Ethan y Ylva se encontraban en la parte más alta del bosque, desde donde la vista era impresionante. Las copas de los árboles se extendían hasta donde alcanzaba la vista, y el cielo despejado dejaba ver las montañas en la distancia. Ambos se tomaron un momento para descansar, disfrutando de la tranquilidad del lugar.
Ylva había quedado admirada al ver el lobo en que se transformaba Ethan. Su pelaje brillante y su presencia majestuosa la dejaban sin palabras, ni hablar del tamaño, era enorme. Por su parte, Ethan estaba maravillado por la belleza y el poder de la licántropa que era Ylva. Había algo en ella que lo intrigaba profundamente.
Mientras descansaban, Ethan rompió el silencio con una pregunta.
—Ylva, ¿puedes contarme más sobre tu familia? —preguntó con suavidad, sabiendo que era un tema sensible—. Sé que no ha querido hablar de ellos, pero estoy seguro de que te extrañan.
Ylva tomó aire profundamente, decidiendo ser sincera.
—Cuando pasó mi transformación, simplemente corrí y corrí. Quería alejarme de todo, tenía miedo de que mi familia no me quisiera, por lo que soy… una mujer lobo —dijo, su voz temblando ligeramente—. Ellos no son como yo.
Ethan asintió, entendiendo su miedo y su dolor. Sin embargo, también notó una cierta confusión en sus palabras, como si Ylva no estuviera completamente al tanto de su verdadera naturaleza.
—Te entiendo, Ylva. Pero hay algo que no puedo evitar notar. Pareces no estar del todo segura de lo que eres. —Ethan la miró con seriedad—. No sé de tus orígenes, pero estoy seguro de que no eres cualquier licántropo. Eres algo más, sobre todo tu poder del hielo, eso te hace ser superior a cualquier cambia formas.
Ylva lo miró, sorprendida y confusa.
—¿Algo más? ¿Qué quieres decir con eso? ¿No es lo mismo ser un licántropo y un hombre lobo? —preguntó, tratando de comprender, para ella no había nada de diferencia en ambos términos.
Ethan negó con la cabeza, dispuesto a explicarle.
—En parte, sí, pero hay diferencias. Los licántropos y los hombres lobo tienen sus particularidades. Los hombres lobo, como yo, nos transformamos en una forma total de lobo, y nuestra apariencia puede variar en algunos. Pero los licántropos, como tú, su forma es híbrida de humano y lobo y pueden tener habilidades únicas, como lo del hielo que vi en ti. Además, tu transformación parece ser más pura y poderosa —dijo, tratando de explicar lo mejor posible.
Ylva escuchaba atentamente, asimilando cada palabra. A medida que Ethan hablaba, comenzaba a entender que su verdadera naturaleza era mucho más compleja de lo que había imaginado.
—Entonces, ¿crees que soy diferente a los hombres lobo? —preguntó, aun con incertidumbre en su voz.
Ethan asintió con seguridad.
—Sí, lo creo.
Ella sonrió, luego dirigió su mirada a las montañas en la distancia.
—Desde que era niña, he tenido estos sueños, pero son tan vívidos que siento como si fueran parte de mí —comenzó Ylva, su voz suave y llena de nostalgia—. Siempre aparecía en un lugar… es una pradera, pero no cualquier pradera. Hay un claro rodeado de árboles altos, y mariposas volando, flores de colores brillantes. Todo está bañado por la luz de la luna, y el aire está lleno de un aroma a fresas silvestres.
Ethan, al escuchar la descripción, sintió un escalofrío recorrer su espalda. La descripción era exacta, y supo de inmediato a qué lugar se refería.
—¿Te refieres a Lycandar? —preguntó, su voz llena de asombro.
Ylva lo miró sorprendida, sus ojos brillando con emoción y esperanza.
—¿Conoces el lugar? —preguntó, su corazón latiendo con fuerza.
Ethan asintió, su expresión seria, pero llena de comprensión.
—Sí, conozco Lycandar. Es un lugar sagrado para los licántropos, un sitio donde se dice que nuestras habilidades y orígenes están profundamente conectados. Es increíble que lo hayas visto en tus sueños —dijo, admirado por la conexión de Ylva con aquel espacio—. Y aparte de eso, es donde está uno de los reinos de los cambia formas.
La respuesta de Ethan llenó de alegría y emoción a Ylva. Finalmente, había encontrado una pista sobre su verdadera naturaleza.
—¡Por favor, Ethan, llévame allí! Necesito saber más, necesito entender qué me está pasando, pero sobre todo quiero ver ese sitio con mis propios ojos —pidió Ylva, su voz llena de determinación y esperanza.
Ethan la miró con ternura y resolución.
—Te llevaré a Lycandar, Ylva. Juntos, encontraremos las respuestas que buscas —dijo, tomando su mano y sintiendo una conexión aún más fuerte entre ellos.
Ylva, llena de emoción y esperanza, no pudo contener su entusiasmo, sentía la emoción recorrer todo su cuerpo.
—¡Debemos emprender el viaje de una vez, Ethan! —dijo, su voz vibrando con energía—. No podemos esperar, el tiempo corre.
Ethan, aunque comprendía su emoción, levantó la mano suavemente para detenerla.
—Espera, Ylva. Todavía no podemos irnos. Hay ciertas cosas que debemos hacer antes de emprender el viaje —dijo con calma—. El camino es largo y tendremos que pasar por otros lugares antes de llegar a Lycandar.
Ylva se entristeció al escuchar esto, y su expresión se llenó de desilusión. Ethan sintió un nudo en el estómago al verla así, pero sabía que era importante que entendiera la necesidad de prepararse.
—Lo sé, Ylva. Sé que estás ansiosa por llegar, pero ambos debemos estar bien preparados para lo que nos espera —dijo, tomando sus manos con suavidad—. Esto incluye que tú aprendas a defenderte. Necesitamos entrenar y asegurarnos de que estés lista para cualquier desafío.
Ylva lo miró con ojos llenos de comprensión y determinación. Aunque estaba decepcionada por el retraso, sabía que Ethan tenía razón. Debían estar preparados para enfrentar cualquier peligro en su camino.
—Te enseñaré, aunque sé que eres más poderosa que mi lobo, debes fortalecer tu cuerpo.
—Tienes razón, Ethan. Necesito estar lista. Estoy dispuesta a entrenar y aprender todo lo que pueda —dijo con firmeza.
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Editado: 10.05.2025