El despertar místico

CAPÍTULO 18

Maratón final 1/3

DORIAN

 

Despierto a causa de incesantes gritos. Me levanto de la cama apresuradamente y observo por la ventana, el amanecer está comenzando y es el principal espectador de la masacre que está ocurriendo en la playa.

 

Abro la ventana y salto, cayendo en mi forma lobuna y ataco a un medio suicida que está sujetando del cuello a Seb.

Cientos de médicos suicidas están atacándonos. Sin piedad. Es evidente que no están aquí para capturarnos sino para acabar con nosotros.

 

Lo que me hace pensar que se han enterado de lo que planeábamos hacer, pero ¿cómo? ¿Acaso alguien nos delató?

 

A unos metros visualizo a Kassia protegiendo a una niña y unos metros más alejados, los demás de la manada luchan por su vida. Miro a mi alrededor, siendo incapaz de encontrar a Syna, Ulises o a Mérida.

 

Un hombre se lanza hacia mí y se transforma en un lobo platinado. Nos adentramos en una lucha llena de mordiscos feroces, gruñidos y zarpazos.

Finalmente, salgo victorioso pero con algunas heridas.

 

—¡Dorian! —Malcom se acerca corriendo, un lado de su cabeza sangra —¿Has visto a Syna?

 

—No, ni a Ulises…

Su respuesta nunca llega ya que otro grupo nos ataca y nosotros nos concentramos en defendernos.

 

Horas y horas de lucha. De vidas perdidas y vidas salvadas.

 

Cuando el sol comienza a caer, quedan pocos médicos en la playa. Camino entre las personas, buscando con la mirada a las tres personas que no he visto desde que todo esto comenzó, con la esperanza de que se encuentren en algún lugar. Salvos.

 




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