste feo?

— No. Logré poner mis antebrazos para amortiguar la caída

— Eso es bueno.

— Si lo fue, porque si no me mataba la caída alguien más me iba a matar.

— Tan así.

— No. A la mejor solo me prohíbe salir o subirme a los árboles, pero gracias a la luna no se dio...

— shh, shh — me calla Jack poniendo sus manos en mi boca para después ver hacia bajo. Miro igual y veo a Emilio pasar para ir a su casa. Lo vemos entrar y los dos bajamos rápido del árbol para ir al frente de su casa.

Sus padres nos dieron permiso de secuestrarlo así que tenemos que entrar con cuidado.

Abro la puerta muy despacio y veo a Emilio de espaldas le empiezo a contar con mis dedos dándole la señal a Jack que paga rápido la luz y yo al ver eso lo amarro.

Emilio me suelta un par de golpes y patadas, pero al final logro amarrarlo cómo lo habíamos planeado en una silla.

— Listo — digo y Jack prende la luz — los dos miramos a Emilio y nos empezamos a reír — okey, okey perdón — digo quitando el lazo de su boca

— ¡¿están locos?! — grita molesto

—Mejor si pónselo — habla jack

— ¿en serio?

— Sí.

— ¿Qué hacen en mi casa? — nos interrumpe Emilio más tranquilo

— Secuestrarte — me mira confundido — pero no te preocupes tus padres nos dieron permiso.

— Sí. Fue idea de Aadya

— No, está fue tuya. — digo señalando el lazo.

— No, tú dijiste que en la tarde no te dejo hablar.

— Pero tu dijiste que lo amarramos.

— Bueno, pero tú llamaste a esto secuestro, pero realmente no es un secuestro porque estamos es su casa y sus padres saben de esto.

—  Bueno. Te amarramos

— ¿En serio que hacen aquí? — tranquilo

— Nos vinimos a disculpar, no…no queríamos perder a un gran amigo — explicó mientras Jack desata a Emilio. — fue nuestra culpa y no supimos como arreglar esto y al final igual terminamos lastimando tus sentimientos y lo sentimos mucho

— Asi es yo igual te alejé aún cundo me dijiste que no era un cobarde, no sabía en ese momento lo que estaba haciendo y al final igual me desquité contigo cuando no lo merecías. Lo siento mucho Emilio.




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