El despertar de un Dios

CAPÍTULO 2

  Habían pasado algunos días desde que desperté en este extraño lugar, y la verdad, no es que hubiera un cambio demasiado significativo desde que esto pasó, empecé a comer y a beber alimentos, era inevitable, los primeros días intenté no hacerlo, y es que realmente no confiaba en lo que me daban, y tampoco sentía una gran necesidad de hacer esto, así que decidí que no lo haría. Al principio no fue complicado dejar de aceptar la comida o el agua, pero con el tiempo empecé a sentir bastante hambre y sed, a pesar de todo, luchaba por no aceptar lo que me traían, a consecuencia de todo esto empecé a sentirme realmente mal, y gracias a la desesperación causada por aquella sensación de mal estar, caí rendido ante la constante insistencia de las que parecían ser enfermeras, acepté la comida y el agua, aunque la comida era algo interesante, estaba bastante bien de sabor, pero la textura era algo extraña, de todas formas no me quedaba de otra, así que la tomé sin protestar.

  Pude descubrir el nombre de la mujer que había visto poco después de despertar, se llamaba Katherine, escuché su nombre de casualidad un día cuando otras mujeres la llamaron desde el pasillo, estas mujeres también habían venido a verme, de hecho, eran estas las que me alimentaban y aseaban, a diferencia de Katherine, ellas ni siquiera me hablaban, y en el momento en que venían al cuarto siempre las notaba nerviosas y apresuradas, era como si no quisieran mantenerse en este lugar, pero ¿por qué evitarían estar aquí? ¿Acaso era por mi? No podía entenderlo, no había hecho nada… que yo sepa, y es que realmente no sabía que había hecho antes de acabar en este lugar, no sabía si era una buena o mala persona, apenas sabía mi nombre, bueno, ni siquiera estaba seguro de si así me llamaba, aquel nombre solo permanecía en mi cabeza “Lucas Louis" pero podría tratarse tanto de mi nombre, como el de otra persona que antes me era importante.

  Era de noche, la luz de la luna se colaba a través de una ventana que se encontraba al lado izquierdo de la habitación, yo contemplaba el gran cielo nocturno, observando sin poder pegar un ojo, no podía dormir de nuevo, en las últimas noches algo que sonaba tan sencillo como cerrar los ojos y descansar se había vuelto un verdadero desafío, recuerdo que en los primeros días no era de esta forma, pero últimamente más dudas habían surgido en mi cabeza, y aunque intentaba hacerlas a un lado, me era simplemente imposible.

  Hoy por la mañana algo había ocurrido, haciendo que la poca confianza que había puesto en estas personas simplemente se desvaneciera, pude notar que aquellas encargadas de alimentarme susurraron algo justo antes de entrar en mi habitación con la comida que luego me ofrecieron, con todo lo que vi no pude comer nada, una fuerte paranoia me dominó completamente y me fue imposible detener aquello dejándome llevar por mis dudas y miedos, todo lo que pude notar hizo que me quedara sin razones para aceptar aquel alimento, no me culpen ¿cómo podría confiar en personas que susurran a mis espaldas justo antes de alimentarme? Era sumamente sospechoso lo que habían hecho, y esto, me dejaba con menos confianza de la que tenía anteriormente.

  Esa noche pasé varias horas intentando dormir y aunque lo intentara no podía hacerlo, seguía observando a través de la ventana contemplando el cielo con la luna como la protagonista de aquel espectáculo, en un momento mientras me ocupaba de hacer esto me surgió una duda, la enfermera Katherine no parecía sorprendida hacia el hecho de que yo no pronunciara una sola palabra, eso era extraño, lo era bastante, así que empecé a formar posibles respuestas, unos minutos después de empezar ya tenía tres respuestas que podrían ser las más acertadas según yo, como primera sospecha y hablando de una forma positiva, estas personas sabían que yo no recordaba nada y por eso me encontraba aquí, quizás solo querían ayudar, por otro lado, quizás algo me ocurrió, algo que si podía recordar sería normal que me dejara sin ganas de hablar, y ellos, sabiendo esto, solo querían ayudar acerca de eso que quizás me paso, y quizás era por eso que no me presionaban a hablar, por último, como última sospecha, y como el punto más negativo, ellos me hicieron algo, y es por ello que no me sacan de aquí, por eso nadie que conozco me viene a ver, y es por eso que no me hablan acerca de mi familia o sobre mi lugar de procedencia, pero, si me hicieron algo malo en un momento anterior ¿por qué me tratarían tan amablemente? Era como si me quisieran ayudar en algo, el hecho de que me ayuden en este caso no tenia sentido alguno, dejando de lado estas tres posibles situaciones, habían docenas de otras probables, era por esta razón principalmente que no podía dormir, porque las dudas que surgían tenían más de diez respuestas posibles, y que por mi situación de miedo y desesperación de las diez explicaciones que me parecían probables, al menos siete de ellas eran negativas.

  Estuve la mayoría de la noche pensando pero luego de algunas horas, y por suerte, acabé dormido…bueno, no estaba completamente dormido, era bastante extraña esta situación, no se si conozcan esa sensación que se produce cuando estas entre estar despierto y estar dormido, como en parte te encuentras despierto intentas pensar, pero por el cansancio y por estar parcialmente dormido, aquellos pensamientos terminan mezclándose con tus propios sueños, dejando un resultado bastante singular e interesante, mientras todo esto ocurre te sientes tan liviano como una pluma, es como si te encontraras flotando en el aire sin rumbo fijo, finalmente, y luego de unos minutos de estar en esta especie de trance, tu cuerpo agotado se rinde, y acabas hundido en tus sueños.

  Por fin había dormido, había pasado tantos días sin dormir que todo esto era realmente reconfortante, era como un lujo que solo reyes merecían, pero lastimosamente mi felicidad no podía durar mucho, el chirrido proveniente de la puerta de la habitación hizo que mi sueño profundo se rompiera en menos de un segundo, molesto y desganado abrí mis ojos, todo esto solo para poder encontrarme a las enfermeras que me alimentaban, era gracioso el hecho de que en los últimos días cuando no podía dormir, el tiempo no parecía pasar nunca, y por esto parecía que aquellas enfermeras nunca vendrían, pero hoy, cuando por fin logre conciliar el sueño, parecía que no habían pasado ni siquiera media hora de que me dormí y ellas ya habían llegado.



#6475 en Fantasía
#1365 en Magia

En el texto hay: fantasia, magia, suspenso

Editado: 27.04.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.