Era lo último que esperaba Cara.
-Sabes lo que es un vientre de alquiler, ¿verdad?- preguntó Logan cuando ella lo miró con la boca abierta.
-Claro que sí- respondió, intentando recuperarse del shock. Volvía a estar nerviosa y comenzó a agitarse en su asiento. No podía creer que hubiese viajado tan lejos para aquella broma.
-Si se trata de eso, creo que ambos hemos malgastando el tiempo- dijo Cara con tanta tranquilidad como pudo, deseando salir corriendo de aquella estancia y de la casa. ¡Tenía que estar loco!
Poseía un aire tosco, como una especie de Jason Statham pero más joven y sexy, aunque si debía ser sincera, no parecía que estuviera loco.
-¿Por qué no me dejas explicártelo todo y luego decides?- preguntó Logan, sentándose en un elegante sillón a la izquierda de Cara.
Ella se estremeció, apretó los puños y relajó las rodillas, obligándose a actuar de forma razonable.
Forzando una risa, dijo:
-Estoy tratando de decidir si realmente tengo curiosidad para oírlo.
-Entonces, permíteme que despierte tu interés: un año, dos millones de dólares, tres reglas.
Cara se quedó prendada de su acento y de la forma en que sus palabras consiguieron despertar su curiosidad.
-Te escucho- añadió, con un nudo en la garganta.
-Durante un año, vivirás en mi casa, con todos los gastos pagados más una prestación hasta que
nazca el bebé. Al final de ese año, recibirás dos millones de dólares. A cambio de todo eso, deberás
acatar tres estipulaciones: abstenerte de alcohol y drogas, someterte a una adecuada atención médica y
personal durante todo el embarazo, y mantener el acuerdo en absoluta confidencialidad, sin excepciones.
Cara lo miraba fijamente y sin pestañear, pero él no parecía sentirse molesto por aquel escrutinio,
ni por su siguiente pregunta.
-¿Hay alguna razón especial por la que deseas hacer esto? y ¿por qué me has elegido a mí?
-¿Por qué lo hago?- Una pequeña sonrisa apareció en sus labios - por primera vez. -Porque me gusta tener el control.
Cara se lo había imaginado. Aquel hombre transmitía un aire de seguridad y daba la sensación de estar acostumbrado a salirse con la suya. Pero se abstuvo de hacer ningún comentario.
-Estoy en una etapa de mi vida en la que quiero planear mi futuro, y eso incluye un heredero. Nunca he mantenido una relación romántica a largo plazo y, en cuanto al matrimonio, digamos que no soy fan de
esa institución. Me resulta difícil relacionarme con mujeres en general, y he decidido que un vientre de alquiler se ajusta perfectamente a mis necesidades.
Se levantó de forma súbita y sus ropajes parecieron moverse con él, como si estuviesen fusionados a su fortaleza. Se paseó por el elegante suelo de madera sin apartar ni un momento los ojos de Cara.
-Y en cuanto a tu segunda pregunta, ¿por qué te escogí a ti, Cara Stiles? ¿Por qué crees que lo hice?
Ella se encogió de hombros. -No tengo ni idea.
-Tengo un buen presentimiento, y siempre me dejo guiar por mis instintos.
Cara le creyó, podía percibir algo primitivo en él a un nivel subliminal. Ella provenía de una familia de clase media, pero nunca se habían llevado bien; era demasiado inconformista. Su temperamento artístico contrastaba con su desbordante energía, por lo que tenía que estar constantemente haciendo algo. Si se veía obligada a sentarse durante un momento, se inquietaba y movía nerviosamente.
Había intentado sobrevivir con su arte sin demasiada suerte, y acababa de salir de una relación abusiva. Su ex la estaba acosando, por lo que había huido en busca de un sitio en el que esconderse una temporada, hasta que él pasara página.
Cara no podía decirle a su familia dónde se encontraba en ningún momento, porque su ex sabía exactamente cómo sacarles información. Pero, ¿era aquello suficiente para aceptar lo que le proponía aquel apuesto desconocido?
-Parece que sabes mucho de mí y yo no te conozco de nada. ¿Quién eres?- preguntó, frunciendo el ceño.
-Sé lo bastante de ti como para saber que eres la candidata adecuada- dijo Logan. -Pero si hay algo que se me haya escapado, cualquier cosa, me lo contarás, ¿verdad? porque no me gustan los secretos, Cara.
Al escuchar su nombre de su boca, sintió una extraña y placentera sensación de hormigueo en la columna vertebral. Cara ocultó un escalofrío e inhaló profundamente. Aquel ricachón no tenía ni idea de que estaba huyendo de su abusivo novio, y que por eso no tenía ni casa ni dinero. Pero, por alguna razón,
no estaba dispuesta a revelarlo. Además, ni siquiera estaba segura de acceder a nada.
-No he hecho nada de lo que me avergüence- dijo honestamente. -No te preocupes.
-Tú tampoco tienes que preocuparte por mí- fue su inesperada respuesta. -Puedes averiguar casi todo sobre mí en internet.
-¿Eres famoso?
-Soy rico- respondió Logan en tono seco. -Muy rico. Uno de los cinco CEOs irlandeses más ricos del país. Mi empresa de software, que fundé cuando tenía veinticinco años, vale miles de millones. Un observador diría que soy excéntrico por elegir esta opción para conseguir un heredero, pero cuando me conozcas mejor, entenderás que es la alternativa más razonable. Mi bebé, mis términos. Tú sólo tendrás que someterte a los procedimientos necesarios y asegurarte de estar sana durante nueve meses una vez que concibas. Después, serás libre para seguir con tu vida, y yo tendré a mi heredero.
-Claro y simple- murmuró Cara. Su mente rebotaba como una pelota de ping-pong. -Tengo que pensarlo. Pasar de nueve meses a un año atada con un embarazo, no es ninguna broma. Tanto mi cuerpo como mi mente sufrirán un montón de cambios. Como seguramente sabrás, nunca he estado embarazada.
No sé lo que es ser madre.
-No tendrás que preocuparte por la responsabilidad. Una vez que nazca el bebé, no será problema tuyo. Yo me encargaré de todo.
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Editado: 30.09.2021