Aadya
El sonido del impacto invadió mis oídos, su fuerza es increíble tanta que hizo que casi me arrodillara, pero logro detenerlo cubriendo a Jack que está detrás de mí
— Sal de aquí — digo poniendo toda mi fuerza en el bastón deteniendo al vampiro lleno de rabia.
— No volveré hacer lo mismo — dice levantándose y yo sonrió, mis manos empiezan a temblar por la fuerza que ejerce no aguantaré más su presión.
— Entonces...saca-los de aquí
— Pero..
— por allá está Raúl, llévalos ahí — giro un poco mi cabeza para verlo y sonreírle — Es-estaré bien.
Jack asiente y se aleja yendo hacia Haro, lo miro irse, agacho mi mirada al suelo mordiendo mi labio con fuerza para después jalar el bastón con fuerza hacia un lado apoyando todo mi peso en mi pie para poder saltar mientras doy un giro en el aire para finalizar golpeando su cabeza con fuerza con el bastón tomándolo por sorpresa.
Me quedo quieta unos instantes viendo sangre salir de su cabeza, cuando de manera rápida se voltea hacia mí y lanza un puñetazo en dirección a mi estómago. Apenas alcanzo a reaccionar de lo rápido que es colocando el bastón en mi estómago amortiguando el golpe, pero, aun así, logro mandarme hasta el otro lado del campo.
Trato de frenar con ayuda de mis pies y con mi mano libre que la coloco en el suelo jalando tierra y piedras con mis dedos, pero una vez que logro detenerme, el vampiro se lanza sobre mi rápido soltando otro golpe en dirección a mi cara, apenas logro verlo y colocó mis antebrazos en mi sobre mi rostro formando una x para cubrirme,
sintiendo al ínstate uno de mis huesos romperse por el golpe que colocó en mis brazos, chocando después mi espalda contra la madera donde se colocan los bastones provocando que escupa sangre por el choque, soltando igual el bastón.
— Incluso al caer eres lenta — habla llegando a mi soltando un golpe en mi estómago doblándome por completo escupiendo más sangre.
Sus movimientos son rápidos, no puedo seguirle el paso, a la mejor todo sería más fácil, si pueda sacar mi lado vampiro, pero no puedo hacerlo tengo que aguantar cada uno de sus golpes.
Parezco su juguete, me golpea en mi estómago, me lanza lejos pero antes de estamparme, me vuelve a golpear por la espalda tomando mi playera casi por el cuello para alzarme y azotar mi cuerpo contra el suelo, con fuerza y rabia.
No me deja correr, ni defenderme, me deja sin escapatoria ante su velocidad y fuerza.
Mi cuerpo está herido, mis huesos rotos y él aún quiere seguir golpeándome.
— ¡Detente Jerry! — se detiene al oír la voz de Susan es verdad lo que dijo Raúl, solo le hará caso a ella.
Jerry se voltea en dirección de Susan y me deja caer al suelo. Caigo de rodillas hacia su dirección, pero mi espalda se tambalea hacia atrás. Y hago un intento enorme de no irme hacia atrás mientras la veo acercarse.
— no sé si es porque vienes de una familia prometedora que tienes tanta fuerza, los otros con solo dos golpes cayeron, pero tú incluso lograste golpearlo. ¡tú! — toma mi playera con odio — te pareces tanto a ellos que me das asco — escupe con rabia soltado su agarre de mi para después ver a su esclavo. — Jerry vas a vigilarla todo el tiempo y si muestra algo extraño la detienes y me avisas. — ordena y me vuelve a ver — y tú será mejor que te recuperes rápido, porque mañana igual lo enfrentarás. — dice para después alejarse junto con Jerry y una vez que los vi lo suficiente lejos me dejé caer hacia atrás.
Estoy cansada y me duele todo el cuerpo.
— ¡¡Aadya!!. — escucho la voz de Emilio y Jack que en segundos aparecen sus rostros dente a mi — ¿te encuentras bien? — preguntan al unísono
— S-sí.
— Nentirosa estás sangrando mucho de la cabeza.
— No te preocupes Emilio pronto empezare a curarme.
— Aun así mira..
— ¡Augh! — me quejo al sentir su tacto en mi antebrazo
— ¡¡Lo siento te lastime!! — preocupado
— No, no solo...
— A ver Emilio, Jack déjenme pasar — habla Raúl abriéndose paso — Lo siento — se disculpa viéndome.
— ¿Por qué? La culpa es mía, por estar en un lugar que no pertenezco.
— No, la culpa es de nosotros por dejarla hacer esto, pero… — dice ayudándome a sentar de nuevo viendo como todos los adultos ayudan a los demás jóvenes preocupados. — No podemos hacer nada, es nuestra Luna — habla con dolor. Sé que Raúl no la acepta, pero no puede hacer nada cuando todos aquí saben que es su Luna.
— Tendrán una mejor Luna — digo.
Aunque todos ellos ahora se quieran oponer no pueden hacerlo, por lo sagrado que significa para ellos su Luna, pero cuando llegue Sebastián con su verdadera Luna todo cambiará.
— ¿Qué cosas dices?
— La verdad Raúl, la verdad — digo y Raúl sonríe
— Mejor te llevo a curar, ya no sabes lo que dices.
— Puede ser, me rompió mis costillas, y mis antebrazos, hace mucho no me rompía los huesos. — suelto y Raúl me mira confundido.
— Mejor vámonos, me preocupa esa herida en la cabeza — pasa sus manos por atrás de mi espalda y piernas cargándome.
Llegamos a casa de Raúl y me acostó en el sillón, la mamá de Emilio me vio y en seguida me empezó a curar la herida mientras que conseguía a alguien que supiera acomodar huesos, me dieron una pastilla y llegó otro miembro de la manada, un hombre alto con barba de ojos cafés al igual que su cabello y sin entender me dio las gracias a mí y a Jack, enterándome después que era el padre de Haro.