El Deseo de la Luna

Capítulo 85

Aadya

— ... ¡Hey! ¡reacciona! — siento un golpe en mi mejilla, pero no tengo fuerza para abrir mis ojos.

.....

Abro mis ojos, miro a mi alrededor todo es color blanco, y yo me encuentro con mis manos en mi cabeza acostada de lado, hecha bolita. No sé dónde estoy, pero aquí todo es tranquilo, sin ruido, sin dolor.

— Estas muriendo —escucho una voz, pero no le hago caso, no puedo moverme — ¿cuánto tiempo más tardaras para empezar a curarte? — veo a la misma loba blanca que se acerca a mí. Quisiera pararme, pero no puedo. — has derramado demasiada sangre tienes que empezar a curarte, ahora.

— No puedo, aún...me están vigilando — digo viéndola sus ojos morados.

—¿Entonces piensas morir?

— No. Pero ahora no puedo curarme.

— Parece que no entiendes. Estas muriendo, ¿acaso piensas curarte cuando ya hayas muerto? Así no funcionan las cosas.

— Si descubren mi lado vampiro, me mataran más rápido de lo que me podré curar, y si salgo con vida es posible que castigue a Emilio y Jack por ocultárselo, realmente en esta posición no puedo hacer nada. — digo cerrando mis ojos.

— Moriremos si tomas esa decisión.

— No tengo otra opción.

— ¿Tan importantes son, que no que nos estás arriesgando?

— Ellos son los únicos amigos que he tenido en mi vida.

— Podrías encontrar más.

— No como ellos.

— ¿Y si te traicionan? ¿qué harás? — pregunta y abro mis ojos viendo a la loba frente a mí.

— Nada. — susurro — la traición es parte de mi vida tendré que acostumbrarme a qué me traicionen y si eso sucede me quedaré con los buenos recuerdos que tuve con ellos.

— a veces en verdad quisiera saber que sientes.... Qué bueno que pronto lo sentiré. — dice y yo la miro confundida — ¿pensabas que iba a dejar que murieras? No es así, al final somos uno y si no puedes curarte por tu lado vampiro tendré que ayudarte, no puedo permitir que mueras, pero antes de unirme a ti quiero pedirte mi único deseo — se acuesta frente a mi

— Dime.

— Deseo que nos reconozca, aunque sea una vez. ¿puedes prometerlo?

— ¿Nuestro mate?

— Sí. Quiero que por lo menos sepa que existimos y si nos rechaza ya tú podrás tomar cualquier decisión ¿puedes cumplir mi deseo?

— Sí...— digo aceptando su deseo, es lo único que puedo hacer por ella y más cuando está dispuesta a unirse a mi sin pelear.  —dejare que nos reconozca.

— Gracias...por cierto igual dolerá la primera vez — susurra pegando su frente con la mía y veo como poco a poco la loba va desapareciendo, cierro mis ojos al igual que ella dejando que nos unamos sin decir más y sin entender lo último que dijo.

....

Abro mis ojos de golpe viendo a Susan y a los dos vampiros; sin embargo, siento un dolor insoportable en mi cuerpo que está cambiando.

— ¡ah! — grito al sentir mi cuerpo deformarse llamando la atención de los tres que están en shock — ¡aah! — grito jalando la cadena con fuerza por el dolor en mi brazo al deformarse mi brazo.

¿A esto se refería con que dolerá la primera vez?

— ¡salgan de aquí! — ordena Susan a sus vampiros que corren al igual que ella. Mientras que yo me quitó las cadenas con fuerza transformándome ahí, sintiendo como todo mi cuerpo cambia.

Me siento rara, veo borroso y de color morado, además nunca pensé que así se sintiera caminar en 4 patas, camino por el subterráneo
y veo que hay un charco de agua me acerco a él y veo que tengo el mismo aspecto que la loba blanca con ojos morados con negros. Levantó mi vista una vez que vi cómo me veo y camino hacia la salida viendo en una piedra una muda de ropa limpia, voy hacia ella y sin saber cómo lo hago vuelvo a la normalidad.

Trato de mirar mi espalda una vez que volví a la normalidad, pero parece que las heridas son más profundas de lo que imaginaba y no todas se han cerrado por completo ya que me quejo al tratar de girar un poco mi torso para ver mi espalda.

Me rindo al primer intento, tomo la ropa y con cuidado me la pongo.

De seguro Susan la trajo con la intención para que no la descubran por lo que hizo. A la mejor estaba planeando algo para que mis heridas parecieran un accidente. Pero gracias a qué me transforme su plan se arruinó.

Salgo del subterráneo con cuidado y camino con dificultad hacia la casa de Raúl, él es el único que puede ayudarme a curar mis heridas.

— Aadya — escucho la voz de Joel y mi cuerpo se paraliza por unos instantes. Pero vuelvo a caminar ignorándolo.

No puedo cambiar de opinión, él debe ser feliz, no me importa que me haya ocultado que fue a buscar a su mate, pero no puedo dejar que me lastime con Alan.

— ¿Qué pasó? — dice volteándome con fuerza y juro que hice un intento sobre humano para no quejarme frente a él.

— Tengo que ir con Raúl ¿puedes soltarme? — digo mirando al suelo, aguantando el dolor.

— ¿por qué hueles a sangre? — pregunta y suelto una sonrisa de lado ocultando mi dolor.

— Espero que hayas encontrado a tu mate. — suelto y Joel se queda en shock al oír mis palabras aprovecho que se queda en silencio y me doy media vuelta — adiós Joel. — digo y empiezo a caminar alejándome, pero escucho de nuevo su voz.

— ¡Es la última vez que te lo pregunto!  ¡¡¿por qué hueles a sangre!!? — gruñe molestó y volteo a verlo, no me dejara en paz hasta que le diga algo.

— Fui a matar, algún problema — suelto y Joel frunce el ceño

— ¿En serio? — asiento y Joel se acerca a mi molestó — sabes que hay una gran diferencia entre un olor asesino y el tuyo. — lo miro confunda mientras él pone su mano en mi hombro. — ¿dónde está la pulsera que te di? — pregunta viéndome fijamente y sin dudar me agachó arrepintiéndome de mi acción a la mitad, pero levantó el pans donde se supone que está, pero no hay nada.




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