El despertar místico

CAPÍTULO CUATRO

KASSIA

 

Llevamos a Syna a las celdas del sótano donde Dorian y Tyler apresaron su cuello y muñecas en cadenas del material más fuerte capaz de soportar la fuerza de un cambiante ya que lo debilita, de alguna fuerza neutralizan su poder.

 

—¡No, basta! —mi voz suena desesperada y compungida mezclado con mis sollozos.

 

—Es peligrosa Kassia, viste sus ojos. Su lobo tomó el poder.

 

—¡Pero ahora son normales! —dirigo mis ojos suplicantes a Dorian —Ni siquiera se mueve...no representa un peligro.

 

—¿Cómo estás tan segura que es ella? —Josh pregunta con un tono que me provocaron ganas de golpearlo —Puede ser simplemente una persona que se parezca mucho a ella y ya.

 

—¿La has visto? —pregunto enojada —¿Podrías confundir a su loba con alguien más?

 

—Lo se Kass —interrumpe nuestra discusión Dorian —Pero no podemos liberarla hasta estar seguros que no es peligrosa.

 

—Podemos traer algunas cosas para que este comoda —Amapola dice, en un intento de consolar mis desesperadas lágrimas.

 

Las horas pasaron y los chicos cumplieron su palabra, adaptaron la celda para que ella esté cómoda. La recostaron sobre un colchón y la vestí con ropas mías.

Sigue en la misma posición en la que cayó en el jardín y no se movió en ningún momento. Sus ojos perdidos me atormentan, me persiguen incluso cuando cierro los ojos.

 

—No es más que el fantasma de lo que alguna vez fue, Seb —mis lágrimas ya no son controlables cuando él me rodea por los hombros con su brazo y me atrae a su pecho. Ambos estamos sentados frente a su celda observándola —Ni Siquiera hablo de su aspecto, ¿sientes su poder?

 

—Si, lo hago.

 

—Cuando la vi, supe que era ella aunque su loba es más pequeña que antes. Su poder ya no es el mismo, ella sobrepasaba a Dorian pero ya no. Solo se asemeja.

 

—Tranquila, todo estará bien. Ya verás.

 

Su consuelo no surte efecto en mí, solo me quedo observando lo que parece el muñeco de quien una vez fue la persona más poderosa que creo poder conocer.

 

—Ella siempre decía que yo podía hacer lo que quisiera —cuento mientras veo a los espíritus mantenerse a una distancia prudente de ella —Me enseñó todo lo que se, para que yo decidiera quién quiero ser.

 

—Suena a alguien que todos quisieran en su vida.

—Lo es —digo en un suspiro —Cuando desapareció me sentí perdida a pesar de que ella me enseñó a sobrevivir por mi cuenta. ¿Cómo seguir sin ella, que está en prácticamente todos mis recuerdos?

 

El silencio se propaga entre nosotros y se mantiene durante minutos hasta que un movimiento en la celda llama nuestra atención.

Syna se incorporó y ahora nos daba la espalda, parecía luchar con las cadenas intentando quitarlas.

 

—¡Sy! 

 

Cuando volteo, toda la esperanza que empezaba a surgir en mí volvió a esconderse en lo más profundo de mi alma al ver nuevamente sus ojos rojos acompañados de una expresión salvaje.

Sus gritos comenzaron a oírse por todo el lugar, eran frenéticos, desesperados.

 

Mantuvo su aspecto humano sin embargo el lobo en ella era quien tenía total control de ella. Las venas en su cuello se marcan tanto que parecen a punto de explotar y la saliva comienza a caer por las comisuras de sus labios que sangran levemente por la presión de sus dientes caninos que muerden desesperados el aire.

 

—Chicos ¿qué ocurre? —pregunta Tyler al bajar por las escaleras, aun sin ver a una desesperada Syna.

 

Intentamos ayudarla, dejarla sola para ver si lograba calmarse pero no funcionó.

Incluso Dorian usó su estatus para controlarla pero solo recibió como respuesta más gruñidos salvajes.

Sebastian debió ir a su habitación al no soportar aquella situación y la sensación asfixiante que se había propagado por el lugar.

Yo me siento igual que él, sin embargo se trata de quien prácticamente es mi madre y me niego a dejarla sola cuando obviamente está sufriendo perdida en su mente, si algo queda de ella aún.

 

Luego de horas ella cae inerte sobre el colchón nuevamente con sus ojos castaños perdidos.

Desobedeciendo todas las indicaciones de Dorian, ingreso a su celda y comienzo a acariciar su cabello que se encuentra grasoso por la falta de higiene que es evidente en todo su cuerpo.

 

—Tranquila Sy...todo estará bien. Estamos juntas y no voy a descansar hasta que vuelvas a ser tu. Lo prometo.

 




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