La casa se iba llenando cada vez de más personas, si seguían así no sería tan difícil derrotar a los Tampsis después de todo.
Adele estaba en un rincón del patio trasero mientras que observaba como su casa se llenaba cada vez de más personas, mañana sería el día en que por fin volvería a ver los ojos de Patricia llenos de vida, el día en que la vería corretear y chillar por toda la casa, vaya que extrañaba eso. Habían pasado solo días, pero se sentían como una eternidad.
Matthew quién se encontraba hablando con Mario a una esquina del patio de la casa, al ver a Adele desanimada se dirigió a ella para animarla un poco.
—¿Que tal?
—Es mucha gente.—Dijo ella evadiendo un tanto su pregunta.
—Asi es. Blake y yo nos hemos dado la tarea de viajar por el mundo y hacer amigos.
—Eso veo. ¿Y él?—Pregunta esta señalando con la cabeza a Mario.
Matthew río con el simple hecho de pensar lo que definía a su tan querido amigo.
—¿Él? Digamos que es una muy mala influencia, no te juntes con él.
—Si lo es ¿por qué tú lo haces?
—Es como mi padre en esto del vampirismo, es unos 100 años más viejo que yo. Cuando me convertí en Nosferatu el fue de gran ayuda apesar de haberme metido en cosas no aptas de un Nosferatu justo, pero es algo con lo que puedo vivir. A pesar de ser así tiene sus virtudes.
—Comprendo.
De momento un silencio se escuchó por todo el lugar, Adele y Matthew giraron sus miradas hacia la entrada del patio y vieron que relevancia entraba por la misma, de momento el silencio se convirtió en murmullo. Matthew se dispuso a escuchar lo que algunas personas decían y el dicho más poblado entre todos era, que había sobrevivido a la caza de brujas. Casi todos aquí la conocían al igual que Matthew.
Relevancia se dirigió hacia Adele sin siquiera importarle lo que los otros estuviesen hablando de ella en ese instante.
—Veo que has cumplido.
—No tenía de otra.—Le dijo Adele con cara de pocos amigos.
—Hablamos en un rato Adele, Mario me llama.—Dijo Matthew para luego encaminarse a donde estaba su amigo.
—Puedes empezar a decirle a toda esta gente lo que tienes planeado cuando desees.
Dicho esto se alejó de ella con el fin de entrar a la casa, no quería escuchar de nuevo todo el plan, bastante veces lo había oído.
—Todos estamos aquí con un propósito en común.—Dijo Relevancia captando la atención de todos los presentes.—Ayudarme a matar a los Tampsis, sé que todos me conocen aunque no estén aquí principalmente por mi, pero quiero decirles que todo saldrá bien, siempre y cuando hagamos las cosas como las tengo planeadas. Lo haremos de la siguiente manera...
Matthew al ver que Adele entró a la casa, rápidamente fue tras de ella.
Una vez dentro empezó a buscarla y la encontró finalmente en su habitación.
—¿Te sientes bien?—Preguntó este irrumpiendo en la habitación y sentándose en la cabecera de la cama pues Adele se encontraba acostada.
—Si, solo estoy pensando en todo lo que acontecerá mañana. ¿No crees que sería mejor que estés allá abajo escuchando como actuaremos para derrotar a los Tampsis?
—Definitivamente no, nada es mejor que disfrutar de tu compañía.
Adele soltó una risita tímida al instante que pensaba en lo que pasó hace poco. Matthew más de una vez le había confesado que la quería, ambos estaban en el mismo zapato, pues sentían algo muy fuerte por el otro, pero no sabían el porqué de ello.
—Mi compañía no te salvará el pellejo en caso de que los Tampsis te capturen.
—Quizá no, pero si me ayudará a soportarlo.
Adele se quedó mirándolo tratando de analizar lo que sentía por él, sentía algo, Sí, pero no lo suficientemente fuerte como para llamarle amor, solo sabía que le quería aunque no hubiera razón alguna de ello.
—¿Recuerdas lo que me dijiste hace días en la cocina?
—Como olvidar, ¿qué pasa?
—Bueno, pues sucede que, ya creo que tengo la respuesta o más bien algo que decir sobre lo que me dijiste.
—¿Ah sí?—dijo este levantando una ceja.
—Yo también te quiero y pues...
Matthew no la dejó terminar y le robo un casto beso al instante que decía.
—No digas más nada, no hace falta. Eso era todo lo que necesitaba escuchar.—Dicho esto la empezó a besar lentamente igual que la última vez, mientras que la besaba esta se iba incorporando de manera que hora se encontraban los dos sentados en la cama, Matthew empezó a acariciar la cintura de Adele al instante que se deleitaba con el simple hecho de saber que la tocaba. En menos de dos segundos Matthew hizo cambio de posición poniendo a Adele a horcajadas sobre él, el beso empezó a subir cada vez más de tono y Adele se tomó la libertad de morder un poco ese labio del que desgustaba en estos momentos.
Hace tiempo que Matthew tenía este deseo y es que cada vez que la besaba lo único que quería era llevar ese beso a otro nivel, y este era el momento perfecto, tomó el borde de la camiseta de Adele y detuvo el beso un momento para pedirle permiso con la mirada, esta se lo otorgó sin siquiera pensarlo, Matthew tiró de la prenda y Adele luego le ayudo a deshacerse de su camiseta, volvieron a besarse justo como lo hacían antes y al instante la puerta se abrió mientras que escuchaban la voz de Blake decir.