DORIAN
Cuando Syna me habló sobre el pequeño niño que parecía estarse pudriendo poco a poco, mi mente recreó una imagen en base a su descripción sin embargo, la realidad es muy diferente a lo que creí.
Ulises parece un cuerpo en proceso de descomposición pero en vida. Un sutil, pero inconfundible, hedor proviene de él. Carne podrida.
Me es imposible no sentir lástima por él. Por el estado tan demacrado en el que está y todo lo que tuvo y tiene que sufrir.
Encuentro a Ramiro en la cocina y le pido que me siga. Nos adentramos a la habitación de Syna, en dónde está Ulises, durmiendo y ella a un lado mientras le acaricia el cabello.
—Sy.
Ella levanta la vista y nos da una sonrisa mientras se levanta lentamente de la cama, para no despertarlo, y se acerca.
—Debes ser Ramiro, hola.
—Es un gusto verte bien, Syna —contesta él en un tono alegre.
—Gracias por lo que hiciste por mi...yo espero que puedas hacer algo con él —dice mientra señala a Ulises.
Ramiro se acerca a la cama y su cara de sorpresa no pasa desapercibido para ninguno de nosotros. El niño estaba dándonos la espalda así que no pudo verle la cara hasta rodear la cama, su reacción nos dejó en claro que no se lo esperaba. Nadie podría hacerlo.
Acerco a Syna a mi cuerpo, rodeándola por los hombros y ella deja descansar su cabeza en mi pecho con un suspiro cansado.
—Tranquila, él sabe lo que hace.
—Muchos creemos saber que estamos haciendo, Dorian —dice mientras se acomoda para poder observarme mejor —Pero la mayor parte del tiempo no tenemos ni idea de que hacemos.
No puedo negar aquello, es una verdad silenciosa que muchos intentamos encubrir para no desatar el caos a nuestro alrededor.
—¿Desde cuando esta asi? —pregunta Ramiro, separándose un poco de la cama. La preocupación es imposible de disimular en su rostro.
—Van a ser dos días —Syna se estremece en mis brazos y se acerca al niño, para continuar acariciando su cabello —¿Es muy tarde para hacer algo?
—No lo sé, si soy sincero...jamás he visto algo así.
—Yo si…
Syna le cuenta sobre un silfo que estaba en un estado similar a Ulises. La piel se me eriza al escuchar su relato y todas las atrocidades que vio y vivió en manos de los médicos suicidas.
El pensar que a Ulises podría pasarle lo mismo que a aquel hombre, simplemente me provoca ganas de vomitar.
Soy incapaz de imaginar lo que debe haber sentido al poco a poco ir pudriéndose en vida. Lo que debe haber pensado y la tortura que debio vivir.
Creí que lo que Syna había pasado era horrible pero ahora, aunque suene egoísta, agradezco que no hubieran implementado aquellos métodos con ella.
De todas formas, no soy ingenuo, sé que muy probablemente, todos nosotros no sabemos ni la mitad de las cosas que ella vivió allí dentro.
—Por lo que me dices...parece que esto recién comienza en él —dice, dándonos un poco de esperanza —Sin embargo, no sabemos cómo está su interior…
—¿Hay algo que puedas hacer?
—Podríamos intervenir quirúrgicamente, pero no sé qué tan arriesgado puede ser considerando su estado, Dorian.
Salimos de la habitación en un rotundo silencio, cada uno de nosotros abstraídos en nuestros pensamientos.
Syna me dijo que el estado en el que encuentran a algunas personas es tétrico, ¿acaso esas personas no tienen sentido de remordimiento?
¿Qué tan cegados están por descubrir aportes científicos, que son incapaces de ver todo el daño que causan?
—Escuchen —dice mientras deja su maletín en una mesa a un lado del pasillo y lo abre, comenzando a rebuscar algo en él —Denle estas hierbas mezcladas en una bebida, lo ayudará con los dolores y malestares y con suerte retrasara un poco la descomposición de su cuerpo hasta que yo encuentre algo de información útil.
—¿Información? —Syna parece leer mi mente, ya que cuestiona lo mismo que yo estaba por hacer.
—Si, esto de atender criaturas mágicas es algo que viene de familia. Leeré todo lo que hayan escrito mi abuelo y padre, quizás y con suerte, encuentre algo allí.
Luego de darnos indicaciones sobre cómo preparar la bebida para Ulises, cada cuanto dárselo y algunas otras cosas que podemos hacer para que se sienta mejor, Ramiro se marcha. Prometiendo comunicarse pronto con nosotros.
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Editado: 06.12.2021