Aadya
Le conté a Raúl todo sobre mi, desde cómo era mi vida en la manada con mis padres y por qué Joel decidió traerme aquí. Se quedó pensando por unos instantes, pero al final solo se levantó acaricio mi cabellera sonriendo diciendo que descansará para después irse a su habitación con su esposa.
Me quedé viendo el techo blanco y entre tantos pensamientos que venían a mí, ni siquiera sé en qué momento caí rendida.
…
Al día siguiente la mamá de Emilio me despertó, fue sin querer, pero sentir su mano en mi frente me hizo despertar
— Lo siento, te desperté
— No se preocupe a esta hora me despierto con frecuencia — trató de levantarme, pero su mamá me empuja acostándome de nuevo mientras que ella se sienta sobre la mesita de centro frente a mí.
— Tienes fiebre
— ¿Fiebre? — pregunto la verdad es que incluso yo lo siento, pero no quiero ser más una carga para ellos.
— Sí. estás ardiendo — dices volviendo a tocar mi frente
— Pe-ro, yo me siento bien. — Miento, para que no se preocupe
— Aun así, tenemos que bajarla, no puedes estar así.
— Pero no me siento mal.
— aun así — se levanta — quédate ahí voy por un trapo húmedo. Me quedo a costada hasta que vuelve a llegar y me coloca el trapo húmedo, al instante siento como me refresca y todo mi cuerpo se relaja cerrando los ojos de nuevo perdiendo poco a poco la conciencia.
Emilio
Son las dos de la tarde, el día de ayer fue un suceso inesperado, alarmó tanto a mi padre y a los demás que no sabemos que es lo que pasará el día de hoy; sin embargo, pase lo que pase mi padre me prohibió salir de aquí, hasta que todo esto se tranquilizara, pero para ser sincero no creo que esto se tranquilice.
Salí de mi cuarto y bajé las escaleras encontrando a mi madre con Aadya que se encontraba durmiendo. Y al verla sentí pena y dolor, Si yo estuviera en su situación la verdad no sabría qué hacer. Aadya a pesar de ser lo que Susan busca, es mi amiga y me duele verla de esa forma tan débil, pero a la vez tan fuerte para aguantar todo lo que ha pasado.
Mi madre vio mi expresión, se levantó y fue hacia a mi poniendo su mano en mi hombro
— Estará bien, solo hay que esperar a que llegue Joel o el alfa para que todo vuelva a la normalidad.
— No puede encontrarla.
— Y no lo hará — voltea a ver Aadya — mientras ella no se revele todo estará bien.
— la...la luna dijo que hoy igual tenía que enfrentarlo también ¿tu...crees que podrá moverse? Sino puede sacar su lado vampiro. — mi madre se queda en silencio mirándola. Ella igual sabe que es imposible, solo será un saco de boxeo como lo era antes.
— Tendrá que intentar sobrevivir así, su cuerpo es fuerte, eso podría ayudarla, aunque sea un poco, pero...lo más apropiado seria que sacará solo su lado lobuno, así podría defenderse sin delatarse.
— Necesitará ayuda entonces
— La ayudaremos curando sus heridas, no podemos hacer más
— Pero...
Me interrumpe — Emilio, no podemos hacer más y no quiero que te metas
— Pero....
— Hazle caso a tu mamá Emilio — escucho la voz de Aadya y volteo a verla, se está levantando quitándose el trapo de su frente que lo deja en la mesa de centro — tampoco quiero que tú y Jack se involucren
— Pero tu...
— Parece que no me conoces — dice caminando hacia mí con una sonrisa, pero que sonrisa tan falsa le demuestras a tu amigo que sabe cómo sonríes — yo aguantaré lo que sea necesario, lo he hecho antes y lo haré ahora. — dice tratando de mantenerse firme pero sus ojos no mienten — ¿cuánto tiempo he dormido? — pregunta viendo a mi madre tratando de cambiar su animo
— Un par de horas.
— Ya es tarde entonces, no falta mucho para que decidan venir por mí.
— Mi esposo dice que será en la hora del entrenamiento.
— Ya veo.
— Entonces me iré preparando.
— Primero come algo te dará fuerzas.
— Gracias. — Aadya agradece y mi madre se va a servir comida para que coma. — Ya quita esa cara, estaré bien, mira ya me recupere — hace una sentadilla probando que puede moverse.
— ¿Acaso quieres que te vea tres días herida y que mi padre me saque en las noches mientras te curan? — suelto frustrado
— Podría decirle que te quedaras, pero no será algo lindo que ver, y tú eres demasiado lindo como para ver algo así.
— No estoy jugando.
— Yo tampoco estoy jugando, me gusta tu forma de ser, así que no te preocupes tanto, todo estará bien.
— ¡No! Nada está bien, somos una manada ¿Por qué nadie le habla al alfa? Que esto está sucediendo. —
— Sabes que no pueden desobedecer a Susan y se los prohibió.
— ¿Y qué después todo quedará en el olvido?
— No, yo no soy parte de esto, a mi no puede manipularme y cuando ellos regresen les diré, pero hast…
—¡Eres parte de nosotros, no podemos dejarte a tu suerte mientras ese día llega! — gritó molesto, no podemos dejarla sola.
— Es lo mejor para todos.
— ¿Y lo mejor para ti? — le pregunto y ella se queda en silencio unos instantes.
— Irme cuando todo esto vuelva a la normalidad y encontrar una manera de que no me vinculen con nadie, me odiaría si algo te pasara por mi culpa.
— La comida ya está servida — interrumpe mi madre antes de que yo pudiera hablar.
— Gracias — agradece y da media vuelta mientras dice — vamos