El Deseo de la Luna

Capítulo 84

Aadya

Mi deseo no es muy complicado, pero no sé qué tan difícil sea cumplirlo y es que desde un principio siempre he querido vivir tranquila en un lugar donde nadie me conozca, sin voltear ni estar a la defensiva siempre, vivir libre como todos los demás ese en mi deseo.

Sé que muchos tienen miedo de mí y lo que pueda hacer; sin embargo, lo que ellos no saben es que yo igual tengo miedo de ellos.

Vivir y tener un poder tan grande no es un privilegio, es una tortura, porque nunca seré completamente libre, siempre habrá alguien que me buscará para lastimarme o lastimar a los que más quiero, así son los seres más despiadados que buscan intimidar para hacerse respetar.

Yo no quiero ser como ellos, ¿por qué tendría que convertirme en ellos?

¿Por qué tendría que lastimar a otros? Cuando yo misma sé lo que se siente ser torturado, además solo demostraría que si soy un ser peligroso, cuando no es así.

Llámenme cobarde, pero en verdad lo único que busco es liberarme, sin dejar que los demás paguen por mí.

.....

No sé cuántas veces he perdido la noción del tiempo, no sé cuánto tiempo llevo aquí colgada, tampoco sé cuántos me faltan, el dolor al principio era insoportable tanto que deje salir mis lágrimas un par de veces, pero ahora, no siento mi espalda no siento los azotes, ya ni siquiera duele; sin embargo, cada vez me siento con menos energía. Mi sangre desde que empezaron a azotarme se derrama por mi espalda sin cesar. ¿será por eso?

La verdad no lo sé. Solo me siento cansada, agitada sin fuerza ni energía.

......

— ¡Despierta! — gritan mientras siento como golpean mi rostro para hacerme reaccionar.

Abro mis ojos con dificultad viendo frente a mí a Susan.

— Vaya hasta que despiertas, pensé que tendría que sacar un cadáver. Eres increíble lo sabes. — habla caminado en círculos frente a mí. — ¿sabes cuantos días llevas aquí?

—....No — respondí mientras agachó mi cabeza, no puedo tenerla mucho tiempo levantada estoy cansada incluso mis ojos se cierran por si solos.

— Casi dos días y aún te faltan para terminar tu castigo, pero el tiempo igual se me está acabando a mí, en unas horas se cumplirán los cuatro días y Sebastián regresará y como puedes comprender la situación, estas horas son valiosas, por eso mismo yo vine a comprobar mi duda, ya que vienes de una familia bien protegida tampoco puedo arriesgarme a matarte para que no salgas siendo tú el híbrido.

— ¿Arriesgarte? — hablo sin levantar mi vista — ¿no crees que con esto ya te arriesgarte demasiado?

— No. — suelta obvia — Si yo le digo a todos que se callen, lo harán por el respeto que están obligados a darme igual que tú.

Escucho lo último y sonrío de lado — ¿Yo? ¿yo cuando dije que te respetaba? — levantó mi mirada que está nublada por la sangre que ha entrado en mis ojos; sin embargo, aún puedo ver si expresión de enojo.

— ¿Estás diciendo que no seguirás mis órdenes? — habla enojada.

— ¿Tú qué crees?

— Parece que tú lección debió ser sobre disciplina — gruñe

— Joel me libero de mi disciplina, ¿en serio piensas que cuando regrese de ayudar aceptará que tú me hayas disciplinado?

— jaja ¿Ayudar? ¿En serio todavía piensas que Joel sigue ayudando? — habla Susan riendo, logrando confundirme — Joel hace tiempo que termino de ayudar ¿acaso no lo sabías? A-a-d-y-a — deletrea mi nombre acercándose — cierto, ya recordé, incluso Sebastián me calló para que no dijera nada ese día ¿me preguntó por qué? — me mira a los ojos — ¿tienes algo en contra de los mates? —. Fruncio el ceño al escuchar su pregunta que me desconcierta tanto, porque no sé a qué viene esa pregunta.

Susan ríe al ver mi expresión — ¡entonces sí! Por eso Sebastián no quiere que sepas — habla feliz, pero yo me confundo más, ¿qué tiene que ver Sebastián en esto? — pero ¿cómo se atreven a mentirte? Pobre de ti, pero no te preocupes ahora mismo yo te diré la verdad.

— ¿Qué verdad? ¿de qué estás hablando?

— tranquila, tranquila, es muy fácil, Joel no está a tu lado porque se fue a buscar a su mate que se encuentra por las tierras de las protectoras. — dijo entre risa. Pero yo al escuchar eso, me desconcerté y recordé la vez que lo vi en la madrugada.

¿entonces desde ese día él....

— Es un pésimo hermano ¿verdad?  Se fue y es día que no regresa, estando aquí pudo ayudarte a evitar este sufrimiento, pero se fue, es más quién sabe si regrese...

— cállate — gruño sentida. Me duele que no me lo haya dicho, pero sé que tampoco lo puedo culpar de querer encontrar a su alma gemela, pero una vez que la encuentran solo existe esa persona. Y si desde ese día salió y no ha vuelto quiere decir que él...está haciendo lo mismo que Alan...igual ¿se está alejando de mí?

¡Joder!

¿Porque me está doliendo tanto? Pensar eso. Agacho mi cabeza controlando mis sentimientos no quiero que sepa que me ha dolido lo que me dijo.

— Pobre Aadya. Dámelo. — Ordena colocándose atrás de mi — Joel bien te pudo salvar de esta situación, pero ¿dónde está? ¡¡jugando!! — lanza el primer golpe sobre mi espalda con el látigo — ¡hacer! ¡feliz! — grita siguiendo con el castigo cada vez más fuerte, doloroso, pero creo que lo más doloroso que ahora mismo estoy sintiendo es pensar que me dejara como Alan.

“ahora mi prioridad son ellas” recuerdo las palabras de Alan logrando que mi corazón doliera aún más.

No puedo ser egoísta. No cuando él la ha buscado por tanto tiempo, sé que quiere vivir con ella y formar su propia familia...sé que quiere ser feliz y yo…no soy porte de esa felicidad.




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