El designio de Amalia

28.5 La danza.

Hermosa muñeca de porcelana, codiciada por muchos por su belleza, pero... amada apasionadamente por un solo hombre, amada con locura y desesperación. Perfecta mujer de labios carmesí y tez blanca, tan blanca como la nieve; hermosa melena dorada que danza con el viento al compás de la canción, brilla como el intenso sol de mediodía. Tan bella dama, tan encantadora mujer, es la tentación misma, el pecado en vida, quien hoce tocarle una hebra dorada de su cabello caerá ante la tentación, se convertirá en un vil pecador que no obtendrá el perdón.

Ella es el fruto prohibido.

Su sensual mirada sostuvo la mía en todo momento éramos conscientes de las personas observándonos a nuestro alrededor, conscientes de que esta danza no era delicada, sino peligrosa. Pero, ¿Quién dijo que el bailar era solo un acto de belleza y delicadeza? Nuestra danza era especial, era solo nuestra: sensuallujuriosadeseosa y violenta.

Movimientos exagerados, giros bruscos e incluso aquel indescriptible anhelo que nos hacía arder la piel, cada caricia, cada roce y cada suspiro nos enloquecía aún más; la ambición, la lujuria y pasión nos consume, nos encerró en aquella brusca danza: la danza de un vampiro sediento.

Aquella mujer me arrastra lentamente al infierno con sus seducciones, me consume, la lujuria produce una increíble necesidad de tenerla, probar cada parte de su ser y probar un poco de este fruto prohibido. Deseo pecar, deseo poseerla, hundirme en ella, disgustar cada centímetro de su piel, poder besar esos tentadores labios carmesí hasta hincharlos, dejar marcas por su bello cuello y ver su deliciosa sangre caer por este. Mis manos desean tocar aquellos diminutos pero tentadores pechos, quiero ver ese lindo rostro suplicar, oír su exquisita voz gritar y apreciar el deseo incontrolable de sus profundos ojos grisáceos exigiendo más, suplicando que nos volvamos uno. El hombre que pueda hacer suya a esta mujer, no quedará satisfecho, necesitará más y más.

Sin embargo, como todo lo prohibido, este vil acto tendrá sus consecuencias: esta mujer te devorará cuando menos te lo imagines, se alimentará de ti y drenará de tu sangre hasta dejarte seco, sin una gota.

Es una mujer malvada, una mujer lujuriosa y peligrosa.

Es Amalia, la antigua Amalia que he conocido, la reina de las tinieblas, es Lilith.

Ella ha regresado

 



#2648 en Paranormal
#20081 en Fantasía
#8218 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: vampiros, romance, drama

Editado: 04.04.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.