El Despertar De Kairen

Parte 1 (Incompleta)

Episodio 1: El Susurro de la Tormenta

La lluvia caía sobre los tejados de Edohara, la aldea escondida entre montañas. El sonido era tan constante que parecía un tambor marcando el pulso de la noche. Entre las sombras, un niño corría descalzo, jadeando. Su nombre era Kairen, y aunque apenas tenía quince años, sus pasos parecían los de alguien que huía de toda una vida.

Detrás de él, tres figuras lo seguían. Ninjas de túnicas negras, sus ojos brillaban con un brillo extraño, como brasas bajo las capuchas. Uno lanzó un kunai que pasó silbando junto a la oreja de Kairen, clavándose en un poste con un tac seco.

Kairen dobló por un callejón estrecho. El pecho le ardía, la respiración se le cortaba. No sabía por qué lo perseguían. Solo recordaba la grieta de luz en el cielo unas horas antes, un relámpago que no trajo trueno, sino un susurro dentro de su mente:

"Despierta."

De pronto, uno de los perseguidores apareció frente a él, como si la oscuridad lo hubiera escupido. El ninja levantó una katana corta.
—Entrega el sello —gruñó con voz metálica.

Kairen retrocedió, confundido.
—¿Qué sello? Yo… no tengo nada.

El ninja avanzó un paso más. Fue entonces cuando el aire a su alrededor cambió. El viento sopló con violencia, levantando polvo y fragmentos de teja. Y desde el techo de la casa vecina, cayó una figura envuelta en telas rojas y negras: Ayame.

Con un giro rápido, desarmó al agresor de un golpe y lo empujó hacia atrás.
—Corre, Kairen —le dijo sin apartar la mirada del enemigo—. Si ellos te quieren, es por algo que aún no comprendes.

Kairen se quedó paralizado. El viento rugía como si respondiera a su miedo. Las nubes se abrieron apenas un instante, y los dos alcanzaron a ver lo imposible: en el cielo, esa misma grieta luminosa volvía a formarse, lenta, como una herida que nunca terminaba de cerrar.

Los ninjas de ojos brillantes se reagruparon. Ayame tensó sus dagas. Kairen tragó saliva, sintiendo que el aire alrededor de él se arremolinaba, obedeciendo a un poder que jamás había invocado.

Esa noche, bajo la tormenta, la aldea de Edohara dejó de ser un refugio, y el destino de Kairen comenzó a escribirse con sangre y secretos.

Episodio 2: Sombras en los Tejados

El acero chocó contra el acero. La daga de Ayame desvió el primer ataque con un destello breve, y el callejón se iluminó con chispas que desaparecieron en la lluvia. Los ninjas de ojos rojos avanzaron al unísono, sin hablar, como si una misma voluntad los controlara.

Kairen retrocedió hasta pegarse contra una pared de madera húmeda. El viento a su alrededor silbaba como un animal inquieto, empujando hojas y fragmentos de papel por el suelo. Sentía dentro del pecho una presión creciente, como si algo dormido quisiera despertar a la fuerza.

—¡Concéntrate en respirar! —gritó Ayame, esquivando un tajo que cortó el aire a centímetros de su cuello.

Uno de los atacantes saltó sobre el techo, moviéndose como una sombra líquida. Desde arriba, arrojó tres shuriken que brillaron bajo la luna. Instintivamente, Kairen levantó un brazo para cubrirse… y el viento rugió. Las estrellas metálicas se desviaron en mitad del aire, clavándose en la pared opuesta.

Los tres enemigos se detuvieron por un instante. Sus ojos rojos centellearon con un brillo más fuerte, como si hubieran reconocido aquello.
—El sello… está despierto —susurró uno, con voz hueca.

Kairen bajó el brazo lentamente, temblando.
—¿Qué… qué hice?

Ayame no le respondió. Se lanzó contra el ninja más cercano, cortando su máscara con un movimiento limpio. Un rostro pálido, casi inhumano, quedó al descubierto antes de que el cuerpo se disolviera en humo oscuro.

Los dos restantes retrocedieron hacia los tejados, deslizándose entre la lluvia. No huyeron, pero tampoco atacaron de nuevo. Parecía que esperaban algo, como cazadores probando a su presa.

Ayame se giró hacia Kairen, con los ojos encendidos por la urgencia.
—No hay tiempo. Si el sello se manifestó, vendrán más… y no solo ellos.

—¿Qué sello? ¿De qué hablas? —la voz de Kairen se quebró.

Ella lo tomó del brazo y lo arrastró por el callejón.
—Después te lo explico. Por ahora, si quieres vivir, corre conmigo.

Sobre los tejados, siluetas nuevas empezaban a aparecer. Sombras alargadas, más de las que podían contar. El cielo seguía abierto por la grieta luminosa, y su resplandor parecía crecer con cada segundo.

La cacería apenas había comenzado.

Episodio 3: El Guardián de las Cenizas

El bosque a las afueras de Edohara estaba envuelto en neblina. La lluvia había cesado, pero el aire aún olía a tierra mojada y pólvora. Entre los árboles, Ayame avanzaba con pasos rápidos, tirando de Kairen como si arrastrara a un cachorro testarudo.

—¿A dónde me llevas? —preguntó él, tropezando con una raíz.
—A alguien que puede mantenerte con vida —respondió sin mirar atrás.

El camino terminó en un claro abierto por un incendio antiguo. Los troncos carbonizados aún se alzaban como monumentos negros contra el cielo gris. Allí, sentado frente a una hoguera improvisada, un hombre esperaba.

Era Ryojin. Su cabello oscuro caía hasta los hombros, y las cicatrices cruzaban su piel como mapas de batallas pasadas. Sostenía una espada ancha, clavada en la tierra, y su mirada era dura, como si pudiera atravesar a cualquiera con solo observarlo.

—Llegas tarde —dijo, con voz grave, sin apartar la vista del fuego.
—No tuve opción —replicó Ayame, dejando a Kairen frente a él—. La grieta ya lo marcó. Los cazadores lo han visto.

Ryojin alzó una ceja y finalmente miró al muchacho.
—Así que este es el portador. Parece más un niño perdido que un guerrero.

Kairen apretó los puños.
—No entiendo nada. ¿Quiénes eran esos que me atacaron? ¿Qué quieren de mí?

El guerrero lo observó en silencio durante unos segundos. Luego se levantó, desenterrando su espada con un movimiento seco. La hoja brilló con un reflejo anaranjado de las llamas.
—Quieren lo mismo que todos: el sello de la tormenta. Y si tú lo llevas dentro… entonces ya no eres un niño, sino un objetivo.



#1452 en Fantasía
#237 en Magia
#141 en Ciencia ficción

En el texto hay: magia, ninjas

Editado: 24.09.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.